Don Primo
Don Primo
Era un señor metido en años, con porte educado y cierta elegancia en el vestir. Estaba permanentemente en los billares de San Álvaro junto a la plaza de las Tendillas. Su mente estaba en otro mundo, en una palabra, era un ido de la misma.
Los estudiantes del Instituto de Enseñanza Media hoy I.E.S. Luis de Góngora iban al billar como clientes asiduos. Allí tenían contacto con don Primo. Estos solían gastarle bromas que él consideraba como deferencias hacia su persona. Una de estas bromas la desplazaron en el Paseo de la Ribera del Guadalquivir, pues le dijeron que había atracado un submarino alemán superviviente de la Primera Guerra Mundial.
Don Primo en su demencia, cría que había llegado el Kaiser para visitar la Mezquita, así que enfiló a toda prisa hacia el lugar indicado para ver tan magno acontecimiento. Iba en su marcha sin mirar a nada y nadie, de forma, que al cruzar por la cuesta de bajada a la antigua cárcel, - hoy Alcázar de los Reyes Cristianos- fue atropellado por un vehículo que como consecuencia del mismo encontró la muerte.
Así terminó la vida de un loco pacífico, todo un emblema estudiantil en su vigilancia especial de los billares de San Álvaro.
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