Los Cantes

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"El Niño Montes", Rafael Morales Montes preparado para tocar unas sevillanas.
Los Cantes


Los cantes más comunes en la Feria son las sevillanas, aunque hay una modalidad muy particular en Córdoba que se llama el “Vito” tanto en canción como en baile. Hoy en día casi perdido, salvo en bailes de academia o salón.

Los cantes por sevillanas se expresan conjuntamente con el baile del mismo nombre, son manifestaciones folklóricas populares que proviene de Sevilla acogiendose en las fiestas con el baile más genuino de Andalucía, especialmente en las Ferias.

Tiene un ritmo alegre que hace acoplase y dar ambiente festivo a todo el acontecimiento ferial. Una Feria en Andalucía en la que no se cante y baile por sevillanas sería como comida sin sal.

Hay otro cante que acompañan a la Feria que es el “Cante Jondo”; se canta de una forma más intimista en las casetas, sobre todo en las particulares y de ambiente de amigos. Se está perdiendo en los feriales motivado por los decibelios producidos por la multitud de altavoces instalados por doquier en la Feria, incompatibles con la serenidad y solemnidad que requiere escuchar el "Cante Jondo".

En los años cuarenta y cincuenta, a altas horas y cuando la noche estaba borracha de estrellas, a las casetas llegaba la hora del “Cante Jondo” que en Córdoba se expresaba con cierto sentimiento melancólico, donde los “cantaores” y guitarristas cobraban vigor y se arrancaban expresando lo profundo de su ser con cantos por soleares, seguiriyas y aquellos otros casi perdidos que solían cantar los bisabuelos por las tabernas cordobesas. Era admirable y penetrante los “jipios” que daban entrada los “ay,ay,ay” dando a la noche un tono de sentimiento que cautivaba al escucharlos.

Los cantes con sus “jipíos” conjuntamente con los "ay,ay,ay” dan al “Cante Jondo” una calidad dramática que puede compararse con los lamentos y exclamaciones de las tragedias griegas. La trilogía perfecta se da con la actuación del “tocaor” de guitarra, el “bailaor” o “bailaora” y el “cantaor”; cuadro que se ha deformado mucho en la actualidad por comercializarse el folklore orientado a forasteros y turistas.

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