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Dos años después de la construcción de los Baños de Arenosillo se publicó en Córdoba (1840) un folleto a cargo de los licenciados en farmacia José de Linares y Gómez y Francisco Aviles y Cano donde se recogían sus trabajos y conclusiones después de analizar el agua de este manantial. ”Análisis Indicativa de las aguas minero-medicinales de Arenosillo en el partido y termino de Montoro”,que así se llama,es una pequeña joya que trasciende mas allá de lo puramente técnico para introducirnos en todo lo concerniente a los baños y su entorno tanto desde el punto de vista historico,geografico,geologico o zoológico. Os recomiendo su lectura en el pdf adjuntado abajo. http://blog.centauromontoro.com/modules/newbb/dl_attachment.php?attachid=1225029363&post_id=610
La relación entre la administración técnica de los Baños de Arenosillo y el ayuntamiento de Montoro nunca fueron todo lo cordiales que debían. Al menos así lo atestigua el medico natural de Bujalance Leopoldo Martínez de la Reguera, (a quien le dedicaremos un trabajo mas adelante) que fue director de estos baños durante algún tiempo.
En su obra “Fauna de Sierra Morena” publicada en 1881 realiza un comentario sobre esta relación.
“En Montoro existe un ejemplo patente, en el venero sulfa-acidulo-salino-férreo-salicatado del Arenosillo, tan maravilloso por sus virtudes como abandonado por el Ayuntamiento,a quien por desgracia pertenece, cuyas cualidades fueron determinadas en 1819 por unos podencos, afectos de arestín, propios de D. Manuel Madueño Grande, capellán conocido por Nunca la canta, verdadero descubridor del manantial en la margen derecha del arroyo que le da nombre,a unos cuatro kilómetros al Norte de la ciudad.”
Por otro lado la marquesa viuda de Benameji se llamaba María del Carmen Aguayo y Aguayo, nacida en Córdoba en 1780 y fallecida en Montoro en 1851, posiblemente en la finca Escalera, entonces de su propiedad y donde fue enterrada. Fue esposa de Juan Bautista Bernuy y Valda, 7. marqués de Benamejí fallecido en Córdoba en 1809 y enterrado, también en Escalera. Así mismo fue madre de Francisco de Paula de Bernuy y Aguayo, 8. marqués de Benamejí, quien protagonizo uno de los capítulos más curiosos de la nobleza andaluza, al incorporar dentro de este estamento a su amante Feliciana Jiménez de Coca, bellísima mujer natural de Bujalance y de estado plebeyo.Casose con ella en “articulo mortis” legalizando de esta manera los hijos habidos de esta unión.
Dentro de la profusión de publicaciones sobre aguas medicinales, en esta época (siglo XIX) sobresale Pedro M. Rubio con su «Tratado completo de las fuentes minerales de España», comenzada en 1840 y publicado en 1853, donde relaciona 188 balnearios y 1187 manantiales que clasifica según su temperatura y composición química, dando noticia de 283 análisis químicos de aguas minerales y de sus indicaciones terapéuticas, entre ellos los baños de Arenosillo.
Este tratado es un monumento hidrológico en el que además de los aspectos científicos abunda en datos administrativos, estadísticos, económicos e históricos.
Habría que agregar también que a partir de 1861 estos baños se van abandonando paulatinamente hasta su abandono total a causa del paludismo endémico de la zona.
