Fiesta de San Isidro Labrador (Fuente Tójar)

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San Isidro Labrador

No se conoce la fecha exacta en la que San Isidro fue nombrado Patrón de Fuente Tójar. Es lógico que ocurriera después de la canonización del Santo, que tuvo lugar en 1622, siendo Papa Gregorio XV. La imagen de San Isidro apareció por primera vez en el inventario de 1738, siendo cura Don Pablo Luis Arenas. Por lo tanto la imagen tuvo que ser adquirida en el periodo comprendido de estas dos fechas y la misma que dio su festividad. Esta festividad alcanzó su máxima categoría en el siglo XX.

En esta festividad que se celebra la feria del pueblo destaca: su Feria de ganado, la Rifa- Subasta y su danza Folklórica.

Feria de Ganados

En al año 1918, aproximadamente, se inaugura en Fuente Tójar la Real Feria de Ganados. Hasta esta fecha no se había reunido ganado alguno para venderlo en el Calvario (zona situada en la parte más alta de Fuente Tójar).

La Real Feria de Ganados de Fuente Tójar en la actualidad esta viviendo sus últimos momentos a causa de la mecanización del campo. El mercado de ganados tuvo aquí su mejor tiempo entre los años 1948 al 1958 en los que acudían muchos ganaderos, compradores y vendedores de pueblos vecinos y lejanos. El propio Ayuntamiento invitaba a los labradores de Fuente Tójar para que llevaran su ganado al Real de la Feria, aunque estos no desearan venderlos. A simple vista parece una invitación ridícula, sin lógica, pero sí la tenía. La acumulación de ganados hacía la feria más importante; a esta misma llamada, que los aborígenes colaboraban, hacía que la Feria acudieran más forasteros. A esta Feria han acudido muchos gitanos y payos, marchantes y ganaderos que era digno de verse. Hoy apenas si se reúne una docena de animales y cuarenta o cincuenta feriantes.

Rifa- Subasta

Las Rifas se realizan para recaudar fondos que subvencionen luego los gastos del festejo. Las Rifas en Fuente Tójar empezaron a celebrarse casi con la fundación del pueblo. En aquella época se rifaba, incluso, fanegas de trigo, de cebada, de habas... que habían regalado antes los hermanos, así como las aceitunas del huerto de la iglesia.

La Rifa-Subasta de San Isidro se celebra el día 15 de mayo, después de terminada la procesión del Santo. Los Hermanos de San Isidro se sientan en unas bancas, que sacan de la Iglesia, colocando las en la explanada de la parroquia. Forman cuatro y a escasa distancia una de otros. Junto a estos se sienta el Secretario de la Hermandad, que va anotando el nombre de la persona que se queda con cada objeto rifado y la cantidad en que ha sido adjudicado. Vamos a relatar una rifa para que se vea la diferencia entre otras rifas que se hacen en otros pueblos:

Casi todos los años los subastadores son los mismos: un hombre al que llamaremos “Juan”, que ofrece los artículos a subastar, adjudicándolos cuando el ofrecimiento ha perdido interés; y otro al que llamaremos “Pepe”, que va ofreciendo vino en un porrón a aquella persona que ofrece dar una cantidad determinada por el objeto rifado (o que esta rifando). El tercero ofrece vino a todos los que están en la rifa, sean hermanos o no. Subastando un articulo y otro, con el reparto del vino, los participantes se encuentran pronto en una animación propicia en estos casos y “Juan” entra al archivo parroquial donde están depositados todos los objetos subastados sacando uno de ellos (por ejemplo una tarta) en sus manos.

- ¿cuánto vale esa tarta?- pregunta en voz alta, para que sea por todos oído.
- ¡ dos euros!- ofrece uno cualquiera de los hermanos de San Isidro: al que llamaremos Sr A.
- ¡ dos euros y bebe!- repite “Juan”.
- Se acerca al Sr A y dice: ¡ Mire que tarta más rica!
Pepe, se acerca y ofrece vino al Sr A.
- ¡ tres euros y que no beba más!- ofrece otro señor, al que llamaremos B.
- Pepe recoge de las manos del Sr A el porrón de vino, entregándoselo al Sr B. Este bebe a “caliche”.
- ¡ tres euros y medio, y que tire el vino!- dice el Sr A.
- El Sr B tiene que arrojar e vino que aún tiene en su boca. Después entrega el porrón a Pepe. Este se lo pasa al Sr A. - Pero antes de que pueda beber otra vez se oye:
- ¡ cuatro euros, y que ni lo pruebe!
- ¡Eh, eh que no beba!- grita Juan a Pepe.
Ahora tiene la postura mayor otro señor, diremos C. que pronto tiene el porrón en sus manos.
- ¡ cinco euros y que no beba!- dice otra voz.
Y así, el porrón, llevado por Pepe, recorre sin llegar a ninguna parte, varias veces el lugar.
Mientras tanto Juan repite el valor más alto en que va tasado el objeto subastado. y al final este es adjudicado a un hermano.

Esta costumbre, que quizá no exista en otra parte de España, procede de las primeras rifas que aquí se hacían. Creemos que fue acertada la idea, y que el que la estableció conocía sobradamente a los campesinos, a los que es muy difícil sacarles una peseta.

Sin ir más lejos, en el año 1976, una tarta llego a valer diez mil pesetas; cualquier botella de vino, de marca, superaba las dos mil pesetas. Y el precio mínimo en que cualquier objeto salía subastado era el de mil pesetas.

Danzantes de San Isidro

Ver artículo Danza de San Isidro

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