Iglesia de la Inmaculada Concepción (Valsequillo)
Historia
Durante la Guerra Civil la situación de Valsequillo en zona de frente determinó la adscripción al bando republicano de muchos de sus pobladores hasta sufrir los efectos de la ofensiva nacional, iniciada en octubre de 1936.
El núcleo urbano quedó deteriorado con la Guerra Civil, incluso después de ésta, convirtiéndose, dicen, en campo de concentración, rodeándolo de alambradas, hasta su reconstrucción en la posguerra por la Comisaría de Regiones Devastadas, con casas blancas unifamiliares parecida a las de los poblados de colonización.
Como ya se ha mencionado, Valsequillo tuvo un duro castigo durante la Guerra Civil, sufriendo la destrucción de gran parte de su patrimonio artístico y cultural. Del expolio no se salvaron ni el archivo municipal ni el parroquial. Con la destrucción de dichos archivos, especialmente el municipal, la villa de Valsequillo se encontró con importantes lagunas en su historia local.
Descripción
La iglesia de Valsequillo muestra una concepción de la Arquitectura que Regiones utiliza, correspondiente a una iglesia de una gran nave, con entrada sotocoro y una capilla mayor o presbiterio independiente, ligeramente elevada sobre el resto del templo y con las dependencias parroquiales en una crujía que flanquea la nave por cada uno de sus lados y capillas en algún caso, así como una logia lateral y un baptisterio. Podemos decir, así, que están compuestas exteriormente de una fachada, un cuerpo de nave principal, cubierto a dos aguas, un presbiterio más elevado y una logia adosada.
Al construir la iglesia, un punto fundamental dentro de la silueta de la población, se va a jugar con ella como un hito que va a definir ejes dentro de la trama.
La silueta de los pueblos se marcará con las espadañas o los campanarios de las iglesias que rematan el plano de las fachadas o que se convierten en el hito principal de la población, ocupando una posición frontal en la mayor parte de los casos junto a la fachada principal. Su relación con el resto del cuerpo de la iglesia variará en los distintos modelos; habrá campanarios exentos, o adosados a la nave principal, mientras que en otros modelos aparecerá en una posición lateral destacando detrás del porche que puede cubrir toda la fachada. Este elemento, el porche, precediendo a la iglesia, va a ser otro de los elementos comunes en toda la trayectoria reconstructora de Regiones, y si bien va a aparecer adosado al cuerpo principal de la iglesia en la mayoría de los casos, en los temas de las iglesias de gran envergadura se va a insertar bajo el coro.
La actual iglesia presenta los rasgos característicos de Regiones Devastadas. Se proyecta junto a la plaza de la Constitución y el Ayuntamiento, y se trata de un templo de digna y cuidada arquitectura que se construyó en los años cincuenta según proyecto de los arquitectos Daniel Sánchez Puch y Ángel Marchena Rodríguez.
Su interior, a lo neoclásico, se ajusta a un plan de cruz latina, de una sola nave, marcando sus tramos columnas jónicas, que se duplican en los machones del crucero, sobre cuyo tramo central voltea una cúpula perforada con ventanas, escoltada a ambos lados por arcos ciegos que descansan en dobles columnas de inspiración jónica. La cabecera se hace poligonal y también se articula con columnas, aunque aquí se impone un neobarroco en las portadas laterales.
Si el interior es solemne, no menos lo es el exterior, donde se alza una hermosa fachada con portada. El acceso tiene lugar mediante un arco de medio punto flanqueado por columnas acanaladas, que apean sobre pedestales construidos en granito, al igual que el zócalo del que forman parte. La portada presenta una sencilla ornamentación. Se puede hablar de unos elementos triangulares que decoran las enjutas del arco, así como de una moldura que aparece en la clave de éste. En el segundo cuerpo se observa una especie de rosetón de forma oval, enmarcado por dos pilastras igualmente acanaladas. Aparece rematado por una moldura sobresaliente en forma de chaflán, sobre la que apoyan tres pináculos pequeños. Todo el conjunto está rematado por una moldura que enfatiza la techumbre a dos aguas del templo, sobre la que aparece una cruz dispuesta sobre una peana. Junto a la fachada queda la torre, de sillares de granito la parte inferior, sobre la que apoya otra parte construida en ladrillos rojizos, perforada en sus frentes por varios vanos. Se remata mediante un cuerpo de campanas octogonal y chapitel con agujas a su alrededor, todo ello decorado con azulejos azules. Nieto Cumplido dijo una vez que esta torre recuerda el alminar de la mezquita de Cairuán. El acento arábigo de la torre se alía con el moderado barroquismo de la portada, creando un ambiente regionalista perfectamente integrado en el caserío. Así pues, se impone al exterior un conjunto neobarroco, característico de la arquitectura regionalista de Sánchez Puch.
La Comisaría de Regiones Devastadas, al entregar la iglesia nueva por los años cincuenta, dejó en ella dos retablos. De éstos, el del presbiterio se desmontó a raíz de la reforma litúrgica emanada del Concilio Vaticano II, por lo que sólo permanece el ubicado, hasta hace varios años, en el lado de la epístola del crucero, pues actualmente se encuentra en el presbiterio. Se trata de un altar de gusto neoclásico, al parecer, fruto de una remodelación en la que se han integrado algunos elementos procedentes de retablos antiguos, tales como las columnas de orden compuesto que flanquean la hornacina que alberga la efigie de la Inmaculada. El retablo se corona con un templete formado por dos pares de columnas que flanquean una representación pictórica de Cristo Crucificado, sobre las que apoya un frontón triangular de inspiración clásica.
El resto de las imágenes que ampara la iglesia son de producción seriada.
A través de la portada lateral izquierda del presbiterio del templo, se accede a la Sacristía y a la llamada coloquialmente casa del cura, realizadas igualmente por Regiones Devastadas, conservando los rasgos típicos de esta arquitectura.
La antigua iglesia
De la primitiva iglesia apenas se tiene constancia, pues, como se explicó en la introducción, del expolio ocurrido durante la Guerra Civil, no quedó archivo alguno. Lo único que se conoce es a través de la breve descripción realizada por el visitador general del obispado, hacia 1589: "Luego visitó el cuerpo material de la dicha yglesia y halló que tenía mal techo de cañas y la madera rolliza y asimismo entró en la capilla baptismal, la qual era muy angosta y baxa, el techo de la misma manera, una pared della abierta por dos partes con peligro de caerse, en el techo de la yglesia encima de la puerta della descubierto un pedaço pequeño sin tejas por donde se llueve".
La sencilla iglesia, puesta bajo la advocación de Nuestra Señora de la Concepción, carecía de retablo, y el representante de la autoridad diocesana ordena en el citado año que "se encargue un paño de guadamecí que sirua de retablo, un poco más ancho quel altar, a medida de la pared, en el qual se pinte un cristo y sant juan y la magdalena a los lados".
No se conoce el patrimonio escultórico con el que contaba esta iglesia, sólo que albergaba varias imágenes, de las que sólo podemos nombrar la de Jesús de la Expiración, que según Luis María Ramírez de las Casas Deza era muy venerada por las gentes de la comarca.
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