Antonio Barroso Sánchez-Guerra

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Antonio Barroso Sánchez-Guerra fue militar. Nacido en Marín, Pontevedra, el 31 de julio 1893, era hijo de Antonio Barroso y Castillo y hermano de Eugenio Barroso Sánchez-Guerra. Se dedicó a la carrera militar y ascendió hasta el cargo de Teniente general. Murió en Madrid el 12 de agosto 1982, a la edad de 89 años.

Biografía

Hijo de Antonio Barroso y Castillo y de Rosario Sánchez Guerra –hermana del político conservador y varias veces presidente del Consejo de Ministros, José Sánchez Guerra–, la figura de Barroso se puede situar cronológicamente inmediatamente después de los llamados “generales del 36” –grupo integrado por los militares que alcanzaron ese empleo como consecuencia de sus acciones en la Guerra Civil, y en el que destacaron Juan Yagüe Blanco (1892-1952), Fernando Barrón Ortiz (1892-1953), Agustín Muñoz Grandes (1896-1970), Carlos Asensio Cabanillas (1896-1969), Pablo Martín Alonso (1896-1964) y Rafael García Valiño (1898-1972)–; formando parte de otro grupo que, junto a los tenientes generales Alfredo Galera Paniagua (1899-1990) y Pedro Pimentel Zayas (1894-1963) entre otros, alcanzaron el generalato en los primeros años del franquismo.

Barroso salió de la Academia de Infantería de Toledo el 13 de julio de 1911 con el empleo de segundo teniente. Dos años después, y como teniente de Infantería fue destinado a Tetuán, iniciando su participación en la contienda de Marruecos que se prolongó en dos etapas: la primera entre 1913 y 1917 y la segunda durante 1923, hasta que el 6 de noviembre de ese año paso destinado a Madrid como ayudante de campo del teniente general Diego Muñoz-Cobos y Serrano, capitán general de la I Región Militar (Madrid). Durante su estancia en Marruecos, y a diferencia de muchos de sus compañeros africanistas, no recibió ninguna recompensa importante por méritos de guerra, ya fuera en forma de ascensos o condecoraciones. No hay duda de que en esta ausencia de premios influyó el hecho de que abandonase Marruecos antes de que se iniciara el periodo final de operaciones que culminó en 1927 con el triunfo del Ejército español.

El segundo hecho destacado de esta etapa fue su ingreso en el Cuerpo de Estado Mayor, considerado la élite del Ejército español. Barroso fue admitido en la Escuela Superior de Guerra el 5 de junio de 1913, culminando sus estudios como número uno de su promoción cuatro años más tarde. En 20 de septiembre de 1919, y tras haber superado el periodo de prácticas, ingresó en el Cuerpo de Estado Mayor. A partir de ese momento, toda su carrera militar iba a quedar vinculada al ejercicio en ese servicio. Durante este periodo, recibió dos ascensos por antigüedad, a capitán el 26 de noviembre de 1917 y a comandante el 6 de febrero de 1923.

El tercer hecho, vinculado con su pertenencia al Cuerpo de Estado Mayor, fue su relación con Francia. En 1924, abandonó España para estudiar en la Escuela Superior de Guerra, en Paris; iniciándose una estancia en la capital francesa que, primero como estudiante y a partir de 1934 como agregado militar, se prolongaría hasta 1936.

La segunda etapa correspondería a la Guerra Civil. El inicio de la contienda le sorprendió en la capital francesa, poniéndose de forma inmediata al servicio de los sublevados. De hecho, su papel resultó clave para evitar que el Gobierno francés del Frente Popular, presidido por el socialista Léon Blum, vendiera armas a su homólogo español como era su deseo. Igualmente, intervino en varias gestiones para la compra de armas a favor de los rebeldes. Tras su regreso a España en septiembre de 1936, el general Franco lo incorporó a su Cuartel General; destino que mantendría durante todo el conflicto bélico, primero al frente de la 2ª sección (Información) y más tarde de la 3ª (Operaciones). Desde ese puesto de responsabilidad, participó en la supervisión de todas las campañas desencadenadas por los sublevados a lo largo del conflicto. Por esta labor, sería ascendido a coronel por méritos de guerra con antigüedad del 1 de abril de 1939; el mismo día en que finalizó la contienda.

La tercera etapa transcurrió durante el régimen franquista. Terminada la guerra, el general Franco le envió de nuevo a Francia, permaneciendo como agregado militar primero en Paris y luego en Vichy. No hay duda de que esa decisión estuvo encaminada a mejorar las relaciones de su régimen con el país vecino que, desde el primer momento, se había mostrado favorable al Gobierno republicano. Su permanencia en ese destino cesó tras su ascenso por elección a general de brigada de Estado Mayor el 2 de marzo de 1943. Poco después, se le nombró segundo jefe del Estado Mayor Central, un destino importante para su empleo, máxime en un momento donde empiezan las tensiones militares en el seno del régimen franquista como consecuencia de la derrota del Eje en todos los Frentes. Cuatro años después, ascendió a general de división, el 14 de marzo de 1947. Con este empleo, fue gobernador militar de la plaza y la provincia de Sevilla y subinspector de tropas y servicios de la Segunda Región Militar, segundo jefe del Estado Mayor Central y gobernador militar del campo de Gibraltar. El 3 de junio de 1955, ascendió a teniente general. Tampoco con este empleo recibió destinos importantes, pues inicialmente se hizo cargo de la Dirección de la Escuela Superior del Ejército, y el 26 de julio de 1956, de la Jefatura de la Casa Militar de S.E. el Jefe del Estado. Este último destino era considerado escasamente importante desde el punto de vista militar, pero de gran confianza política, y donde sustituyó al primo del dictador, el teniente general Franco Salgado-Araujo, que nunca entendió que fuera sustituido por un militar en el que Franco no terminaba de confiar. Más sorpresa le causó la noticia de que iba a ser designado ministro del Ejército el 23 de febrero de 1957, llegando a escribir: “Franco nunca ha tenido confianza política en Barroso, lo ha considerado siempre de tipo liberal”, añadiendo: “Barroso será leal, no lo dudo, pero muchos más méritos tiene Alcubilla y Martín Alonso; me refiero a méritos de campaña, mando de unidades, conocimiento del Ejército, etc.”. Más allá de estas críticas, la elección de Barroso puede explicarse si la situamos en su contexto. El Gobierno de 1957 supuso un punto de inflexión en el franquismo, ya que significó el fin definitivo del proyecto falangista encabezado por el ministro secretario general del Movimiento Nacional, José Luis de Arrese, cuyo objetivo era transformar el régimen en un sistema fascista, y el inicio de lo que Laureano López Rodó denominó “la larga marcha a la monarquía”. Además, era un momento económicamente difícil, lo que obligaría dos años después a aprobar el Plan de Estabilización (1959); a lo que se sumaba el proceso de descolonización de Marruecos (1956) y las consecuencias de los pactos con Estados Unidos (1953). Este conjunto de hechos obligaba a una importante reducción del Ejército. En estas circunstancias, el dictador optó por un teniente general monárquico que se había opuesto a Arrese, que era un técnico y que no tenía ni el prestigio ni la personalidad suficiente para transformar el Ministerio del Ejército en una base de poder. Durante su mandato, y además de las circunstancias anteriormente citadas, tuvo que enfrentarse a la llamada guerra de Ifni contra Marruecos (23.XI.1957–30.VI.1958). A pesar de estas dificultades, Barroso puso en marcha la primera de las grandes reformas estructurales que iba a sufrir el Ejército de Tierra durante las cuatro últimas décadas del siglo XX: la “Organización Pentómica”, cuyo objetivo era convertir el obsoleto Ejército español en una herramienta moderna y operativa. Además, creó las unidades de guerrilleros; en el ámbito de los recursos humanos, estableció dos nuevos empleos en el Cuerpo de Suboficiales y procedió a la renovación de los sistemas de protección social a la familia militar, y en el de la gestión administrativa, llevó a cabo la paulatina informatización de sus recursos.

Barroso cesó como ministro el 10 de julio de 1962. Un año después pasó a situación B. Aunque su servicio activo había terminado en el Ejército, siguió siendo procurador en Cortes por designación del general Franco. Como tal, votó en contra de la Ley para la Reforma Política el 10 de noviembre de 1976.

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