Semana Santa en Cañete de las Torres

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SEMANA SANTA DE CAÑETE DE LAS TORRES

HISTORIA

Al igual que en otras localidades cordobesas, el nacimiento de la Semana Santa en la villa señorial de Cañete de las Torres de remonta a mediados del siglo XVI y esta vinculado a la fundación de la cofradía de la Vera Cruz. Tenemos constancia documental de que en los años centrales de la centuria del quinientos se erige la hermandad en la iglesia parroquial, si bien los cabildos se celebran en el hospital de Santiago.

El 24 de abril de 1554 el licenciado Fernando Morante provisor de la diócesis nombrado por el obispo Leopoldo de Austria, aprueba las reglas primitivas de la hermandad de la Vera Cruz. Constan de 35 capítulos que regulan de forma minuciosa su organización y funcionamiento.

La cofradía esta abierta a todas las capas sociales y los únicos requisitos impuestos por las constituciones a las personas que solicitan el ingreso es que sea “hombre de buena fama no sea jugador tahúr ni ladrón ni frecuentador de tabernas ni afrentado por la justicia ni descomulgado”.

El acto religioso más importante es la procesión de disciplinantes en al noche del Jueves Santo que se prepara cuidadosamente con el cabildo general del Domingo de Ramos. Los hermanos están obligados tener en propiedad el hábito penitencial de color blanco y la disciplina para azotarse: “Una túnica de lienzo blanco que cubra todo el cuerpo hasta los pies con su capirote que le tape la cara con una cruz verde, asimismo una disciplina de cáñamo con sus rosetas y ramales”.

Tanto los hermanos de los azotes como los de la luz visten túnica y capirote de lienzo blanco con la cruz verde, insignia de la cofradía. Forman parte del cortejo procesional las imágenes titulares del Crucificado y Dolorosa. Al finalizar la estación de penitencia los disciplinantes son curados de sus heridas con papel de estraza, vino cocido y polvos de arrayán.

Los miembros de la cofradía organizan a lo largo del año una serie de actos de culto, entre los que sobresalen por su solemnidad las fiestas de la Invención y Exaltación de la Cruz que se celebran con una misa cantada y sermón el 3 de mayo y el 14 de septiembre respectivamente.


Las limosnas constituyen la principal fuente de recursos. En uno de los capítulos de las reglas se obliga a los hermanos a pedir con dos bacías los viernes de cada semana por las calles de la población, los domingos en la plaza y los festivos en la iglesia. También las aportaciones de los cofrades contribuyen a engrosar los ingresos que se destinan en un alto porcentaje a sufragar los gastos de la disciplina del Jueves Santo, cultos y misas por los difuntos.

La cofradía de la Vera Cruz esta regida por el hermano mayor o prioste que se designa mediante votación para un mandato de uno o dos años. Asimismo integran la junta de gobierno dos alcaldes, dos albaceas, escribano, mayordomo y seises, cuyas funciones se especifican en las reglas aprobadas en la primavera de 1554.

Aunque carecemos de testimonios documentales, podemos afirmar que la cofradía de la Vera Cruz se hace cargo de la procesión de disciplinantes del Viernes Santo por la noche y saca a la calle los pasos del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad. Esta tradición se mantiene ininterrumpidamente y viene corroborada de manera fehaciente por el informe de 1819 sobre celebraciones de Semana Santa.

La Semana Santa de Cañete de las Torres queda configurada definitivamente con la fundación en el primer cuarto del siglo XVII de la cofradía de Jesús Nazareno. Con motivo de la visita realizada a la villa en diciembre 1623 por el obispo de Nápoles el doctor Pedro de Mirabal Ayllón, visitador general nombrado por el prelado de la diócesis fray Diego de Mardones, toman cuentas de los ingresos y gastos al mayordomo de la hermandad Bartolomé Torralba. Si tenemos en cuenta que no aparece en la relación de cofradías inspeccionadas en junio de 1612, cabe deducir que la hermandad nazarena se erige en una fecha comprendida entre ambos años.

Los hermanos de Jesús Nazareno visten túnica y capirote de color morado y realizan estación de penitencia en la madrugada del Viernes Santo, descalzos y con cruces de madera sobre los hombros, a imitación de Cristo camino del calvario. Sacan en procesión las imágenes titulares: el Nazareno, Dolorosa y San Juan. A lo largo del siglo XVII y primera mitad de la centuria siguiente las cofradías de la Vera Cruz y Jesús Nazareno protagonizan una fase de vitalidad que coincide con el auge de la etapa barroca. De un lado, asistimos a un sustancial del numero de hermanos y, de otro, los cortejos procesionales ganan en espectacularidad que contrastan con la sobriedad característica del quinientos.

La suntuosidad del cortejo procesional se consigue mediante la introducción de una serie de elementos, entre los que se cuenta la incorporación de nuevas imágenes. Así, la estación de penitencia de la cofradía de la Vera Cruz en la noche del Jueves Santo cuenta con la presencia de los pasos del Señor de la Humildad, Amarrado a la Columna y Nuestra Señora de los Dolores. La mayor cifra corresponde a la Jesús Nazareno en la madrugada del Viernes Santo con las imágenes del titular Nuestra Señora de los Dolores, San Juan Evangelista, Santa Maria Magdalena y la Verónica. Por último, forman parte de la comitiva del Santo Entierro los pasos de la Santa Cruz, Sepulcro, la Magdalena y Nuestra Señora de la Soledad.

A lo largo de la etapa barroca se constituyen hermandades en el seno de las cofradías que tienen como objetivo primordial alumbrar sus respectivos miembros con cirios a las imágenes titulares. El informe de 1773 permite constatar este fenómeno, ya que figuran las dos cofradías tradicionales y tres hermandades surgidas con sus respectivos gastos expresados en reales.

A partir del último cuarto del siglo XVIII aparecen síntomas de crisis que se prolonga hasta mediados de la centuria decimonónica. La supresión de los disciplinantes y las prohibiciones decretadas por los prelados de la diócesis cordobesa inciden en la manera directa. Las cofradías se ven obligadas a cambiar el horario tradicional de las procesiones y los penitentes a prescindir del cubrerostro.

El valioso informe elaborado en abril de 1819 por el vicario de la villa Florencio Bujalance ofrece una interesante radiografía de las celebraciones de Semana Santa en la mencionada fecha. La cofradía de la Vera Cruz saca en la tarde del Jueves y Viernes Santo sendas procesiones, mientras por la mañana del Viernes Santo corresponde a la de Jesús Nazareno. Veamos las imágenes que participan en cada una de ellas: “ Para satisfacer a la orden de V.S.Y del 16 del corriente mes relativa a las procesiones de Semana Santa debo informar que en este pueblo salen 3, la una el Jueves Santo por la tarde entre las cinco y seis en que se saca al Seños de la Humildad, el de los Azotes y Nuestra Señora de los Dolores: las otras dos el Viernes Santo, la una por la mañana, ya que es de día, y la otra por la tarde, aquella con las imágenes de Jesús Nazareno, Señora de los Dolores, San Juan, la Magdalena y la Verónica; y ésta con el Santo Sepulcro, Señora de la Soledad y la Magdalena. Habiendo para la del Jueves y Viernes Santo por la tarde una confraternidad que llaman de la Vera Cruz y la del Viernes por la madrugada la de Jesús, ambas de hermanos destinados respectivamente a alumbrar a las imágenes con cirios que costea y renueba cada uno”

El excepcional documento permite constatar que en las procesiones a cargo de la cofradía de la Vera Cruz los asistentes visten ropa de calle, salvo los hermanos que llevan los pasos que lucen secular túnica blanca. En cambio la tradicional túnica morada se mantiene en la cofradía de Jesús Nazareno. “ asisten con la ropa de su uso de capa etc.. a excepción de los hermanos que llevan las insignias de Jesús de la Humildad y de los Azotes en la del Jueves en la del Viernes por la mañana túnicas moradas todos los hermanos de Jesús que llevan esta imagen y por la tarde solo llevan túnicas blancas los hermanos que sacan el Santo Sepulcro y la Santa Cruz”

La comunidad de franciscanos descalzos y miembros del clero secular forman parte de los cortejos procesionales del Viernes Santo. Van alumbrando con velas que costean los hermanos mayores de la cofradía, al igual que los derechos parroquiales de las tres salidas.

Asistiendo en la del Viernes Santo esta comunidad de religiosos alumbrando a Jesús Nazareno y Santo Sepulcro, pero ninguna es sacada por ellos, siendo de cargo para cada hermano mayor el gasto de cera para dicha comunidad y para la parroquia y pagar los cortos derechos parroquiales de 70 reales las dos procesiones de Jueves y Viernes por la tarde y la de la mañana 42 reales y todo ascenderá a 200 reales cada cofradía.

Las cofradías y la Semana Santa de Cañete de las Torres entran en una fase de postración que se alarga hasta el reinado de Isabel II en que de nuevo asistimos al despertar. Los altibajos definen la trayectoria de las hermandades de la Semana Santa local hasta el primer tercio del siglo XX. Tras la guerra civil se lleva a cabo la reorganización que culmina a finales de los cuarenta y primeros de los cincuenta con la puesta en marcha de las cofradías del Santo Sepulcro y Jesús Nazareno. A ellas se incorpora la del Resucitado erigida en 1956.

La postración caracteriza la evolución de las hermandades penitenciales durante la mayor parte de los años sesenta y setenta, mientras que a partir de la década de los ochenta se inicia una pujante etapa que llega a nuestros días, las cofradías del Sepulcro y Nazareno constituyen los pilares básicos de las celebraciones por el numero de procesiones que tienen a su cargo. También un activo papel la del Resucitado encargada de los desfiles que abren y cierran la Semana Santa de la localidad.

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