El Tonto Gómez
El Tonto Gómez
De los marginados de allá por los años veinte, existió en Córdoba un individuo que se le tildó con el nombre del "Tonto Gómez". Era de una familia media y operaba con frecuencia por los alrededores de la Mezquita-Catedral.Sus distracciones más corrientes las dedicaba en hacer problemas de matemáticas en las paredes con un carbón, demostrando que no era tan tonto como parecía o como lo creía la gente.
Para la gente menuda servía de distracción al hacer la instrucción militar en plena calle y organizaba batallones imaginarios. Así, es que, los chavales lo acosaban diciéndole… -¡Gómez…! ¿Jugamos a los soldados?, él respondía: '-Bueno, vamos'. Entonces los muchachos se graduaban caprichosamente. Yo general, yo capitán, yo comandante. Todos querían ser oficiales... -¿Y, los soldados?, preguntaba el "Tonto Gómez", a ver que nadie respondía, se marchaba cantado el siguiente dicho: -“Ya no pué ser, ya no pué ser, ya no pué ser”.
En cierta ocasión estaba el pobre falto de calzado. Se metió en el Cementerio y entrando en el depósito de cadávares descalzó a un muerto. Cuando averiguaron que el hecho lo había realizado el "Tonto Gómez" dijo en su descargo: - He hecho una obra de caridad, pues al pasar por el Campo Santo oí una voz que decía: Gómez quítame las botas que me aprietan y para lo que van a servir. Ponme las tuyas rotas que así andarás más calentito.
Al respecto se cantaba la siguiente cupletilla en los carnavales:
- Decía el difunto:
- ¡Quítame las botas Gómez!
- y anda calentito!
- Qué cuando llegue al otro mundo
- más vale entrar descalzo
- que no "apretaó" y escoció.
El "Tonto Gómez" pasaba como original y habilidoso para sobrevivir, y aunque las gentes lo tildaban de tonto o loco, él iban viviendo sin dar golpe y cubriendo sus necesidades y caprichos, además de distraer al público sin más complicaciones, ni problemas.
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