Manifiesto Córdoba 2016
MANIFIESTO CÓRDOBA 2016
El Tercer Milenio se abre para la Humanidad con muchas incertidumbres, pero también con no pocas oportunidades.
Cuando aún no hemos dado respuesta a tantas aspiraciones del pasado, comparecen nuevos problemas e inquietudes asociados a ese fenómeno controvertido y complejo que llamamos globalización. Y sin embargo, nunca el horizonte ha sido tan dilatado como lo es para los hombres y mujeres de comienzos del siglo XXI, ni nunca hemos dispuesto de tantos recursos y posibilidades para construir el futuro y cumplir la promesa de felicidad que imaginaron los poetas. Cultura y Ciudad son dos factores decisivos en la consecución de ese objetivo. Despojada de un sentido excluyente o reduccionista, la idea de cultura se ha enriquecido hasta tal punto que no sólo alude a la producción literaria, artística e intelectual, o a los sistemas de valores y creencias, o a los estilos de vida.
Cuando hoy hablamos de cultura nos referimos a una realidad vastísima, abierta y plural, que pone en marcha unos procesos en los que desempeñan un papel determinante las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Desde la tensión permanente entre tradición e innovación, entre lo individual y lo social, lo local y lo global, la cultura es actualmente el ámbito de la creatividad donde se expresan las actitudes, las conductas y los valores más dispares, pero también una condición inexcusable para el desarrollo sostenible respetuoso con el medio ambiente, la creación de empleo, la igualdad de género y la cohesión social.
La Ciudad, ese complejo entramado de relaciones y valores donde convergen pasado y futuro, tradición y cambio, memoria y deseo, es ante todo un lugar de encuentro y convivencia en el que identidad y diversidad han de reconocerse mutuamente desde el principio democrático de ciudadanía. La Ciudad ha favorecido siempre la integración sin anular las diferencias, ha estimulado la evolución y el progreso sin renunciar a sus raíces. Cultura y Ciudad son, pues, dos referentes insoslayables en un diálogo en el que la conservación del Patrimonio Histórico está íntimamente vinculada a su acrecentamiento, y en el que la cultura se erige como una garantía del pluralismo democrático, como un objetivo estratégico para el desarrollo de la ciudad y como un elemento esencial en la construcción de la Europa de los ciudadanos.
En el umbral de un nuevo siglo, Córdoba tiene ante sí un reto singular e ineludible. La que fuera Colonia Patricia y Capital Omeya, la ciudad en la que convivieron tres culturas, la que aportó su propio legado a la Europa del Renacimiento y el Barroco, la que por su historia ha sido reconocida Ciudad Patrimonio de la Humanidad, no puede sustraerse a los desafíos que nos plantea el mundo actual ni puede renunciar a salir al encuentro del futuro. Así se plasma en la iniciativa ciudadana, refrendada por acuerdo del Ayuntamiento Pleno, para poner en marcha un ambicioso proyecto que sitúe a Córdoba en condiciones de convertirla en Ciudad Europea de la Cultura en 2016.
Disponemos de nueve años para presentar una candidatura, que cuenta con el respaldo unánime de los distintos estamentos y colectivos ciudadanos, y que ya ha recibido el apoyo de otras ciudades y de importantes personalidades. Para alcanzar esa meta habremos de emplear todas nuestras energías y capacidades creativas, convirtiendo esta iniciativa en un proyecto de futuro, en una seña de identidad para la Córdoba del Tercer Milenio. Un proyecto que asuma y renueve aquella aportación singular a la historia común europea: la del diálogo y la convivencia entre las distintas culturas, contribuyendo a potenciar el papel de Andalucía como plataforma privilegiada para el encuentro cultural de Europa con el resto del mundo.
Un horizonte de futuro, y este proyecto lo es, no se construye sino con la integración de voluntades, con la participación y el compromiso de todos los cordobeses y cordobesas. El 15 de diciembre de 1994 la declaración de CÓRDOBA PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD nos enorgulleció a todos. Aquel reconocimiento venía a refrendar el indiscutible valor del pasado y la memoria de nuestra ciudad. Ahora, ocho años después, tenemos una buena ocasión para ensanchar ese horizonte, para apostar decididamente por el futuro, poniéndonos en marcha para hacer realidad el deseo de que Córdoba en 2016 sea la Ciudad Europea de la Cultura.
Córdoba, 13 de diciembre de 2002
Rosa Aguilar, Alcaldesa-presidenta.
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