Antonio Jaén Morente

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Antonio Jaén Morente
Antonio Jaen Morente.jpg

Profesor, gobernador civil provisional

Nacimiento: 1879
Córdoba
Fallecimiento: 8 de junio de 1964
San José de Costa Rica
Actividad: Abogado, historiador, profesor, político y diplomático
Reconocimientos: Hijo Maldito e Hijo Predilecto de Córdoba; Miembro de la Orden del Sol Peruana; Gran Cruz del Águila Azteca; Cruz del Mérito de Ecuador

Contexto histórico

Décadas: 1920 - 1930 - 1940 - 1950
Jaén Morente en 1921.

Antonio Jaén Morente, abogado, historiador, profesor, político y diplomático nacido en Córdoba en 1879 y fallecido en San José de Costa Rica el 8 de junio de 1964.

Infancia y juventud

Nacido en la calle Judíos, número 1, de Córdoba el 3 de febrero de 1879, era hijo de Miguel Jaén Durango. Tío de Manuel Jaén Lacalle,

Desde joven ya destaca por su pasión por Córdoba, disertando con 13 años sobre la Córdoba monumental en el Ateneo.[1] Estudió el bachillerato en el Instituto Provincial y, más tarde, en la Escuela Normal de Magisterio de la calle San Felipe.

En 1898 obtiene el titulo Maestro de Primera Enseñanza Superior. Su preparación intelectual la complementa con estudios universitarios en Madrid, junto a hombres de la Generación del 98 que influirán en su carácter liberal y humanista. Se doctora en Filosofía y Letras, rama de Historia, presentando una tesis sobre el Monasterio de San Jerónimo de Córdoba. También se licencia en Derecho.

En 1930 vivía en calle Juan de Mena, número 6.

Profesor, historiador, abogado

Jaén Morente.jpg

Comienza su docencia 1902 como maestro nacional en el distrito universitario de Sevilla; pasa como profesor de Derecho Usual y Legislativo en la Escuela Normal de Sevilla; En 1908 consiguió el título de doctor defendiendo en la Universidad de Madrid una tesis titulada El valor histórico del Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso (Córdoba).

En esta tesis Jaén Morente manifiesta como en España la desaparición de monumentos históricos y artísticos ha adquirido la categoría de tópico vulgar y en el caso concreto de Córdoba, “la decaída ciudad de la mezquita” es una de las primeras al señalar lo poco que se ha conservado de arte hispanomusulmán, casi nada de los visigodos e igual ocurre con los restos romanos. Tras indicar el estado de ruina que presenta el monasterio y otras piezas significativas del rico legado artístico de la ciudad como el retablo de Valdés Leal en la iglesia del Carmen, la Anunciación de Pedro de Córdoba olvidada entre el polvo de la Catedral, el menosprecio de la obra pictórica de Pablo de Céspedes o de la de Antonio del Castillo.[2]

Accede al cuerpo de Catedráticos de Geografía e Historia y ejerce en los Institutos de Cuenca y Segovia (1912); más tarde en el Instituto de Sevilla (1917)[3] y en Córdoba. En junio de 1931, tras el triunfo de la República, es nombrado director del Instituto cordobés, en sustitución de Agilio Fernández García, director desde 1913. También fue nombrado presidente del Centro Filarmónico en diciembre de 1931.

Político

En los años veinte comienza su actividad política al ser un activista en el Andalucismo Histórico, siempre impregnado con una visión republicana. Al ser miembro del Partido Republicano Autónomo se presenta como candidato por la circunscripción de Córdoba en las elecciones de 1918, 1919 y 1920, llegando a formar grupo con personalidades políticas como Alejandro Lerroux, Rafael Castejón o Eloy Vaquero.

Continuando con su republicanismo desarrolla un destacado protagonismo en la proclamación de la Segunda República en Córdoba, participando en esos momentos como militante en Derecha Liberal Republicana, partido de Niceto Alcalá Zamora mediante el cual consigue un acta de diputado a Cortes en las Elecciones de junio de 1931. Se presenta a las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 resultando ser elegido como concejal. Fue gobernador civil provisional de Córdoba en aquellos días, hasta que el 22 de abril de 1936 resultó ser nombrado con el mismo cargo para Málaga. Más adelante fue nombrado embajador plenipotenciario en Perú en 1933, puesto del que fue cesado en octubre de 1933, tras el cambio de Gobierno; el día 22 de octubre recibió un homenaje del cuerpo diplomático en Lima, otorgándosele la Gran Cruz de la Orden del Sol.[4]

Fue diputado de Izquierda Republicana en las Elecciones de febrero de 1936, en las que obtuvo 157.547 votos y acta de diputado dentro de la candidatura del Frente Popular.

Su papel en la Guerra Civil. Declaración de Hijo maldito de la ciudad de Córdoba (1936 - 1949)

El levantamiento militar contra la República le sorprendió fuera de Córdoba, lo que le permitió salvar la vida y ser en los primeros meses de la guerra Civil, uno de los más intensos propagandistas del gobierno republicano. En un inicio, se une al General Miaja y desde Radio Linares y Radio Jaén lleva a cabo discursos políticos[5]. En su primer discurso desde la radio se encuentra el origen a su posterior declaración de hijo maldito de la ciudad de Córdoba.

Declaración de "hijo maldito". 17 agosto 1936
(...)
Un cinturón de fuego y hierro os rodea, cordobeses. Entendedlo bien vosotros, militares rebeldes: una columna fuerte, de seis mil soldados os va a atacar llevando toda clase de armamento moderno: ametralladoras, cañones, morteros, fusiles ametralladores, granadas de mano...Dos columnas más de Levante, Murcia y Cartagena llegan en estos momentos a tierras de Jaén para rodearos. Llevamos diez piezas de 75 y de 1,5. Por último, dos columnas de milicianos compuestas de labriegos de Jaén, que se levantan también contra vosotros.
Sentimiento me produce todo esto que os voy diciendo. La aviación española, entendedlo bien, la aviación española moderna -hay una aviación moderna-, treinta aviones, sale también para Córdoba. No os queda nada, ninguna salvación a los militares cordobeses que no sea deponer las armas y entregaros, entrando de nuevo en la legalidad republicana.
(...)
No os dirijo estas palabras para que os asustéis, yo sólo quiero que recapacites, que penséis que para vosotros la radio no tiene más que embustes; lo demuestran las noticias que constantemente está la de Sevilla, entre ellas una que llueve desmentir: en el Gobierno no está controlado ni arrollado por nadie. Y, se mantiene firme. Al frente de él hay un hombre civil, el señor Giral.
Cese vuestra rebeldía y abrazar de nuevo la República entregados a las fuerzas leales del gobierno. Yo os aseguro que si eso no hacéis el bombardeo más terrible que ha sufrido Plaza alguna lo sufrirá la de Córdoba, el bombardeo será el más terrible, en efecto, que se haya registrado después de la guerra europea.
Quiero terminar con una combinación: os hablé un hombre profundamente patriota, un español que no quiere ver correr la sangre de sus hermanas en una campaña tan descabellada como la que han comenzado los militares contra el gobierno. Óyeme revolucionario militar: ¿qué motivos has tenido para ser el parricida de la tierra cordobesa? Eres el responsable de la revolución y debes entregarte a los leales, defendiendo así la República, que es España. Entrega las armas que has levantado contra la patria y no hagas que se derrame más sangre en esta aventura. Madrid entero y todas las poblaciones que son leales al gobierno permanecen tranquilas esperando que os entreguéis. Hacerlo y no luches contra el pueblo español, que va contra la bandera levantada por los facciosos.

A este discurso le sucedieron otros en diferentes partes de España y que se radian normalmente. En ellos se acuerdan de la situación de la ciudad cordobesa como el que da en Madrid a través de Unión Radio el 10 de agosto.[6]

Es el día 17 de agosto de 1936 y a las 7.30 de la mañana, la ciudad es atacada en dos ocasiones por aviones republicanos que provocaron 33 muertos entre ellos 10 niños. Acto seguido el Ayuntamiento de Córdoba procede a declararlo hijo maldito de la ciudad. El día 21 de agosto y tras varios días de bombardeos de la ciudad que producen más de 50 muertos[7], se produce una manifestación popular que llevó a parte de la turba a allanar la casa de la calle Juan de Mena despojando la numerosa biblioteca existente y llevándola a la plaza de la República y formando un pira quemándolos. Igualmente la emprendieron a tiros con un busto del insigne profesor.

En 1949, el Ayuntamiento de Córdoba bajo la alcaldía de Alfonso Cruz Conde, antiguo alumno suyo y sobrino del otrora alcalde José Cruz Conde, con el cual Antonio Jaén mantenía amistad, acordó dejar sin efecto la denominación de hijo maldito a Jaén Morente. En prueba de agradecimiento envió una larga carta de agradecimiento al alcalde sin saber quién era y a sus tenientes Calderón Ostos y Ruiz Maya, en la que citó al famoso poeta granadino Federico García Lorca, asesinado en el verano de 1936: «Aunque sepa los caminos, yo nunca llegaré a Córdoba».[8]

En el exilio (1937 -1964)

Jaén Morente con Manolete, más Pedro Garfias, Juan Rejano y Francisco Azorín, año 1945.

El gobierno republicano lo nombra cónsul general en Filipinas cargo que desarrollo desde septiembre de 1937 a mayo de 1939. Realizó una campaña de propaganda de la República a través de prensa, conferencias, etc., en colaboración con la Liga Democrática Filipina. Fruto de todo ello fue la publicación del pequeño libro. En abril del 1938, la masonería, a través de los hermanos de la Gran Logia Nacional de Filipinas, le brindaron un homenaje.

Cesado en su cargo de Filipinas empieza el exilio hispanoamericano. Primero en Ecuador, donde vivió durante diez años y fue profesor de Historia y de Historia de la Arquitectura en la Facultad de Arquitectos de Quito y también profesor de Historia del Instituto Superior de Pedagogía y Letras de Guayaquil. Publicó numerosos ensayos, artículos de los más diversos temas, y viajó impartiendo Cursos y Seminarios culturales en Argentina, Chile, Perú, Colombia, México. Allí se le dedicó un grandioso homenaje en 1945, concretamente en la Embajada del Ecuador. Al que asistieron destacadas personalidades españolas exiliadas como: Indalecio Prieto ¿? ; los poetas exiliados cordobeses Juan Rejano y Pedro Garfias; el arquitecto Francisco Azorín Izquierdo; el periodista Fernando Vázquez Ocaña, y el torero Manolete que en ese momento actuaba en la capital azteca. Según algunos comentarios fue en ese lugar (no en la plaza del Toreo) donde dijo Manolete que se retirara la bandera republicana, pues podía traerle problemas a la vuelta a España.

En Hispanoamérica recibió numerosos honores, homenajes y distinciones: Miembro de la Orden del Sol Peruana, la Gran Cruz del Águila Azteca, la Cruz del Mérito de Ecuador.

A principios de los años cincuenta se establece definitivamente en San José de Costa Rica, adquiriendo la Cátedra Menéndez Pidal de la Universidad de San José, país en el que permanecerá hasta su muerte. Allí reconstruyó su vida familiar al contraer de nuevo matrimonio con María Cristina Goicoechea, en 1953.

En 1954 volvió a España de visita al obtener el pase del gobierno franquista. Su llegada a Córdoba fue silenciada y tan sólo pudo ver a sus familiares y algunos amigos entre ellos a catedráticos como Rafael Castejón y al personaje popular el Marqués del Cucharón, que por presuntas represalias se vieron con él tomando la máxima discreción.

Hijo predilecto y reconocimiento

El Gobierno de México le otorgó el "Águila Azteca" en 1934.[9]

En el barrio de Fátima de le dedicó la calle Historiador Jaén Morente.

La corporación municipal cordobesa en 1979 decidió colocar una placa de recuerdo en su casa natal de la calle Judíos. En 1991, la Academia cordobesa le rindió un homenaje y en 2003, el Diario Córdoba publicó la séptima edición de su Historia de Córdoba. El Ayuntamiento de Córdoba lo nombró Hijo Predilecto de la Ciudad.

En el año 2017 se inaugura una exposición temporal de su figura en la casa Góngora

Testimonios

Frases que definen su amor por Córdoba:

Son dieciocho las universidades donde he orado -más que disertado- en nombre de Córdoba y España.

Sus palabras proclaman su republicanismo:

La devolución al pueblo de la totalidad de los derechos ciudadanos… para todos los españoles, sin odios, venganzas ni represalias, abriendo cauce a una nueva era legal… La República española es una casa para los republicanos, pero también para todos los españoles de buena voluntad.


Obras

Profuso escritor, Jaén Morente escribió más de cincuenta libros, así como multitud de artículos, escritos y guiones de cines. Entre ellos como más importantes se relacionan los siguientes:

  • Historia de Córdoba (editada en siete ocasiones, la última en 2001)
  • Segovia y Enrique IV
  • Retratos de mujer
  • El problema artístico de la ciudad de Córdoba. (Córdoba 1921)
  • Nociones de Geografía e Historia de América. (Premiado por el Ministerio de Instrucción Pública en 1929)
  • Lecturas históricas (1935).[10]
  • La democracia y el fascismo en España. (Manila, Filipinas 1938)
  • Lección de América (1934)
  • Biografía de Miguel de Cervantes. (Ecuador años 1940)
  • Historia de Guayaquil. (Ecuador años 1940).

Galería de Imágenes

Otros enlaces

Referencias

  1. Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos Año XLIII Número 12222 - 1892 diciembre 11.
  2. La tesis doctoral de Antonio Jaén. Gyróbagus: el Blog de Ciencias Sociales. 23 de enero de 2012. Accesido el 15 de febrero de 2017
  3. ÁLVAREZ REY, L. Los Diputados por Andalucía de la Segunda República, 1931-1939. Disponible en Internet
  4. Un homenaje a don Antonio Jaén Morente, en el Diario de Córdoba, 24 de octubre de 1933, pág. 2.
  5. GORREL JAÉN, A.; GORREL JAÉN, C.; GORREL JAÉN, M.; TORIBIO GARCÍA, M. Antonio Jaén Morente. Hijo predilecto de Córdoba. Biografía Ilustrada. 2016. Página 102. Utopía Libros
  6. Discurso de Antonio Jaén. El Luchador : diario republicano Año 24º Número 8611 - 1936 Agosto 10.
  7. HIDALGO LUQUE, P. Los bombardeos áreos republicanos sobre la retaguardia nacional
  8. Masaya Watanabe. https://ccec.revues.org/5365. El límite imposible de un republicano cordobés, Antonio Jaén Morente (1879-1964).
  9. Una distinción a don Antonio Jaén, en el Diario de Córdoba, 4 de mayo de 1934, pág. 2.
  10. Lecturas históricas, Antonio Jaén, por Marcelino Durán de Velilla, en el Diario de Córdoba, 20 de septiembre de 1935, pág. 1.

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