Los Mochileros en Espejo
Los mochileros eran típicos de la Navidad, recorrían las callejas y plazas, colmando a Espejo de felicidad junto con un grupo de jóvenes de octavo curso del Colegio Público Cervantes de esta localidad, para recaudar dinero para su viaje de fin de curso, ya que estos jóvenes dejaban la escuela para ir al instituto.
El traje típico del mochilero era: “Capotillo” de dos rayas, “señaeras”, “antonillas”, sombrero de paja, zambomba de pellejo de gato. Las mochileras con su refajo, pañuelo en la cabeza y carraca o botella.
La forma de divertirse en Navidad era muy diferente a la de ahora. Las mujeres tenían menos libertad y si alguna se salía de los normal (llamemos normal a las normas que se establecían en el pueblo dentro de su autonomía) eran criticadas por sus propias amigas y vecinas.
Unos días antes de la Navidad, las mujeres iban a los hornos a cocer las “torticas”. Para transportarlas hasta el horno las colocaban en la tabla de cortar, bien colocadas en papeles de estraza. La tabla de cortar tenía forma para la cintura, ya que se la ponían las mujeres encima de las piernas cuando cortaban alguna prenda.
En Navidad se divertían de una forma muy peculiar, todas las amigas de la calle se reunían en casa de una de ellas, buscando siempre una casa que no tuviese luto. Entre todas ponían una fuente de dulces caseros navideños, sin faltar unas botellas de aguardiente y rosoli. Empezaban tomándose unas copitas acompañadas de unos dulces hasta que se ponían a tono para cantar unos villancicos al Niño Dios (todo esto se hacía después de venir de las aceitunas).
Esto era el prólogo de esta fiesta, ya que todos esperaban la llegada de los “mochileros”. Cuando estos entraban por las puertas de las casas, siempre pidiendo permiso antes de entrar, era cuando reinaba la alegría y la diversión que con sus barajas de coplas navideñas hacían pasar un rato muy agradable. Estas célebres barajas llevaban las criticas de todo el año, los trapos sucios de Espejo. Estas Navidades tenían su parte religiosa, tocando a “Maitines”, dejaban la reunión junto con los mochileros y todos juntos subían cantando a la parroquia para ver nacer al Niño. Hay una letra que dice:
Mochileros van cantando con fe
que el niño a las doce tiene que nacer.
Cuando el Niño nacía le cantaban villancicos y le besaban el pie al recién nacido.
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