La Mantilla en la Semana Santa
La clásica Mantilla española de color negro es la prenda tradicional femenina en el vestir por Semana Santa. En los Jueves y Viernes Santo se veía, (tanto en el siglo XIX como en la mayoría de las décadas del XX) a las mujeres andaluzas portar tan típica indumentaria que llevada con elegancia realza la belleza de quienes la luce.
En antaño mostraban las mujeres en público esta prenda con el fin principal de visitar Sagrarios de las iglesias donde se adora Jesús Sacramentado. En las últimas décadas del siglo XX cambió principalmente este sentido, siendo su primordial objetivo el acompañar en grupo a los titulares de las cofradías procesionales.
El origen de la Mantilla se pierde en los tiempos. Las de más calidad eran de origen catalán, elaboradas a mano y cuyo valor era elevadísimo. Eran prendas de gran duración y se transmitían de madre a hijas y rara vez se compraban nuevas debido a su alto costo. La Mantilla formaba una de la parte más codiciada de la herencia familiar junto al Mantón de Manila.
En un principio, la Mantilla fue de bayeta o de paño, como todavía las conservan los trajes regionales de las diferentes comunidades españolas, constituyendo la prenda típica de las majas. Del pueblo salta a las clases pudientes en la época fernandina, llegando a ser exhibida en grandes ceremonias y fiestas por aquellas damas de la aristocrática y de la emergente burguesía. Hubo una razón patriótica, pues el portar esta prenda hacía distinguir a la mujer española de la europea en su forma de vestir. Es a partir de estas fechas cuando se llevan en blonda, chantilly y encaje, pero luego, pasado más de tres cuartos de siglo, el sombrero va ganando terreno a la Mantilla quedando ésta relegada a las festividades de Semana Santa; a las señoras que apadrinan bodas o banderas; a las damas que las lucen en las fiestas típicamente andaluzas, como los toros o festivales florales y el privilegio que obtiene la mujer española en las audiencias privadas del Papa. Llegó a ser la prenda más elegante del tipismo andaluz, encanto para los extranjeros, recibiendo por parte de Gautier, Dumas y otros escritores y poetas del siglo XIX, encendidos y grandes elogios.
Compañera inseparable de la Mantilla en los días de Semana Mayor, es la “Peineta” sobre todo la llamada de “teja” que Goya inmortalizó sobre las cabezas de sus famosas majas.
La “Peineta” tiene su origen en el peine, éste elaborado en madera, marfil o hueso, es a su vez la forma alegórica de reproducir los dedos de las manos del hombre acariciando los cabellos de su amada. Lo antiguos romanos no utilizaron el peine como adorno aunque le dieron un gran valor por ser realizados en plata y oro. Los árabes conocieron el peine y lo utilizaron con materiales como el caray y el marfil. Probablemente los gitanos al pasar a España en sus constantes emigraciones fueron los primeros en utilizar el peine como adorno, convirtiéndola en “Peineta”. Fueron fabricadas en diferente materiales con adornos artísticos calados, posteriormente en el siglo XIX se realizaron en celuloide, material utilizado en los modelos que se portan en nuestros días.
Los tiempos cambian y esta moda tradicional está en decadencia, dado que la cultura imperante hace que la juventud (salvo excepciones) no se adapte a esta forma tan femenina de vestir. Posiblemente, en las próximas décadas sea un recuerdo del pasado.
Principales editores del artículo
- Ildelop (Discusión |contribuciones) [1]
- Rafa mar (Discusión |contribuciones) [1]
- Aromeo (Discusión |contribuciones) [1]