Diego Ruiz Moreno

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Diego Ruiz Moreno

Diego Ruiz Moreno fue comerciante y empresario, (*Montoro 1898 - †Barcelona 1957)

Biografía

Nació en Montoro (Córdoba) el 10 de febrero de 1898. Desde muy joven fijó su residencia en la capital. Se distinguió por su doble faceta de comerciante en los años veinte a cincuenta del siglo XX, y por ser un cordobés de rango castizo.

Casado con Eulalia Herrero, fueron padres de Diego Ruiz Herrero y de María Auxiliadora de la Concepción Ruiz Herrero.[1]

Fue un comerciante activo y dinámico que era propietario de los Almacenes Diego Ruiz, primero en la calle María Cristina desde su fundación en 1924 y después en los años treinta en la calle Gondomar. En dicho negocio vendían todo tipo de textiles, desde pañería confeccionada y cortes de género, hasta ajuar para el hogar. Se distinguió también por la venta de gorros y sombrero especialmente de ala ancha, que según anunciaba, eran del estilo de Julio Romero de Torres, Manolete y más tarde El Cordobés. Pero lo que le hace ser un personaje popular fue su clasicismo por todo lo relacionado con Córdoba. Continuó el negocio su hijo también muy conocido Diego Ruiz Herrador.

Política

Fue concejal del Ayuntamiento de Córdoba por el Partido Republicano Radical en 1931. En efecto, en las Elecciones Municipales 1931 en Córdoba obtuvo un total de 286 votos en el distrito tercero, algo menos que su compañero de partido Francisco de Paula Salinas Diéguez.

En 1932 fundó junto a otros el Casino Republicano Radical de Cerro Muriano. Otros impulsores fueron: Rafael Caballero Guadix, Enrique Córdoba Vázquez y Rafael Valle.[2]

Años 40

De profundas convicciones cordobesistas en los años cuarenta, representadas por aquellos amigos suyos Juanito el Anticuario Duque de la Mezquita y Alfonso López Garrido el Marqués del Cucharón, siempre fue reflejo de los tiempos con enjundia castiza, lledando a ser miembro de la Peña Los 99.

Se incorporó ya en los años cuarenta a todo evento festivo popular, como la Feria de Mayo, o frecuentaba la Peña El Limón en la Taberna El Pancho donde compartía tertulia con su amigo Ramón Medina, pero especialmente en febrero del año 1948 relanza con otros amigos industriales: José Rodríguez Jiménez y Baldomero Moreno Espino la Hermandad del Cristo de San Álvaro que conllevaba el organizar y fomentada de nuevo la Romería de Santo Domingo. Ya en los años cincuenta se embarca en reflotar la desaparecida Romería de la Virgen de Linares; en ambas Hermandades llegó a ser miembro de la Junta de Gobierno. Su buen hacer romero le permitió tener contacto con las peñas cordobesas existente en aquellos años, éstas siempre reconocieron su gran labor en pro de las Romerías cordobesas.

Diego Ruiz Moreno, tenía una personalidad definida como cordobés, por ser amante de Córdoba y sus tradiciones y sobre todo por su trabajo infatigable en todo aquello que la enardeciera. Su simpatía, optimismo y buen humor eran contagiosos, contribuyendo estas características a hacer amigos en todas las capas sociales.

Elocuente y prolífero en dichos como llamar “cordobesano” a todo aquél que se esforzaba en fomentar los valores esenciales de Córdoba o verle en las romerías con La Coja del Pianillo tocar pasadobles.

Se anotan algunas anécdotas de Diego Ruiz que tuvieron resonancia popular.

  • En el año 1956 cuando la Romería de Santo Domingo está a punto de iniciar su marcha, el cielo con negro nubarrones presagiaba lluvia en abundancia, muchos romeros estaban indecisos en hacer el caminito al Santuario; en esto Diego Ruiz con voz fuerte y clara dijo :-¡Nuestro Cristo de San Álvaro, no nos perdonará nuestra negación. El que no tenga arrestos que no me siga! y cogiendo el pendón de la Hermandad comenzó a marchar la Romería. Entonces todos los hermanos llenos de fe en su Cristo desafiaron las inclemencias del tiempo, subiendo a la serranía hasta el Santuario de Santo Domingo.
  • Cuando el Doctor Fleming vino a Córdoba; Diego Ruiz no tuvo nada más que ponerle un sombrero cordobés y regalarle un puro. Agradeciendo el Doctor el gesto, dijo con un español macarrónico: ¡¡Olé!! , ¡¡Olé!!. Posteriormente frente a los agasajos que le ofrecieron en Córdoba, el Doctor Fleming dijo:
Si la penicilina
cura a los enfermos,
el vino de Montilla
resucita a los muertos.

Fallece el 9 de octubre de 1957 en Barcelona, pero sus restos mortales fueron enterrados en el cementerio de San Rafael de la capital califal.

Galería de imágenes

Referencias

  1. El homenaje a Mola, en el diario El Defensor de Córdoba, 22 de abril de 1938, pág. 1.
  2. Los republicanos de Cerro Muriano, en el diario La Voz, 5 de febrero de 1932, pág. 6.

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