Predación de la nutria sobre el galápago leproso
Aunque las presas principales de la nutria (Lutra lutra) son fundamentalmente los peces y crustáceos, también se ha constatado que otros mamíferos, insectos y reptiles pueden formar parte de su dieta al menos de forma ocasional Callejo et al. 1979, Ruiz-Olmo 1995, Blanco 1998). En general la nutria se comporta como un predador oportunista, en cuyas decisiones de caza parece más determinante la vulnerabilidad de las presas que su abundancia (Blanco 1998). Se han citado casos de predación confirmada de este carnívoro sobre el galápago leproso (Adrián y Moreno 1986, Barrio y Bosch 1997).
El día 14 de enero de 2006 se detectó en el Embalse de Santa María, de la localidad de Pedroche (UTM 3445/4256), al norte de la provincia de Córdoba, enorme comedero de nutria lleno exclusivamente de caparazones de galápago leproso a excepción de restos de plumas de una pequeña ave. Dos letrinas recientes de nutria con restos del mencionado reptil: falanges, uñas y alguna cola se encontraban junto al comedero (Ver fotos). Se contaron más de 85 caparazones de galápagos muertos, algunos de ellos frescos de esa misma mañana, en los que se observó que sólo se habían ingerido las partes exteriores del caparazón, es decir, cabeza, patas y cola, abandonando el resto de la presa sin mostrar indicios de haber forzado el caparazón para acceder al interior. Todos los caparazones observados superaban los 10 cm de longitud, rondando la mayoría de ellos los 15 cm. Su estado de conservación era muy bueno, con caparazones muy recientes y otros más viejos perfectamente conservados.
El 26 de mayo de 2006 se volvió a visitar el lugar donde sólo algunos caparazones blancos recordaban el atracón del mes de enero. Se observó además que 70 galápagos leprosos nadaban vivos en el embalse, incluso se observó un adulto de unos 20 cm andando por la orilla además de innumerables huellas en los alrededores del embalse (Ver fotos). El comedero había desaparecido prácticamente y sólo los restos de algunos caparazones y las huellas de nutria dejadas en el barro delataban ahora la resencia del carnívoro. No se encontraron excrementos frescos de nutria ni grandes letrinas como las observadas en enero.
Existen algunas citas de predaciones masivas de este tipo en el mismo periodo en Arribes y la provincia de Toledo (C. Ayres y P. Cervera, com. pers.). En principio se descarta la muerte masiva de los galápagos, como consecuencia de una mala calidad de agua del embalse, y la posterior predación de la nutria. En la visita posterior la calidad del agua parecía mucho peor y 70 galápagos nadaban sin problemas. Sería más probable que los galápagos, adultos en su mayoría, emergieran de la hibernación tempranamente en el invierno y que las nutrias aprovecharan la explosión de este recurso.
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