Jesús Caído "Cofradía de los Toreros"

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Jesús Caído con la túnica que le regaló "Lagartijo"

La Pontificia e Ilustre Hermandad de Nuestro Padre Jesús Caído y Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad es una de las cofradías más antiguas de Córdoba. Su fundación data del siglo XVII, erigida canónicamente en la iglesia de San Cayetano, convento de los Padres Carmelitas Descalzos, dentro de la demarcación territorial de la parroquia iglesia de Santa Marina. Dicha cofradía es llamada popularmente como "Hermandad de los Toreros”, debido a su proximidad con lo que fue el barrio del Matadero Viejo junto a la Torre de la Malmuerta, donde vivían los individuos que se peinaban con coleta (toreros) y por los muchos matarifes empleados en el antiguo matadero. También por recaer el cargo de Hermano Mayor en figuras de la torería cordobesa, tanto el siglo XIX como el siglo XX.

Historia

El primer Hermano Mayor torero fue José Dámaso Rodríguez Rodríguez "Pepete", tío abuelo de Manolete. Pero cuando mayor auge y esplendor alcanzó la Cofradía fue en el periodo que estuvo Rafael Molina Sánchez "Lagartijo" como Hermano Mayor, siendo elegido el 15 de febrero de 1880 al sustituir al fallecido hermano Manuel Taguas. Como dato curioso de referir, es que a la Junta de elección acudieron quinientas personas. El acta en la cual es nombrado dice lo siguiente:

“Un Hermano pidió la palabra y, cedida que le fue por la presidencia, manifestó: que si bien era difícil reemplazar el puesto de Hermano Mayor, por haber dejado el anterior servicios dignos de perpetuarse en nuestra memoria, creía que podía encomendarse tan difícil y laborioso cargo al señor don Rafael Molina, el cual tenía dadas pruebas de eminente religiosidad, tanto en la parte que tomó en la construcción de la Ermita del Pretorio, cuanto en la recomposición de la torre de la iglesia de San Cayetano y la gran función religiosa celebrada al Custodio San Rafael en la iglesia del Juramento, costeadas a su expensas; y siendo estas consideraciones tan apreciables, dignas de tenerse en cuenta, se tomaba la libertad de proponerlo a la consideración de sus Hermanos. Varios señores manifestaron que aceptaban con gusto al referido Rafael Molina y por unanimidad fue aprobada la proposición en presencia del vice-Hermano Mayor don "Rafael Hidalgo".

La esplendidez que siempre caracterizó a "Lagartijo" se manifestó pronto al reflejarse en la imágenes de culto y en los desfiles procesionales debido a las reformas que fueron introducidas en diferentes aspectos de la mismas. El "Califa" era gran devoto del Caído, pues en una grave cornada recibida en 1884 se encomendó al mismo; en agradecimiento por salir de tan mal trance, encargó una túnica de terciopelo con bordados de oro que provenían de capotes que él donó, y que hasta la actualidad sigue luciendo el titular en la tarde noche del Jueves Santo, aunque se ha cambiado el terciopelo por haberse deteriorado.

Cuando la procesión del Caido y la Soledad salían a la calle la Hermandad de los Toreros procuraba rodearla del mayor esplendor. La figura de "Lagartijo" como Hermano Mayor no faltaba en el cortejo religioso. Aquella noche, las calles del barrio de Santa Marina adquirían un aspecto de animación extraordinaria, donde los saeteros/as con profundan devoción cantaban a ambas imágenes, despertando los sentimientos religiosos de los vecinos. Se comenta la siguiente anédota como prueba de esa devoción y donde "Lagartijo" tuvo cierto protagonismo.

Se dio el caso, que estando la imagen en la puerta del Colodro, la voz de una mujer empezó a cantar una saeta con tal fervor y emoción, que Lagartijo le preguntó al piconero Juan “Diablo” : - ¿Quién es “j´esa” que canta la saeta?. Juan le respondió: - “La Capirota” que “j´está mu” malita. Rafael conmovido le dijo: “Pue, golverle” el paso “pa” que la salve de la “cogía”.

A continuación el silencio es roto por una saeta cantada por un piconero que alaba a Jesús Caído y se acuerda de su amigo “Lagartijo”, dice así:

Por la túnica que “tiés”
de mi amigo “Rafaé”
y se “pesao maero”,
acuerdate Jesús mio
de este “probe” piconero.
Reorganización

El 3 de junio de 1934, en el Convento de San Cayetano se celebró junta general extraordinaria de la hermandad para reorganizar la cofradía y elegir nueva Junta Directiva, cuya presidencia y vicepresidencia recayó en una comisión integrada por Federico Martín de Agar, Serafín del Olmo y Fernando Linares Mendoza. Otros cargos fueron: Enguenio Rodríguez de Liévana (tesorero); Julio Rodríguez (contador); Federico Martín de Agar (secretario); Ángel Ordóñez (vicesecretario); Rafael Flores, Rafael Alarcón, Narciso López, José Payán Viguera, Serafín del Olmo, José Santos del Olmo y Fernando Linares Mendoza (vocales).[1]

Continuó la tradición torera de esta Hermandad, al ser muchos lidiadores y subalternos hermanos cofrades. Fue en Junta celebrada el 19 de diciembre de 1939 donde se acordó nombrar para el cargo de Hermano Mayor a Manuel Rodríguez Sánchez "Manolete", aceptando complacido el espada cordobés dicha responsabilidad. El 26 de octubre de 1941 organizó Manolete un gran festival en la Plaza de toros de los Tejares a beneficio de la Cofradía, en la que intervinieron el propio Manolete, Marcial Lalanda, "Gitanillo de Triana", Pepe Luis Vázquez, Paquito Casado y el novillero cordobés Miguel Antonio Roldán, lidiando reses de Calderón de (Veragua). Los aficionados respondieron generosamente, y los importantes ingresos obtenidos se invirtieron en reformas de mejora de la Hermandad. Manolete continuó algún tiempo como Hermano Mayor, pero por motivos profesionales tuvo que declinar el cargo, ostentando el cargo de una forma honorífica. Siempre manifestó su devoción a Jesús Caído y a la Virgen de la Soledad, tanto, que llevaba consigo unas estampas de ambos depositándolas a modo de altar en los dormitorios de los hoteles donde se hospedaba. Rezándoles con devoción antes de marchar a los cosos taurinos. Llegado el momento funesto de su muerte, en la capilla ardiente figuraba la bandera de la Hermandad que le acompañó hasta el enterramiento.

Años posteriores al fallecimiento de Manolete, la "Hermandad del Caído" acordó nombrar miembros honorarios de la misma a los diestros cordobeses José María Martorell, Rafael Soria Molina “Lagartijo” , Manuel Calero "Calerito", Rivas y Joselete. De esta forma continuó la tradición de ser llamada "La Cofradía de los Toreros".

Es costumbre perdurable hasta la actualidad que los toreros en activo marchen el Jueves Santo detrás del paso de Jesús Caído como lo hiciera "Lagartijo"; son vistos en ésta manifestación semana santera Rafael Jiménez González "Chiquilín", José Luis Moreno, Enrique Ponce o José Luis Torres Roldán, Rafael Tejero, José María Tejero, Rafael Gago y un largo etc, y antaño fueron "Calerito", "Martorell", "Rafalito Lagartijo", los Hermanos "Zurito", Alfonso González "Chiquilin", Los Sánchez Saco......

Galería de Imágenes

  1. Hermandad de Jesús Caído y Nuestra Señora de la Soledad, en el Diario de Córdoba, 6 de junio de 1924, pág. 2.

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