Mayo en Fiestas (La Rambla)
Mayo es un mes positivo. De la primavera es su plenitud, del verano el precursor. Es esperanzador después del monótono invierno, con él se abre la espectativa del ocio: Aire libre, vacaciones, expansión….Aunque luego todo quede en abúlicas siestas e insomnes noches de calores y mosquitos, pero en Mayo, reina la ilusión y la esperanza.
Su primer día es monopolio de los trabajadores: Fiesta del trabajo, donde siempre hay algunos mitines politico sindicales de puños en alto y cuellos sin corbata. Donde los trabajadores se sienten que son algo y los parados que no son nada, pero a todos se les alegran un poco las “pajarillas”.
Pero para no caer en frustaciones llega inmediatamente el día de la Cruz, las Cruces de Mayo, que es la fiesta más significativa del año, porque reune tres dimensiones que difícilmente las volveremos a encontrar en el resto del año, cuales son la belleza, con la que se adorna una calle o un rincón, la Participación ciudadana, activísima, que produce una hermosa convivencia y la Alegría que exhala cada Cruz, con su derroche de colores, fragancias, flores y esperanzas suspendidos en la noche. Las Cruces son brotes de primavera que le salen a La Rambla por sus calles en el mes de Mayo. Es una Fiesta Joven, popular, auténtica y esperanzadora.
El día 15 San Isidro Labrador traza un ecuador imaginario sobre el mes y nos saca de las casas y del trabajo para llevarnos al campo. Es el único día del año que salimos al encuentro de la naturaleza, que vamos en su busca y auqneu este encuentro no se culmine con un verdadero arraigo de la naturaleza en nuestros corazones, sirve por lo menos para descontaminar nuestros pulmones y nuestra mente de todos los humos,, prosaicismos y teleñecos que nos ha tocado padecer y con la reglamentaria paella, algunas borracheras y las gansadas de rigor, homenajeamos dionisiacamente a la naturaleza. Es una fiesta de expansión, de desinhibimiento, de escape necesario del mecánico transcurrir urbano. La tierra nos recibe gozosa y coqueta, ataviada con sus mejores vestidos, con chapetas de amapolas en sus mejillas, que disimulan el rubor que le produce su frutal embarazo. Y nos extiende sus colchas de colores para sanamente refocilarnos.
Este año, mayo inconformista, ha querido terminar desapercibido y acoge al Corpus Cristi con el verde de su juncia y el aroma de sus flores, con lo que la belleza se une a la espiritualidad, la esperanza a la fe y la naturaleza a Dios.
Queda , pues, claro por lo menos para mí, que de mayo es la belleza y la esperanza, y de él debemos esperar las mejores cosas. Su luz inundará de claridad las retinas de los hombres, su sol acariciará pícaramente, las blancas carnes femeninas, y su irradiante optimismo impregnará la naturaleza humana para incitarle a ser un hombre nuevo, que se parezca más al mes de mayo: Alegre, participativo, solidario, bello, auténtico, espiritual, optimista, pero sobre todo FELIZ.
A.Ramirez
Boletin Informativo Municipal Mayo/Junio 86
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