La Granjuela

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Bandera de La Granjuela.png Escudo de La Granjuela.png
Bandera de La Granjuela Escudo de La Granjuela
Término municipal
Municipio de La Granjuela
Código postal 14207
Coordenadas
 - Latitud:
 - Longitud:

38°22' N
05º21' 0
Superficie 56 km²
Altitud 554 m
Población (2005) 487 hab.
Gentilicio Granjueleño/a
Ríos
Alcalde Maximiano Izquierdo Jurado (PSOE)
Comarca Valle del Guadiato
Partido Judicial Peñarroya-Pueblonuevo
Pirámide de población
Grupos quinquenales.
Cohortes plantilla h.png Cohortes plantilla m.png
Fuente INE, censo 2001.


Geografía

- Ubicación: La Granjuela se sitúa al norte de la provincia de Córdoba y de la comarca del Valle del Guadiato, muy próximo a la carretera nacional N-432, que la comunica con Córdoba (90 kilómetros).

- Vías de acceso: A-3276, A-3277, A-3279 y CP-237.

- Clima: el clima en La Granjuela es mediterráneo típico de estos lares, con inviernos fríos y veranos suaves

- Flora y fauna: A lo largo del término municipal de La Granjuela el visitante puede disfrutar de diversos escenarios paisajisticos donde la naturaleza comparte su territorio la dehesa con campos de olivares y tierras de labor. Es bajo el porcentaje de superficie labrada del municipio, como consecuencia de las características naturales del medio que constituyen factores limitados para su laboreo.

En La Granjuela se puede disfrutar de la observación de aves esteparias que pasan el invierno en esta zona o bien durante sus movimientos migratorios.

Destacan por su espectacularidad las bandadas de grullas y avutardas formados por centenares de individuos que desde noviembre se pueden contemplar al atardecer en las proximidades de la laguna de Peña la Zorra. También durante el día grullas y avutardas son visibles en las dehesas de encinares, olivares y los campos de cereales en muchos parajes de este territorio.

En cuanto a la vegetación natural la encina constituye el paisaje típico adehesado con residuos del matorral aclarado de lentiscos y jarales, coscojas, torvisco, retama, cantueso, romero y altramuz.

A lo largo de los arroyos existen adelfas y en los suelos mas profundos álamos blancos o chopos. Encontrándose en los suelos donde el nivel freático es superficial y en terrenos encharcados o húmedos extensos juncales y en algunos tramos carrizos y aneas, situados al oeste y suroeste del término municipal.

Población

- Medios de comunicación

- Datos poblacionales

Economía

Historia

Artículo principal: Historia de La Granjuela

Guerra Civil

El 3 de noviembre de 1936 las tropas franquistas toman La Granjuela, Los Blázquez y Valsequillo.[1]


- Heráldica:

- Lugareños ilustres

Cultura

Turismo

Puntos de interés

Es un yacimiento que no sólo pertenece a La Granjuela, sino que también forma parte de los términos municipales de Valsequillo y Los Blázquez. En este yacimiento fueron hallados unos pequeños Toros de Bronce de tipo ibérico, muy parecidos a los que se encontraron en algunos populares santuarios de la provincia de Jaén.

Edificios y monumentos

Arquitectura religiosa

Esta iglesia fue construida en el año 1950 por Daniel Sánchez Puch y José Rebollo Dicenta, edificándose sobre los restos de otra anterior que fue destruida durante la guerra. Se trata de una iglesia de una sola nave, que cuenta con cúpula en el presbiterio y una torre a los pies. La nave presenta arcos de medio punto de ladrillo con un principio de herradura en el arranque, y la cubierta está compuesta de tres paños de alfarje.

Espacios naturales

Paraje que ofrece un paisaje muy peculiar; un espacio húmedo dotado con una rica variedad de especies acuáticas, muy estimado para los visitantes apasionados por la naturaleza y la fauna.


- Tradiciones:

- Gastronomía:

- Productos Típicos:

- Hostelería:

Fiestas locales:

Direcciones de Internet

Fuentes bibliográficas

Galería

La Granjuela en Rincones de Córdoba con encanto[2]

Al pie de la suave sierra del Castillo blanquea el modesto caserío de La Granjuela, que con Valsequillo, Los Blázquez, Esparragosa y Los Prados formó parte del municipio de Cinco Aldeas, hasta su emancipación como villa en 1842. Es un pueblo instalado en la discreción de su aislamiento geográfico, lo que le proporciona una envidiable tranquilidad que el viajero de la capital percibe nada más llegar.

El espacio con más encanto de La Granjuela es su plaza mayor, dedicada a María Amaro, un luminoso y ajardinado rectángulo dominado por la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Valle, patrona de la villa. Sorprende que un pueblo tan pequeño –sus habitantes rondan el medio millar– tenga una iglesia tan hermosa, que fue “construida por la Dirección General de Regiones Devastadas en el año de 1950”, como reza una lápida al pie de la torre. El mismo organismo llevó también a cabo en la oscura posguerra la construcción de cuarenta viviendas, restañando así las graves heridas causadas por la contienda bélica. La huella de aquella arquitectura blanca, tan similar a la de los poblados de colonización, aún es perceptible en algunas de sus calles, pese a las reformas sufridas a lo largo de los años.

Si el viajero toma asiento en uno de los bancos de hierro fundido que flanquean la acogedora plaza, bajo la grata sombra de los álamos blancos, las melias y los falsos pimenteros, sentirá tal bienestar que no sabrá cuando levantarse. Lo primero que llama su atención es la torre del templo, que surge a la izquierda de la fachada;se trata de un blanco prisma rematado por una gran balconada de hierro, sobre el que se eleva el campanario neobarroco, coronado por un afilado chapitel de azulejos, de reflejos cobrizos. El campanario aparece girado, en posición oblicua, con respecto al cuerpo principal, disposición que recuerda las torres cordobesas de San Lorenzo y San Andrés. En verdad, la torre de La Granjuela resulta insólita en este paisaje, por ser tan diferente a los modelos habituales en la sierra; pero no es un caso aislado, como más adelante se dirá.

En un lejano y ya amarillento artículo de prensa, el canónigo Manuel Nieto Cumplido destacaba de esta iglesia singular “los enormes arcos fajones de herradura apoyados en columnas y capiteles califales, en licencioso maridaje con el barroco de la portada y de la cúpula”. Efectivamente, si el viajero penetra en el interior del templo llaman su atención los arcos transversales de rojo ladrillo, sustentados por columnas adosadas y grandes capiteles inspirados en los llamados ‘de penca’, de época califal, que recuerdan a los que se ven en las ampliaciones que al-Hakam II y Almanzor llevaron a cabo en la Mezquita cordobesa. Con la modernidad arquitectónica del templo contrastan las formas clásicas del pequeño retablo instalado en el presbiterio, que suele presidir la imagen de la Virgen del Valle.

Sorprende encontrar abierta la parroquia un día laborable; y es que en su interior adoran al Santísimo esta mañana de julio unas discretas y afables monjitas de Fraternidad, establecidas en la cercana villa de Los Blázquez, desde donde proyectan su oración y su ayuda humanitaria a estos apartados pueblos.

Junto a la acogedora plaza principal, en la vertiente opuesta a la parroquia, se extiende una placita menor presidida por la casa consistorial. En el centro de este espacio se ultima la instalación de una robusta fuente circular de granito gris, piedra que hasta aquí llega como un eco de los Pedroches, donde es tan persistente. A la vera del Ayuntamiento, en terrenos procedentes de antiguos corrales, hoy en desuso, se ha creado un grato pasaje dedicado al poeta Campoamor, que discurre entre dos grandes arcos de ladrillo, con verjas siempre abiertas; adosados a los blancos muros, pilares de ladrillo sirven de soporte a los geranios, mientras que en el centro del pasaje proyecta su grata sombra una vieja y respetada morera.

Si al viajero le agradan la arquitectura y el sosegado ambiente de La Granjuela, puede prolongar su gozo asomándose a Valsequillo y Los Blázquez, dos pueblos cercanos que fueron también objeto de reconstrucción en la posguerra, lo que confiere rasgos comunes a sus parroquias, ayuntamientos y viviendas populares, obras de los arquitectos que en aquellos oscuros años trabajaron para Regiones Devastadas, Sánchez Puch, Rebollo Dicenta y Marchena, que dejaron su huella y su estética. Especialmente bellas son las torres parroquiales, que conjugan rasgos neobarrocos y musulmanes; la de Valsequillo, por ejemplo, evoca el alminar de una mezquita norteafricana.

Referencia

  1. Se toman La Granjuela, Los Blázquez y Valsequillo, en el diario Azul', 3 de noviembre de 1936, pág. 9.
  2. MÁRQUEZ, F.S.. Rincones de Córdoba con encanto. 2003. Diario Córdoba

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