Arroyo de la Cuesta de la Lancha
Nace en la falda de la Alcaidía, en plena Loma del Cerrajero y baja entre zarzaparrilas y majoletos que, en marzo y abril, inundan con su alado perfume estas sierras. Se remansa en la Cañada de la Víbora, junto al Cerrillo de las Pulgas en la propiedad de Román Pérez Bajo, en el cruce de caminos de Navalagrulla y la Alcaidía con el que va hacia el Puente de los Piconeros. Crece trigos por la Casilla de los Locos y la de Trujillos, donde hay una hermosa fuente.
Corre junto a la Casilla del Llano (antiguas zahurdas) y se entretiene mirando cerros de la lejanía que dejó; haciendo curvas para encontrar otra fuente cerca de donde hoy se halla situado el cementerio de Nuestra Señora de la Fuensanta.
Busca la Cuesta de la Lancha, que cruza, y en invierno inunda tierras de la vega del Montón de la Tierra y va hacia el soto a desaguar en el Guadalquivir. En un alcor, a la derecha, se halla el palacio de la Marquesa de las Quemadas, finca ocupada hoy por un extenso polígono industrial.
El curso de este arroyo se viste en primavera del color púrpura de la vivorera y el lirio silvestre con el verde gris del marrubio y la esparraguera.
Es muy bella la estampa que ofrecen las garcillas espulgabueyes, esas aves blancas, delgadas, que vuelan tras el tractor buscando lombrices y gusanos y suelen subirse a lomos de las vacas.
El contenido de este artículo procede del libro Arroyos de Córdoba, libro publicado por el Ateneo de Córdoba y escrito por Francisco Carrasco.
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