Los Mutazilíes cordobeses
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Los mutazilíes y ascetas musulmanes cordobeses
Pensamiento mutazalí
Los mutazilíes forman una escuela teológica del pensamiento islámico. Su origen data del siglo IX, fue adoptada como enseñanza oficial durante el reinado del califa Muhammand I. El carácter extremadamente ortodoxo del islám en el Al-Andalus fue la causa de su tardía aparición. El racionalismo de sus seguidores motivó que fuera una corriente que sirvió como contrapunto al fundamentalismo islámico.
Este discurrir del pensamiento fue posible gracias a la traducción al árabe de las obras filosóficas griegas en los siglos VIII y IX. Por la influencia filosófica griega, los mutazilíes subrayaban la razón y la lógica rigurosa.
En el pensamiento teológico hacían referencia en la absoluta unicidad y justicia de Dios. Afirmaban que Dios era pura esencia sin atributos, ya que éstos implicarían multiplicidad de su persona.
Los mutazilíes con sus ideas filosófico-teológicas proyectaban en la sociedad musulmana una forma de concebir y hacer política, ya que prejuzgaban la legitimidad de los gobernantes si ésta no encontraba el respaldo y voluntad libre de sus súbditos. Estas ideas chocaban con las autoridades gobernantes que consideraban a mutazilíes una corriente permanente de contestación. El esplendor intelectual a que dieron lugar durante varios siglos se vio interrumpido por los fanáticos ortodoxos del Islán.
Los mutazilíes
El primero que se interesó por la doctrina mutazil fue el médico cordobés Farech, que además ejerció como literato y fue buen viajero. A partir de Farech es cuando se extiende el pensamiento mutazil en Córdoba. Se adhieren a este pensamiento grupos minoritarios, pero selectos, entre los que se encontraban juristas que gozaban de la estima general, incluso de algunos Emires, se encontraron con la oposición fanática de los alfaquíes. Entre estos juristas destacaron los cordobeses Abdal- A la ibn Wahb y Kulaib. Igualmente practicaron esta doctrina muchos escritores, juriconsultores, notarios, filólogos y hombres de ciencias. Un personaje popular de Córdoba, el supremo cadí Abulkaken Mondhir, con sobrenombre “El Bellioti”, fue un seguidor o simpatizante del mutazilismo. Muchos practicantes de este pensamiento tuvieron que ocultar o disimular sus ideas al estar rodeados de un ambiente adverso, siendo acusados con frecuencia de heterodoxos. Entre los que padecieron persecución estuvo Jalil el Gafta, zaherido por los alfaquíes y sometido a interrogatorio, siendo expoliado su hogar tras la muerte, en cuyo lugar un grupo de fanáticos alfaquíes saquearon y quemaron gran parte de su valiosa biblioteca.
Con la llegada de la figura de Abenmasarra, el gran neoplatónico cordobés, el mutazilismo adopta una forma propia que puede calificarse como de “masarrismo”, desde ese momento puede hablarse de un mutazilismo hispano o arábigo-al-andalusí.
Los ascetas
El mutazilismo coincide con el desarrollo del ascetismo islámico, muy influido por el monacato mozárabe. El monaquismo no tuvo el beneplácito de Mahoma pero prospero en el Al-Andalus musulmán. En Córdoba hubo ascetas muy populares que gozaban del respeto del pueblo, se señalan: Abulachannas conocido por "Alfaradí ", era estricto en la práctica del ayuno en el “Ramadán”, ya que sólo hacia tres comidas cada siete días; Abuguáhab Abdelala de espíritu enciclopédico y gran asceta y su discípulo Mohamed Bentobaba que ejerció durante sesenta años en Córdoba su docencia en Derecho; Asbag de Cabra, hombre de gran cultura; el irónico Muhammmad ibn Zacarías y Benabidolim el llamado popularmente como “celestial” . Pero el asceta musulmán cordobés que gozó de más prestigio fue Abuguahab, al que se le atribuían milagros y cuya tumba fue veneraba por el pueblo hasta la llegada de Fernando III el Santo en la conquista de Córdoba. Entre estos asceta no faltaron hombres de cultura elevada como Benazarrad, todos ellos fueron ante todo piadosos ermitaños.
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