Mariano Pérez de Mena

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Alcalde

Mariano Pérez de Mena
1865-1867




Predecesor:
Antonio Hens
Alcalde de Fuente Palmera
1865-1867
Sucesor:
José Hens Ostos




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Otros datos

Tras la abolición, en 1835, del régimen foral en el que se fundó y gobernó Fuente Palmera durante casi siete décadas, la liberalización del mercado de la tierra y de los bienes inmuebles atrajo a la colonia a no pocos interesados en aprovechar la oportunidad de invertir y de acceder a empleos en el nuevo ayuntamiento. Este fue el caso de los Pérez de Mena, una familia que en la segunda mitad del siglo XIX acabó liderando el sector conservador local.

Su llegada a Fuente Palmera tuvo lugar en 1855, cuando Mariano Pérez de Mena Barros, nacido en Écija en 1818, solicitó al ayuntamiento la plaza de licenciado en Medicina entonces vacante. Se acordó acceder a la petición, indicándosele que se ocupase también de la plaza de Cirugía. De este modo, Mariano trasladó su residencia a la Plaza Real (Fuente Palmera), llamada entonces de la Constitución, instalándose con su mujer Rosalía Trujillo y sus dos hijos pequeños María Josefa y Francisco de Asís Pérez de Mena. Un cambio de domicilio que tendría un mal comienzo pues ese mismo año el matrimonio perdería a su hija mayor, víctima del cólera morbo.

En los años siguientes, Mariano seguiría desempeñando los empleos de médico y cirujano, los cuales le reportaban unos ingresos que, con seguridad, se complementaban con los procedentes de sus propiedades en Écija, pero a finales de 1864 renunciaría a ellos para poder tomar posesión como alcalde de Fuente Palmera el 6 de enero de 1865. De este modo, hasta el mismo mes de 1867 asumió la vara de gobierno municipal; pero sin renunciar por completo a su ejercicio profesional. Ante la vacante dejada por su sucesor, y a pesar de ser incompatible con su cargo, debió seguir ejerciendo la medicina para atender a los vecinos de Fuente Palmera en 1865 y 1866.

Al finalizar su etapa como alcalde, Pérez de Mena solicitó reincorporarse a su plaza de médico, siéndole concedida su petición. Pero entonces surgió el problema. Varios vecinos de la colonia elevaron una instancia al gobernador civil quejándose de que hubiera simultaneado ambos empleos durante dos años; sin duda, un periodo tan prolongado parece evidenciar que insinuaban que no hubo verdadero interés en proveer la plaza, más aún teniendo en cuenta que esta decisión dependía del alcalde. El resultado fue que mientras se resolvía el asunto, la plaza de médico sería atendida por otros individuos.

En cualquier caso, la relevancia de Mariano Pérez de Mena a nivel local no se resentiría realmente hasta el pronunciamiento iniciado en Cádiz en septiembre de 1868 contra el gobierno central. El gobierno de Córdoba secundó este alzamiento, solicitando a los pueblos de su jurisdicción que sumasen. En consecuencia, el 24 de septiembre se constituyó en Fuente Palmera una Junta Revolucionaria que asumió con éxito el gobierno de la localidad.

La Junta Revolucionaria de Fuente Palmera, instalada en el edificio consistorial, se compuso inicialmente de solo tres individuos; pero se decidió, en nueva sesión celebrada el 25 de septiembre a las once y media de la noche, ampliar su número hasta siete integrantes. Justo cuando estaban deliberando hubo un gran alboroto en la plaza. Numerosos vecinos del municipio, a pie y a caballo, aparecieron acaudillados por Mariano Pérez de Mena, que se encontraba entre los que habían caído víctimas de ese pronunciamiento (su hijo, Francisco Pérez de Mena era auxiliar de la secretaría y se encontraba entre los cesados), tratando de ocupar el Ayuntamiento y de restablecer la autoridad del gobierno moderado. La Junta cerró las puertas y pudo resistir las embestidas, debiendo dispersarse finalmente los congregados.

Superados esta tensión inicial, la situación iría normalizándose en los meses siguientes. Tanto es así que, en noviembre de 1869, Mariano sería nombrado inspector municipal de carnes. Aún más, en enero del año siguiente se acordó que las plazas de médico y cirujano fuesen desempeñadas por dos personas distintas, dividiéndose a partes iguales la dotación de 600 ducados. El médico titular, Francisco Rodríguez García, quedaría solo como cirujano; pasando Pérez de Mena a desempeñar la plaza vacante. Pero esta situación no se prolongaría demasiado. Pérez de Mena estaba dispuesto a recuperar por completo su empleo, y lo logró. En abril de 1872, la corporación municipal decide, en vista de que el sueldo de la plaza de médico y cirujano no bastan supuestamente para garantizar la subsistencia de las dos personas que la desempeñan, que solo permanezca un individuo en ella. El destituido sería el cirujano Rodríguez García, nombrándose médico y cirujano a Pérez de Mena. Ahora bien, poco tiempo pudo disfrutar nuestro biografiado su empleo, pues fallecería en Fuente Palmera el 27 de agosto de ese mismo año.[1]

Cronista D. Adolfo Hamer.

Referencias

  1. El médico Mariano Pérez de Mena. El Colonial. Abril 2017 - Junio 2017. . Adolfo Hamer

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