Arroyo de Guarromán
El Wad-al-Raman o río de los granados para los musulmanes, nace por los baldíos del Rosal de las Escolapias, en la aldea de Santa María de Trassierra en tres vertientes diferentes: baja por la Jarosa, la Bastida, Cigarra Alta y Baja y las Cuevas.
Cae por barrancas muy bravas. En la Bastida hay una llanada con un pozo donde se alzan los tinahones de las vacas entre enormes encinas; a una muy hermosa que encontré seca y desnuda le tengo dedicado un soneto; la flora de por aquí es variada, crece el heliotropo silvestre, el cantueso, el tomillo y la jara y es muy pródiga la esparraguera. Se ve mucho el zorzal y la perdiz en otoño.
El llano se rompe en vertientes muy profundas hasta llegar a Cuevas Altas donde hay una meseta de lastras de granito con gran cantidad de algarrobos y almezos. Una tarde de primavera nos sorprendió por aquí una tormenta a Baltasar, Bernardo, Rodrigo, Rafael Parra y a mí; desamparados soportamos la lluvia y nos secamos corriendo de cerro a cerro. Cuando el Guarroman llega al llano y entra por tierras de sembradío, el maiz, el algodón, el girasol y las forrajeras les prestan sus variados matices y la corriente se remansa al pasar bajo un arco del canal del Guadalmellato de la Comunidad de Regantes.
Llega a la carretera de Palma del Río cerca de los Mochos. Por la izquierda dejamos el cortijo de los Frailes Jerónimos con muy hermosa casa con capilla coronada por vistosa veleta de forja. Ya va cayendo en el guadalquivir como última ofrenda de nuestro recorrido. Más arriba han donado sus aguas Alamillo, Barranco Hondo y Matalagartos, muy cerca del cortijo de Lovacas donde la soledad canta en el alma de quienes por aquí pasan, buscando la belleza del campo. No puede escapar a mi amor por estas tierras mencionar dos arroyos dignos de visitarse: el del Bejarano y el del Molino.
El primero forma en su nacimiento una linda cascada; discurre entre avellanos y olmos y va a verter al Guadiato. En el curso hay vestigios arqueológicos de viejas fábricas de paños. El otro, que nace cerca de la Fuente del Arco discurre por una llanura de encinar llamada la Correa, pasa por la Fuente del Elefante y se lleva sus aguas también para el Guadiato.
Se tiene noticia de uno que existió y corrió por el centro de nuestra ciudad. Venía de la Asomadilla por la Cruz de Juárez, Matadero Viejo, Puerta del Colodro, Santa Marina, San Andrés, San Rafael y San Lorenzo. todavía se oyen sus aguas por el pozo que hay en uno de los patios del Palacio de Viana. El alcalde mandó construir puentecillos de madera para cruzar las calles. Este arroyo se llamaba del Camello y ha aparecido su cauce cuando se realizaron trabajos para el ferrocarril de alta velocidad en estos años. Francisco Carrasco.
El contenido de este artículo procede del libro Arroyos de Córdoba, libro publicado por el Ateneo de Córdoba y escrito por Francisco Carrasco.
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