Danza de San Isidro

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Danzantes de Fuente Tójar

Fuente Tójar no tiene casas con escudos nobiliarios, ni fachadas renacentistas, mudéjares o algún otro edificio que se considere monumento nacional; en cambio posee una joya del arte folklórico de un valor histórico entrañable. Se le denomina “Danza de San Isidro”, se celebra durante la fiesta de San Isidro Labrador y su antigüedad se pierden la noche de los tiempos.

Vestimenta

El danzante porta en su cabeza un vistoso sombrero, en forma de tiara, revestido de flores de papel del que cuelgan cinco cintas de seda de distintos colores. Camisa blanca con encajes; una faja le cruza desde el hombro derecho al costado izquierdo, sirviendo después de cinturón, terminando en la cintura derecha con un colgado de bolas doradas. Enaguas blancas y falda de colores lisos. Pantalón corto, de color negro, que llega hasta la rodilla, abierto con botones de plata y un cordón con borlas que cuelgan enaguas abajo. Medias de algodón cubren las piernas, terminando con alpargatas blancas.

Instrumentos

Son ocho hombres los que componen la Danza. Uno de ellos hace de “Maestro”, portando una sonaja, o pandereta, pero sin piel; otro toca el violín, y el tercero una guitarra. Estos dos últimos danzantes se cubren la cabeza con sombreros negros de felpón acordonados con flores y los cinco miembros restantes portan castañuelas en ambas manos.

Movimientos del baile

Los danzantes acompañan a la procesión de San Isidro en todo su recorrido. Van situados delante de la imagen, y su primera actuación la efectúan dentro de la iglesia, en la que permanecen cubiertos, pues tienen este privilegio. Después realizan varias actuaciones más. Y mientras tanto la marcha en fila de cuatro, paso procesión, junto ambas aceras de la calle.

La danza efectúa varios bailes. Uno de ellos, denominado “Baile Sagrado”, en un esquema donde se puede apreciar todos los movimientos de los danzantes.

Detenida la imagen, que la llevan cuatro cofrades, los ocho danzantes se colocan de modo que cuatro están mirando a los otros cuatro. Se comienza por el toque de atención del “Maestro”, que lo señala con la pandereta. Acto seguido se hace sonar la guitarra y el violín, que acompañan las castañuelas. Al terminar la segunda parte de la música, a una indicación del “Maestro”, los ocho danzantes efectúan sobre sí mismos una vuelta, quedándose en el mismo lugar que estaban al término de ella. Después el “Maestro” da otra vuelta sobre sí mismo al tiempo que se coloca en medio de la pista. Al mismo tiempo hace lo propio el danzante que se encuentra al otro extremo de la fila contraria. Ambos sin perder el ritmo bailando.

Este, consiste en girar tres pasos cortos hacia la derecha, al término de ellos alzar unos 20 centímetros el pie izquierdo hacia la derecha; dar cuatro pasos hacía la izquierda, y alzar el pie derecho con la misma giración que se lleva. Continuamente se cruzan los dos danzantes. Cuando ambos han permanecido unos minutos bailando, cambian de posición, de modo que uno se coloca en el lugar que esta el otro. Y cuando han bailado algunos minutos, se retiran.

Los bailes que existen los llamados “El Cruce” y el “Circulo”, ambos importantes pero más difíciles de detallar en gráfico. Poesía a los Danzantes (de Fuente Tójar)

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