Francisco Luque "Matapalos"
Francisco Luque “Currito Matapalos” fue un personaje popular conocido en toda Córdoba. Nació a finales del siglo XIX llegando a vivir 80 años. Vivía en la calle Cárcamo nº7, en el barrio de Santa Marina, junto a la Piedra Escrita lugar de encuentro de los piconeros.
Su profesión de aladrero la heredó de su bisabuelo, así como su apodo de “Matapalos”, pues se contaba que decía: “dame una hacha, que ese palo lo mato yo”. Eran famosos los coches de caballos que ejecutaba, pues tenían fama en Córdoba y fuera de ella. El taller estaba de las Ollerías, donde exponía varios coches para recordar a los visitantes las obras artesanales que habían realizado sus familiares durante varias generaciones.
Su fama no era sólo profesional, sino que se proyectaba por su talante castizo en el vestir con sombreo de ala ancha, capa y en tomar sus copitas sin llegar nunca a emborracharse. Más su principal afición era en ligar a las mujeres. Se cuenta al respecto la siguiente anécdota cuando “Currito Matapalos” tenía ya los 72 años.
- Estaba en el lecho de muerte su esposa y le dijo ésta a una de sus hijas.
- - No dejes solo a tu padre, pues se ha rumoreado que va a sacar la partida de nacimiento en cuanto me muera para casarse otra vez.
Francisco Luque Roldán se anuncia en prensa en 1933 como Taller de construcción de carros y herrería, en Carrera de las Ollerías sin número, teléfono 1485.[1]
Referencias
- ↑ Publicidad, en el Diario de Córdoba, 13 de diciembre de 1933, pág. 4.
Principales editores del artículo
- Eluque (Discusión |contribuciones) [2]
- Ildelop (Discusión |contribuciones) [1]
