Mina San José

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La mina San José es una de las minas más antiguas de la Cuenca carbonífera del Ato Guadiato.

Historia

En 1783 se instaló una máquina de vapor en las minas de mercurio de Almadén (provincia de Ciudad Real) con el objetivo de solucionar los problemas de desagüe existentes. Proveniente de Inglaterra, la máquina se puso en marcha en 1787, por lo que se creó la necesidad de encontrar carbón en sus cercanías (Hernández Sobrino A., 2005). La Superintendencia General de Azogues y Minas encargó al ingeniero de minas Francisco Carlos de la Garza la búsqueda de carbón de piedra en el ámbito de su jurisdicción (14 leguas/80 km.) La primera veta se descubrió al sur del núcleo urbano de la villa de Espiel el 15 de mayo de 1788, una segunda en el arroyo de la Hontanilla de Peñarroya (por entonces aldea de Belmez),el 20 de junio, y la tercera, un día más tarde en el cerro del Almagre al este del núcleo urbano de la villa de Belmez (De la Garza, F.C., 1789). Los trabajos de explotación a cargo de las minas de Almadén comenzaron en 1790 y estuvieron en funcionamiento, de manera intermitente, hasta 1799 año en el que cesó la actividad por el elevado coste de extracción y transporte y por el desconocimiento de su uso como combustible para la máquina de vapor (Gallardo Fernández, F., 1808). Desechado el consumo para la máquina de vapor, a partir de 1800 fueron los herreros los que ocasionalmente hacían extracciones estacionales para alimentar sus fraguas. En 1836 Ramón Pellico en su informe sobre las minas de carbón, refiriéndose a la capa descubierta en Belmez, afirmaba: “las labores ejecutadas consisten en dos socavones y una pequeña calicata. El uno de ellos, situado a 1.300 varas al este de Belmez, estaba abierto en una arroyada y se dirigía entre este y sur a los 30° de la brújula, avanzando como unas 90 varas sobre una capa de carbón de más de 3 de espesor y con él debía comunicar en lo sucesivo un pozo abierto en la superficie a 180 varas de su boca”.

ANTECEDENTES DE LA MINA CABEZA DE VACA. (1832-1849) El 4 de marzo de 1832 fue promulgada una real orden para el fomento de la explotación de las abundantes minas de carbón de piedra del Reino y facilitar a la industria un producto que tanto necesitaba para sus operaciones. Con este antecedente, el 3 de agosto de 1838 José Miranda denunció, en nombre de Manuel Marliani, cónsul de España en París, y de sus socios D. Alejandro Aguado, Francisco de Paula Enríquez y Andrés Muriel, una mina antigua abandonada de carbón de piedra junto al arroyo de la Hontanilla denominada San José y otra llamada Bermeja sita en el Campillo, ambas en término de Belmez. Anteriormente habían sido propiedad del establecimiento de azogue de Almadén (Ciudad Real) por lo que cabe suponer que se refiere a las explotaciones llevadas a cabo en las vetas de carbón descubiertas en Peñarroya y Belmez en 1788 (BOPC. 04/09/1838). Por tanto, después de un parón productivo de casi cuarenta años, se reinició la actividad en torno a la posible explotación y aprovechamiento del carbón de la cuenca para su uso como combustible en la obtención de hierro, plomo y cobre. Dentro de este renacimiento del carbón guadiateño Lucas Mallada sitúa al ecijano Manuel Rodríguez de Cabeza de Vaca haciendo registros en el año 1843, siéndole otorgada la concesión de la mina Santiago (GM. 10/09/1864). En 1846 Pedro Surrá y Rull, exministro de Hacienda, Benito Vicens, diputado a Cortes, y Francis Giles, ingeniero de minas inglés, crearon la Unión FerroCarbón para la explotación y beneficio de sus minas de hierro y carbón y para el establecimiento de hornos altos de fundición de hierro. Pedro Surrá adquirió la mina Santiago para esta empresa de breve recorrido ya que diferentes problemas dieron al traste con su existencia poco después, motivo por el cual solicitó su abandono que fue concedido el 4 de enero de 1849 (BOPC. 26/02/1849).

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