Santaella

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Escudo de Santaella.png
Escudo de Santaella
Término municipal
Municipio de Santaella
Código postal 14546
Coordenadas
 - Latitud:
 - Longitud:

37°33' N
04º50' 0
Superficie 271,2 km²
Altitud 243 m
Población (2005) 5.878 hab.
Gentilicio Santaellense
Ríos Río Genil
Alcalde [[ ]] ([[ ]])
Comarca Campiña Sur
Partido Judicial Córdoba
Pirámide de población
Grupos quinquenales.
Cohortes plantilla h.png Cohortes plantilla m.png
Fuente INE, censo 2001.


Geografía

- Ubicación: Está situada en la Campiña Sur.

- Vías de acceso: A-4, A-379 A-386, CO-9021, CP-042, CP-267, CP-269 y CP-275

- Clima:

- Flora y fauna:

Población

- Pedanías:

Cabeza del Obispo Las Casillas El Fontanar La Guijarrosa Huertas Bocas del Salado
Huertas del Ingeniero Huertas del Sol La Montiela Siete Torres


- Centros educativos: Ver categoría centros de educación de Santaella

- Medios de comunicación

- Datos poblacionales

Economía

Historia

- Heráldica:

- Lugareños ilustres


Cultura

Turismo

Puntos de interés

Santaella conserva magníficos ejemplares de fuentes tradicionales, muchas de ellas documentadas desde el siglo XVIII y de origen probablemente muy anterior. Algunas de las más importantes son:

Edificios y monumentos

Arquitectura civil

Edificio que fue construido durante el reinado de Carlos III, durante el siglo XVIII. Fue antiguo pósito y ha alojado el Museo Municipal hasta el año 2016. Posteriormente ha sido reinaugurada paraa exposiciones, talleres de música, teatros y otros eventos culturales.

Se comenzó en 1730, quedando terminada en 1734. Al exterior presenta una portada barroca de dos cuerpos de altura, estando formado el primero por una amplia puerta flanqueada por columnas dóricas sobre basamento cuadrado, sobre las que asienta un balcón con bella rejería y medias volutas laterales. Actualmente la casa alberga el Museo Municipal, reinaugurado en el año 2016.

Arquitectura militar
  • Castillo (Bien de Interés Cultural, año 1985):

Castillo de origen árabe, de la primitiva edificación solo queda la torre del Homenaje, de planta cuadrada, que ha sido restaurada, en la que destaca una ventana cuadrada en su fachada principal.

Arquitectura religiosa

Ermita que data de finales del siglo XVI, que pasó a ser propiedad privada en un tiempo, siendo devuelta de nuevo a Santaella. Junto a ella se encuentra una casa museo de temas religiosos.

Es ésta una de las ermitas más hermosas de Andalucía, cuya existencia ya Consta en el siglo XVI. Las obras realizadas en la primitiva ermita a mediados del siglo XVIII la sustituyeron por la importante iglesia actual, una notable obra de la arquitectura barroca cordobesa en cuyo interior se venera la imagen más antigua de Santaella, la Virgen del Valle, patrona del pueblo.

Situada en el interior del centro histórico de esta localidad, fue edificada sobre una antigua mezquita islámica entre 1527-1670, y constituye un claro testimonio de la evolución de la arquitectura cordobesa en dicha época. Consta de tres naves, la central más ancha que las laterales, siendo de proporciones catedralicias y destacando en ella la gran cúpula de crucero.

Museos y galerías

Espacios naturales


- Tradiciones:

- Gastronomía:

- Productos Típicos:

- Revistas y otras publicaciones del Municipio:

- Hostelería:

Fiestas locales:

Direcciones de Internet

Fuentes bibliográficas

Galería

Ciudades hermanadas

Ecouflant Francia Bandera de Francia.png


El contenido de este artículo incorpora material de una entrada de la Enciclopedia Libre Universal, publicada en castellano bajo la licencia GFDL.


Santaella en Rincones de Córdoba con encanto[1]

El viejo casino, Círculo de Labradores, tiene un patio dedicado al grupo Cántico, engalanado con hermosos poemas manuscritos en azulejos. Hay que empezar en él la aproximación a los encantos de Santaella, sublimados por los versos. “Dama de la Campiña, Santaella, / eres de sol y azul en celosía, / de calles que en ardiente geometría / ciñen de labios tu cintura bella”, la piropea en un clásico soneto Pablo García Baena, mientras que al recordado Mario López le gustaría “quedar aquí para siempre / diluido en el paisaje / de esta Campiña de oro / y sus lejanías azules”.

Con fantasía histórica echa a volar su pluma Vicente Núñez: “Como en un mar de pájaros reales, / tras la ventana de una antigua estrella, /sueña en tu torre eterna Santaella, / canta, suspira y vaga en medievales / noches como rubíes...”. Y Ricardo Molina acierta a descifrar el secreto de la villa, cuyas “calles y plazas nos ofrecen su ámbito sereno donde cuerpo y espíritu pueden gozar de una profunda calma”. Estas líneas, escritas en 1966, apenas han perdido vigencia, y animan al viajero a callejear entre el perenne abrazo de la cal, mientras la soberbia torre parroquial surge enhiesta en cualquier recodo para vigilar los pasos.

Tras el recital poético de Cántico, la Plaza Mayor se abre acogedora para mostrar al viajero las huellas más antiguas. Sin que la perturben el edificio del nuevo Ayuntamiento ni la moderna fuente de granito, imponen su presencia medieval los restos del antiguo castillo almohade, en el que destaca el prismático torreón. Entre los mechinales que horadan el tosco muro de tapial se inscribe una ventana renacentista con marco de casetones, como los que se ven en la portada del Conservatorio cordobés. Es un vestigio del refinamiento palaciego con que la fortaleza suavizó en el siglo XVI su adustez militar. El castillo está ligado al recuerdo de Gonzalo Fernández de Córdoba, que, antes de alcanzar la fama y el sobrenombre de Gran Capitán, fue apresado en 1474 –sólo tenía 21 años– por Diego Fernández de Córdoba cuando estaba al cuidado de su defensa.

En el exiguo rincón formado por torre y muralla se inserta una casa de época barroca, con balcón corrido de hierro forjado, que antaño acogió al Ayuntamiento y hoy mantiene el rótulo de Cámara Agraria. Junta a la casa pervive un arco de herradura apuntado –túmido lo llaman los especialistas– abierto en la muralla almohade; es la antigua Puerta de la Villa, que se abría formando un recodo para facilitar la defensa, y hoy, cegada, es depositaria del homenaje “a los caídos en la Guerra Civil española”, según reza una austera lápida.

Al pie de la muralla arranca una escalinata, que, protegida por barandilla, se prolonga en suave rampa para adentrarse en la antigua villa, de quebradas calles y casas renovadas que mantienen su pacto con la cal. Al llegar a una bifurcación tomará el viajero la calle Iglesia, que se abre a la izquierda, cuyo topónimo indica que está en el buen camino para admirar de cerca la portentosa parroquia de la Asunción, templo erigido sobre una mezquita entre los siglos XVI y XVII, que acumula todo un catálogo de estilos artísticos: gótico, mudéjar, renacentista, plateresco y barroco. Asombra conocer la nómina de renombrados arquitectos que intervinieron en el templo, como los tres Hernán Ruiz y Juan de Ochoa. Los abundantes sillares que proporcionó el cercano recinto amurallado facilitaron y abarataron la portentosa obra.

En el conjunto sobresalen el imponente cubo de la capilla mayor, de proporciones catedralicias, y la soberbia torre –regala su mejor vista en la calle Capitán Gualberto–, con su poderoso cuerpo octogonal fechado en 1527, sobre el que dos siglos más tarde, tras el famoso terremoto de Lisboa, se reedificó el campanario, de rasgos ya barrocos. Entristecerán al viajero las grietas abiertas en la fábrica del templo, que lo mantienen cerrado al culto desde hace años, a la espera de la anhelada restauración reclamada por los vecinos.

Al pie de la iglesia se extiende un pintoresco y espléndido mirador sobre la ubérrima campiña, contiguo a las Ventanas de Doña Aldonza. Desde aquí se divisan las Bocas del Salado, paraje asociado a la liberación de unos galeotes por Alonso Colorado el Guapo en el siglo XVI, curiosa aventura que Cervantes incorporó a su Quijote universal y dio lugar a la vieja coplilla “si me llevas a galeras, llévame por Santaella”.

Referencia

  1. MÁRQUEZ, F.S.. Rincones de Córdoba con encanto. 2003. Diario Córdoba

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