La Llantitos

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La Llantitos

Aún existían en la segunda mitad del siglo XIX mujeres plañideras que eran contratadas para llorar y rezar a los difuntos, e igualmente para hacer oraciones de gozo a los recién nacidos.

Posible la última en ejercer este oficio en Córdoba fuera la que llamaban "La Llantitos". Era una mujer soltera , inculta, de edad madura, gorda, de andadura pesada y lenta; por este motivo nunca tenía prisa cuando recibía aviso de ir a casa de un difunto o visitar a una parturienta que estaba a punto de dar a luz.

Su cometido era cerrar los ojos a la persona fallecida e incluso amortajarlo, mientras rezaba oraciones a San Miguel Arcángel con objeto de que lo protegiera de las garras del maligno. No era nada de extrañar, que cuando aún plañeaba responsos al difunto y suspiros lagrimosos con jesuseos, tuviera la llamada de tomar una nueva acción contrapuesta a la allí ejecutada, cuál era, el acudir a una parturienta y así pedir protección al Ángel de la Guarda y a San Ramón Nonato frente a la muerte que acechaba cercana de la cama de aquella madre que estaba a punto de parir a un nuevo ser.

Cuando el recién nacido daba los primero gritos, ella lo besaba y con sollozos oracionales daba bendiciones al Altísimo demostrando con gestos llorosos de alegría la llegada de aquel niño que había visto por primera vez la luz del mundo.

No hay que olvidar que toda esta parafernalia teatral tenía un fin, cual era, el cobrar unos honorarios más o bien retribuidos en monedas de plata. Por este motivo, "La Llantitos" también recibía burlas y mofas de personas descreídas de aquellos ritos, o por forma su "cachaca" de moverse, recibiendo de las gentes las siguientes frases:

-Anda, anda… que tienes por negocio a la muerte, y San Miguel Arcángel te pese esa alma cachazuda que tienes, te page con caridad, y no le descabales el fiel de la balanza.

O esta otra:

-Qué cuando llegue tu compinche, tengas una horita tan corta como de aquí a Pekín.


Terminaron aquellas profesionales del llanto que eran todo un exponente de una cultura medieval y oscurantista aún existente en ciertos sectores de la sociedad de nuestro tatarabuelos.

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