Palestra Sagrada
Bartolomé Sánchez de Feria y Morales (1719‐1783), natural de Córdoba, estudió Filosofía y Teología en el Seminario de San Pelagio, graduándose como médico en la universidad de Sevilla. Ejerció su profesión en Castro del Río y posteriormente en su ciudad natal, donde fue nombrado médico del Hospital del Cardenal, de la Inquisición y de cámara de los obispos Martín de Barcia y Francisco Garrido de la Vega. Autor de un Manuale Medicum para el Hospital del Cardenal, consagró a la erudición histórica el grueso de su producción literaria. Iniciada con la Disertación histórica de Castro el Río, en ella cabría incluir, junto a Palestra Sagrada, varios relatos de vidas de santos, así como las Memorias sagradas de el Yermo de Córdoba, sobre el eremitorio del Desierto de Nuestra Señora de Belén.
El contexto que enmarca su obra es el de un movimiento ilustrado cordobés minoritario y conservador, informado por el denominado “cristianismo ilustrado”. Una erudición que, acorde con la decadencia económica y demográfica de la ciudad, muestra unos planteamientos anticuados y carece de la vitalidad de otros centros andaluces. Hemos de tener presente, sin embargo, que, junto a la civil, la Ilustración prestó atención a la Historia eclesiástica, por su especial incidencia en las tradiciones nacionales (Salas, 2010: 23). No en vano, quizá el mejor ejemplo de la erudición del siglo XVIII sea el agustino Enrique Flórez, quien en su España Sagrada realiza una completa revisión de la Historia Antigua y la Arqueología de España al estudiar los orígenes de sus sedes episcopales.
Tomos
Los cuatro tomos de Palestra Sagrada refieren las vidas de todos los santos vinculados a Córdoba. El último volumen incluye además diversos suplementos, entre ellos la Antigua descripción de Córdoba, su sitio y más notables edificios, síntesis del contenido histórico y arqueológico de los tres anteriores. Su más cercana fuente de inspiración se encontraría en el Flos Sanctorum (1615), fiestas y santos naturales de la ciudad de Córdoba, del padre Martín de Roa (1615), obra en la que prima la leyenda y el aspecto teológico. Sánchez de Feria, si bien reconoce que «El culto de los Santos, su Memoria y mayor gloria es todo a lo que aspira mi intento» (tomo IV, Dedicatoria, s/p), somete a las fuentes textuales, señaladamente la obra de San Eulogio, a un constante cotejo con la realidad, lo que lo convierte en un agudo observador de los restos arqueológicos. La búsqueda de los «rastros de su morada en diversos parages de nuestra Ciudad» (tomo I, Dedicatoria, s/p) lo conduce a describir los lugares donde cree que aquéllos pudieron habitar, «descubrimientos de varios claros vestigios de lugares píos, ancianos monumentos de la venerable antigüedad» (tomo I, Censura, s/p). Trasciende así Palestra Sagrada los estrechos límites de la literatura hagiográfica, convirtiéndose en una obra que, desde su publicación «es raro el escritor que al tratar de antigüedades de Córdoba no la cita y expone noticias contenidas en ella».
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- Eluque (Discusión |contribuciones) [3]