Invención de las reliquias de los Santos Mártires

De Cordobapedia
Saltar a: navegación, buscar
Aparición de San Rafael al P. Roelas
Invención de las reliquias de los Santos Mártires

Historia

La tradición permanente entre los cristianos de la ciudad de Córdoba, era que en la Basílica de los Tres Santos fueron sepultados los cuerpos de muchos mártires y más concretamente los titulares de dicha basílica, Fausto, Januario y Marcial. Se hicieron indagaciones en diferente época y por diversos obispos para encontrar las tan preciadas reliquias de los Mártires, sin que diera resultado alguno, sin embargo, se encontró un marmolillo con diferentes caracteres que nadie pudo traducir en aquel momento, algunos argüían que procedía de la Basílica de los Santos Mártires como consecuencia de una de sus reformas.

En el año 1575, se hizo una gran obra en la iglesia de San Pedro en cuyo lugar estuvo la basílica ya mencionada. Se sacaron de nueva construcción ocho grandes pilares; al profundizar sobre el terreno en el lado de la epístola del arco lateral, (según otras fuentes al pie de la torre) encontraron un sepulcro con restos óseos, la fecha del descubrimiento fue 26 de noviembre (otros lo datan el 21); era de piedra labrada, de unas tres varas de largo, tres cuartas de ancho, una y media de alto, con tapa y en ésta un agujero circular como de una tercia, dentro contenían unos quince cráneos y una gran cantidad de huesos sueltos

Avisado el obispo Fray Bernardo de Fresneda del hallazgo, mandó realizar las pertinentes indagaciones, en las que declararon muchos testigos. En las averiguaciones se recordó el marmolillo encontrado en su día, que en aquella fecha se encontraba en el Monasterio de los Santos Mártires y que estaba depositado en el lavadero. Se llevó dicho marmolillo y se vio que ajustaba al agujero del sepulcro, se limpio aquél quedando a la vista la siguiente inscripción, más otras que no pudieron identificarse por estar en mal estado de conservación:

“Sanctorum. Martirum. Xpti. Jesu Fausti et Martiais Aciscli. Zoili.”

Con este dato el obispo dispuso recoger todos los restos óseos depositándolos en un arca de tres llaves y que esta fuera custodiada en la capilla de Santa Lucía, mandando que nadie osara tocarla, e igualmente ordenó fueran restituidas las reliquias que se hubiesen llevado, como así sucedió, a excepción de un cráneo que estuvo perdida hasta 1616.

He aquí, por qué el 26 de noviembre de cada año se mantuvo durante siglos el solemne desfile procesional de los miembros del cabildo eclesiástico y municipal que partiendo la Catedral se dirigían a la iglesia de San Pedro con objeto de celebrar y recordar el suceso de la Invención de las reliquias de los Santos Mártires cordobeses.

La costumbre de asistir a la ceremonia en recuerdo de los Mártires (ya no procesional) por parte de miembros del cabildo eclesiástico y autoridades municipales estuvo vigentes hasta los últimos años de la década de los setenta del siglo XX.

Apariciones

La historia de Invención (hallazgo) de la reliquias de los Mártires no estuvo falta de polémica, pues desde tiempos milenarios la tradición unánime y constante vino colocando dichas reliquias en la Basílica de los Santos Mártires. Tanto que se hacían desde muy antiguo procesiones muy apasionada pidiendo rogativas. La duda empezaron a tener cabida en muchas personas y la alegría de los primeros días del hallazgo se sucede la incertidumbre.

Según nos ha llegado: para disipar dudas, temores y con objeto de esclarecer el caso, en una de las apariciones de San Rafael en el año 1578 (se celebra dichas apariciones, concretamente la quinta cada 7 de mayo) al P. Andrés de las Roelas, le afirma con las siguientes palabras lo que ocultaba las enigmáticas reliquias encontradas en la iglesia de San Pedro:

“Dirás al prelado, o a quien esté en su lugar, que aquel sepulcro que se halló en San Pedro y lo huesos de los Santos, los tenga en mucha veneración, porque vendrán a esta ciudad muchos trabajos y enfermedades y mediante ellos serán libres… Dile que no tengan en poco el lugar donde está edificado aquel Monasterio porque siendo campo, allí recibió martirio Acisclo; y allí fueron puestos al fuego Januario, Fausto y Marcial. Allí murió Pelagio, y otros muchos mártires fueron sepultados. Aunque Victoria no recibió allí martirio. Y dígote de verdad que las paredes de aquel Monasterio están hechas con sangre de mártires. Y esta fue la causa por donde se movieron a hacer procesiones antiguas, y por esa causa le intitularon con el nombre de los Patronos,

Siguiendo con lo legado: por esta revelación del Arcángel Rafael, se deduce, que antes de trasladarse a San Pedro, estuvieron las reliquias en la Basílica de los Santos Patronos. En efecto, se supone que arreciando la persecución musulmana, reunieron todas las reliquias notables, soterrándolas profundamente al lado de la entonces Catedral de Córdoba. Pasados varios siglos, se perdió todo vestigio y el lugar de su enterramiento.

Aparición de los Cinco Caballeros al P. Roelas

Continuando con las revelaciones: así ratifica el P. Roelas la autenticidad de las reliquias encontradas en San Pedro. Ésta que se relata fue recogida en un librito por el P. Trinitario Francisco Sánchez de Feria:

“ Yo Andrés de las Roelas, natural de Córdoba, y al presente vecino de ella a la Collación de san Lorenzo,… como el Sábado Santo próximo pasado que esforzase a salir de casa… atrevime y salí poco a poco al campo por alegrarme por aquella parte que llaman arroyo del Comello, hasta unos olivares allí juntos, y cabe el camino, a donde me senté en un vallar… Y en esta sazón… oigo juntamente pasos de caballos. Volví la cara, vide cinco caballeros muy apuestos y hermosísimos vestidos de jubones blancos y calzas del mismo color… y unos coletos hayos, y herreruelos de grana y sombreros en sus cabezas. Levánteme a ellos, por buen comedimento; parados en par de mí; y el uno de ellos que estaba más a mi mano… me dijo: Por vuestra vida, señor, pues sois sacerdote, vais al prelado o a quien está en su lugar, y le digáis que aquel sepulcro que se halló en San Pedro y huesos de Santos, que los tenga a mucha veneración… Yo, pensando en mí, que serían algunos cortesanos o genoveses que venía de recibir lanas y de camino venían de ver el sepulcro… Dicho esto comenzaron a caminar. Y abajé un poquito la cabeza considerando lo dicho, y volviendo de presto a alzarla para verlos, ninguno de ellos apareció, con haber buen trecho de camino llano desde el lugar donde yo estaba hasta la cañada que desciende al arroyo de Pedroches.”

Según lo contado: en este relato del P. Roelas, los “Cinco Caballeros” aparecidos fueron los mártires Acisclo, Zoilo, Fausto, Januario y Marcial. Otros comentarios decían que unos de los caballeros era San Rafael. Hecho no ratificado por los expertos en el tema. Por último, para verificar la autenticidad de estos acontecimientos se consultó al Concilio Provincial de Toledo en 1583. Ratificando el Papa Gregorio XII la veracidad de los mismos, exhortando a los fieles a darle el culto debido. A partir de estos acontecimientos se avivaron de manera considerable la devoción popular a los Santos Mártires, hasta el punto que se constituye 1673 una numerosa cofradía, cuyas reglas y constituciones fueron aprobadas por el obispo Francisco Alarcón y Covarrubias.

Tan persuadidos como los dominicos de la Basílica de los Santos Mártires de que las reliquias allí depositadas eran auténtica, estaban, además de la mayoría de los cordobesa, personajes de toda península. Entre ellos, el historiador cordobés Ambrosio de Morales que murió pasados dichos acontecimientos. Éste pidió por deseo propio fuera enterrado en dicha basílica al lado del sepulcro de los Patronos. Por otro lado, el rey Felipe II veneró dichas reliquias en Monasterio del Escorial al serle entregadas parte de ellas en su visita a Córdoba en febrero de 1570. El P. Roela, sin embargo nunca opinó así. El rector de la Magdalena le propuso consultar el caso de las apariciones con prestigiosos teólogos dominicos del Convento de San Pablo. Él optó por los jesuitas tratando el caso con los padres Saelizes y Enríquez, quienes le aconsejaron fuese a orar ante el sepulcro de los Mártires en la iglesia de San Pedro. Algunos quisieron ver en este relato de las apariciones una supuesta rivalidad entre dominicos y jesuitas.

Sobre el tema de las reliquias de los Santos Acisclo y Victoria hay un testimonio del padre Francisco Rodríguez Doblas, religioso de la Orden de Predicadores, último prior del Monasterio de los Santos Mártires. Este religioso vio con el mayor dolor la vandálica destrucción de mismo, al ser excalustrado en 1835 conservó hasta su muerte ocurrida en 1867, un preciado tesoro, un artístico y antiguo relicario de plata sobredorada en forma de arca que contiene relíquias de los Santos Patronos y de San Álvaro de Córdoba. En su testamento dispuso que cuando muriese, fuese entregado por sus albaceas, al obispo, y éste lo entregara al deán del Cabildo de la Catedral, donde se mantuvo la costumbre desde esa fecha de exponerlo todos los 17 de noviembre a veneración de los fieles.

El 5 de marzo de 1998 con la autorización del obispo Francisco Javier Martínez Fernández se abrió las urna que contienes las reliquias de los Santos Martires para proceder a un tratamiento de conservación, recuento y clasificación, e igualmente a un examen pericial de las mismas. Tras un estudio detenido que duro varios meses, se llegaron a las siguientes conclusiones que se pueden consulta en el artículo: El enigma de las reliquias de los Santos Mártires de Córdoba

Galería de Imágenes

Enlaces Internos

Principales editores del artículo

Valora este artículo

3.2/5 (5 votos)