Historia de la provincia de Andalucía de la Compañía de Jesús

De Cordobapedia
Saltar a: navegación, buscar

Obra del sacerdote Martín de Roa y Fernández de Córdoba, apareció publicada en 1602.

Historia de la Compañía de Jesús

Según el padre Martín de Roa, la orden de los Padres Jesuitas llegó a Andalucía de la mano de la nobleza más influyente y poderosa. El ingreso en la Compañía de Antonio Fernández de Córdoba y Figueroa, hijo de los condes de Feria y marqueses de Priego, propició el primer asentamiento en Córdoba en 1552, contando con el apoyo de su madre doña Catalina Fernández de Córdoba, quién donó “las casas del agua,” en el barrio del Alcázar viejo, para el establecimiento de la Compañía. El Cabildo Municipal acordó costear estos establecimientos y en la sesión del 25 de enero de 1553 determinó aplicar a las obras el dinero sobrante del encabezamiento general del reino, tercias y alcabalas. También se acordó que se pidiese para las obras, real cédula y facultad al Rey, haciéndose depósito de todo, el veinticuatro Juan Pérez de Saavedra. El acuerdo municipal fue trasladado a la marquesa y el 18 de marzo de 1553 al padre Juan de Ávila, que en esos momentos se encontraba en Montilla para gestionar junto a la marquesa la fundación del Colegio, comisionando poco después a los veinticuatros Juan de Valenzuela y Pedro Núñez de Godoy. En abril de 1553 fueron recibidos por doña Catalina en Montilla, quien agradeció el ofrecimiento del Cabildo de labrar a su costa el Colegio y escuelas, prometiendo que su hijo don Antonio de Córdoba solicitaría del papa la unión de los beneficios eclesiásticos que gozaba para rentas del Colegio. La ciudad acordó comenzar las obras, comisionando a don Juan de Cárdenas y don Diego Fernández de Córdoba, con otros tres caballeros veinticuatros y dos jurados para ejecutarlas, autorizándolos a que gastaran en el Colegio y escuelas los maravedíes que fueran necesarios. De forma paralela, el deán Juan Fernández de Córdoba donó sus casas a la Compañía de Jesús y, aunque estas propiedades fueron bien acogidas, se continuaron las obras en “las casas del agua.” El 3 de noviembre de 1553 se presentaron ante el Cabildo Municipal los padres Francisco de Borja y Antonio de Córdoba, para dar las gracias por la financiación de las escuelas, cuyas puertas se abrieron el 13 de diciembre de ese año. Al día siguiente se repartieron los estudiantes en cinco grupos recibiendo clases de gramática y retórica, añadiéndose otras dos lecciones de casos de conciencia, cuyos lectores fueron el padre doctor Juan de la Plaza y el padre doctor Miguel de Torres, primer provincial de Andalucía. Pocos días después el deán don Juan Fernández de Córdoba les hizo la donación efectiva de sus casas,2 con ornamentos preciosos y joyas de oro y plata que tenía para el servicio de la iglesia, señalándoles una renta fija para la fundación del Colegio. El 24 de enero de 1554 se firmó la escritura con los padres comisarios, Antonio de Córdoba y Francisco de Borja, obligándose ambas partes a suplicar al papa la creación de una universidad para el estudio de todas las ciencias. La Compañía tomó posesión de las casas del deán el día 24 de junio de 1555, acudiendo en procesión desde “las casas del agua” el Cabildo Municipal y el Cabildo Catedralicio, la Inquisición, nobleza, clerecía y el resto de las órdenes religiosas. Tras tomar posesión pasaron a la iglesia, donde se cantaron vísperas. Al constituirse la provincia de Andalucía solo se contaba con el Colegio de Córdoba, donde residían ocho sacerdotes y diez hermanos, muchos de ellos estudiantes, creándose la provincia con la idea de que la orden se expandiese por el resto del territorio andaluz, donde se estaban negociando en esos momentos nuevas fundaciones.[1]

Referencias

  1. Martín de Roa, Historia de la Provincia de Andalucía de la Compañía de Jesús (1553-1602), ed. y con introducción, notas y transcripción de Antonio Martín Pradas e Inmaculada Carrasco Gómez (Écija: Asociación de Amigos de Écija, 2005).2. Antonio José Díaz Rodríguez, “El Colegio de Santa Catalina de Córdoba: notas sobre su documento fundacional,” Ambitos (Montilla)no. 19 (2008): 93-103.

Principales editores del artículo

Valora este artículo

0.0/5 (0 votos)