Analfabetismo
De Cordobapedia
El analfabetismo ha sido una de las constantes en la historia de Andalucía.
Todavía en 1934 el Diario de Córdoba publicaba un suelto sin firmar titulado Córdoba entregada a las turbas de muchachos[1] que decía:Diariamente recibimos numerosas quejas de los abusos que cometen las turbas de muchachos a que está entregada la ciudad, las cuales producen toda clase de molestias no solo al vecindario sino a los turistas. Anteayer, varios de estos que transitaban por la plaza de Colón se vieron de tal modo acosados por un grupo de granujillas, que tuvieron que refugiarse en la farmacia de don Juan Carandell para librarse de los mal educados mozalbetes. No hubo un dependiente de la autoridad que evitara el bochornoso espectáculo.
Lo mismo ocurrió hace algunos días en que el catedrático de la Universidad Central don José Ortega Gasset se hallaba sentado en un balconcillo de la Granja Royal y algunos desarrapados comenzaron a importunarle pidiéndole dinero, mofándose de él y arrojándole chinos. Uno de los dueños del establecimiento tuvo que salir a dispersar el grupo.
Por el Puente Romano venía, también no hace mucho, una caravana de turistas y sus constantes perseguidores subiéronse, como de costumbre, en el estribo de los automóviles, para asediarles con demandas de limosna. Como en el puente hubiera en aquellos momentos una pareja de la Guardia municipal a caballo, uno de los encargados de la expedición requirió a los aludidos guardias para que evitasen el abuso y aquellos respondieron que no era asunto de su incumbencia.
En el Patio de los Naranjos, también recientemente, unos jovenzuelos jugaban a la pelota, juego que suspendían cuando llegaban algunos forasteros para molestarles. Y presenciando esto, impasiblemente, se encontraban dos guardias municipales.
De todos es conocido, puesto que la Prensa publicó la denuncia, el inaudito hecho de que dentro de la Mezquita arrebataran a una señora inglesa un reloj de pulsera. Esto es sencillamente intolerable y a todo trance hay que ponerle remedio.
Esperamos que para ello el señor alcalde reproducirá con gran energía las órdenes que repetidas veces ha dado a la Guardia municipal y procederá más enérgicamente aún con quienes no las cumplan. Todo antes de que se elimine a Córdoba de la ruta del turismo, lo cual constituirá un verdadero padrón de ignominia para nuestra ciudad.
Lo mismo ocurrió hace algunos días en que el catedrático de la Universidad Central don José Ortega Gasset se hallaba sentado en un balconcillo de la Granja Royal y algunos desarrapados comenzaron a importunarle pidiéndole dinero, mofándose de él y arrojándole chinos. Uno de los dueños del establecimiento tuvo que salir a dispersar el grupo.
Por el Puente Romano venía, también no hace mucho, una caravana de turistas y sus constantes perseguidores subiéronse, como de costumbre, en el estribo de los automóviles, para asediarles con demandas de limosna. Como en el puente hubiera en aquellos momentos una pareja de la Guardia municipal a caballo, uno de los encargados de la expedición requirió a los aludidos guardias para que evitasen el abuso y aquellos respondieron que no era asunto de su incumbencia.
En el Patio de los Naranjos, también recientemente, unos jovenzuelos jugaban a la pelota, juego que suspendían cuando llegaban algunos forasteros para molestarles. Y presenciando esto, impasiblemente, se encontraban dos guardias municipales.
De todos es conocido, puesto que la Prensa publicó la denuncia, el inaudito hecho de que dentro de la Mezquita arrebataran a una señora inglesa un reloj de pulsera. Esto es sencillamente intolerable y a todo trance hay que ponerle remedio.
Esperamos que para ello el señor alcalde reproducirá con gran energía las órdenes que repetidas veces ha dado a la Guardia municipal y procederá más enérgicamente aún con quienes no las cumplan. Todo antes de que se elimine a Córdoba de la ruta del turismo, lo cual constituirá un verdadero padrón de ignominia para nuestra ciudad.
Referencias
- ↑ Córdoba entregada a las turbas de muchachos, en el Diario de Córdoba, 12 de abril de 1934, pág. 4.
Principales editores del artículo
- Eluque (Discusión |contribuciones) [8]
