La Tabaquito
'La Tabaquito' | |
Vendedora ambulate de tabaco | |
Actividad: | También ejercía de alcahueta |
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Contexto histórico | |
Décadas: 1960 - |
La Tabaquito, mujer de avanzada edad que se dedicó a la venta ambulante de tabaco rubio, papel de fumar y mecheros en la plaza de las Tendillas, en torno a los años 1960. Su apodo se debía a la forma de pregonar el producto, pues decía Tabaquito… Tabaquito… Portaba la mercancía en un cajoncito, y solía estar sentada en un taburete portátil, ocupando casi siempre un lugar fijo en la plaza.
Aparte de este modesto negocio, se ocultaba otro de mayor magnitud, dado que ejercía como alcahueta y busca ligues. Todo se hacía con la máxima discreción, dado que nunca atendía a personal que no estuviera fuera de quintas con objeto de no buscarse líos.
Su clientela era variopinta, pueblerinos y busca novedades, abundando los que le gustaba la farándula, y algún que otro chico del deporte.
Ofrecía señoritas que habitualmente no eran conocidas en los prostíbulos, era por decirlo de alguna forma, personal reservado en su intimidad que ejercía sin prejuicios el oficio más antiguo del mundo, unas veces, por necesidad y otras para costearse una vida lujosa.
La Tabaquito servía de enlace y se desplazaba con frecuencia a cabinas telefónicas para contactar con las señoritas, de esta forma, cumplía su misión de correo, facilitando al cliente el lugar de encuentro con el ligue pactado. Por lo general el nido amoroso era una “casa de tapado” de las existentes en la ciudad en aquella época.
Había clientes conocidos que con la excusa de comprar tabaco se informaban por la alcahueta de las posibles novedades del mercado. Normalmente todo funcionó bien, pero un día, un elemento no controlado tuvo problemas, y encabritado buscó a La Tabaquito, pegándole un puntapié al negocio fumetero, con tan mala fortuna que se le salió el zapato y le dio en un ojo, mientras decía Tabaquito, me has metido gato por liebre; eso no es una tía, sino un jamelgo A consecuencia del golpe, el escándalo y la edad, no se le vio más por su puesto en la plaza del Caballo.
Estos tipos de personajes existieron en todos los tiempos y lugares, siendo ejercido este oficio oscuro más frecuentemente por mujeres o afeminados, pues se les daba mejor semejante trapicheo. Prácticamente hoy no existen las busca ligues, dado que todo se hace por agencias especializadas, efectuándose los encuentros en hoteles de diferentes categorías.
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