Historia de Benamejí
Historia de Benamejí
Desde la Prehistoria a la refundación en el siglo XVI
Para entrar por la puerta de la historia, tendremos que traspasar primero el arco nebuloso de piedra, cobre y bronce y ahí nos encontramos las sepulturas calcolíticas del Cortijo Poyato. De la época ibérica, los yacimientos del cerro del Castillo. Hallazgos en cerro Barrero en el alfar de El Tejar, así como la estela funeraria en el Dehesa Encina el Cuervo.
Pero Benamejí se consolida en el siglo IX cuando el emir Abd Allah construyó su fortaleza llamada Banu Bashir (en árabe, بنو بشير), actualmente conocida como castillo de Gómez Arias o castillo de Benamejí, fortificada más tarde por Abd ar Rahman III. En 1240 Fernando III conquistó Benamexir y en 1254 fue donada por Alfonso X a la Orden de Santiago.
Después de cambiar varias veces de mano, en 1361 es definitivamente conquistada por las tropas de Pedro I de Castilla.2 Aunque quedó muy cerca de la frontera, su situación mejoró con la toma cristiana de Antequera en 1410.3
El Papa Clemente VII autorizó a Carlos I a vender algunas propiedades de las órdenes militares y Benamejí es vendido al regidor de Burgos Diego de Bernuy, por 19.965.000 maravedíes, el cual, allá por 1549, decide levantar al pueblo de nueva planta, lo dota de Carta Puebla, reparte tierras y da normas para la organización de la villa. De esta época data el puente renacentista construido por el arquitecto Hernán Ruiz II.
Benamejí en la Guerra de la Independencia
La literatura histórica sobre el bandolerismo ha utilizado a Benamejí como un punto importante de actuación en el siglo XIX. El paso por el puente para vadear el río, en el camino de Córdoba a la provincia de Málaga, y su entorno entre colinas facilitaban las cosas para tender emboscadas. En la Guerra de Independencia (1808-1814), las cuadrillas de Juan de Campos y Pedro Alcalde operaron por los contornos de Benamejí y Encinas Reales, alternando la acción guerrillera de hostigamiento a los franceses con la rapiña y robos en la zona. Otra de las cuadrillas que operaba de igual modo allí era la de Pedro Pena, apodado el Sotana, que actuaba desde Benamejí con ocho o diez delincuentes fugados de los presidios. Una tercera partida existente fue la de Francisco Lozano, el Bolsero. El 2 de junio de 1811, en las cercanías de Benamejí, Pedro Alcalde concentra a las partidas de la zona logrando reunir, según dicen, a unos mil doscientos hombres con los que lleva a cabo un hostigamiento a las tropas francesas del Mayor Robin. El combate se salda con trescientos muertos, un sin fin de heridos y la desbandada de los españoles. Pedro Alcalde Heredia, un antiguo jornalero que había nacido en Los Villares, es apresado y trasladado a Jaén, donde intentan ahorcarlo, pero al no disponer de verdugo, deciden fusilarlo y posteriormente colgar el cadáver del patíbulo. Estas y otras acciones en las que facilitaron el cobijo y el paso de las distintas partidas de los guerrilleros que operaban en la zona, provocó que los franceses multaran a la población, según consta en los escritos de la época.
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