María Santísima de la Esperanza (Córdoba)
El 1 de agosto de 1946, el por entonces Hermano Mayor de la Hermandad de la Esperanza de Córdoba, Bernardino Garzón Marín, fiscal de la Audiencia Provincial, encarga la imagen de la Virgen al imaginero cordobés Juan Martínez Cerrillo. Las condiciones para la hechura de la talla de la Virgen de la Esperanza puestas por el artista fueron curiosas, ya que no cobró nada por la ejecución de la misma, siendo la Dolorosa una donación del artista a la Hermandad y habiendo puesto como única condición que la Cofradía intercediera ante el párroco de San Lorenzo para recuperar una imagen que hacía algún tiempo había realizado para la cofradía del Calvario y se encontraba olvidada en la atarazana de la iglesia
La Hermandad realizó las gestiones pedidas ante el párroco de San Lorenzo y Juan Martínez Cerrillo talló la bendita imagen de Mª Stma. de la Esperanza.
La bendición, prevista en un primer momento para el 18 de diciembre del mismo año, festividad litúrgica de la Expectación de María, hubo de posponerse al no estar concluida su ejecución ya que Martínez Cerrillo realizó un vaciado de escayola que presentó a la Hermandad para cerciorarse de que realmente respondía a sus deseos, retrasándose en los plazos.
Por otro lado, el párroco de Santa Marina se opuso a que la imagen entrase en la iglesia por lo que se guardó en el convento de Santa Isabel de los Ángeles hasta los actos cuaresmales, del día 16 de febrero de 1947, en que fue bendecida finalmente ejerciendo de madrina la esposa del Hermano Mayor entre 1955-1969
Descripción de la Imagen
Juan Martínez Cerrillo hizo una imagen de vestir de tamaño natural, una Virgen morena, de rostro juvenil y aniñado, con una expresión de dolor contenido por unos intensos ojos verdes que parecen retener el llanto, su rostro es redondeado con cejas negras gruesas, oyuelo en la barbilla, 8 lágrimas de cristal y nariz ligeramente achatada. La imagen provoca una gran impresión siendo una de las más bellas que procesionan en Córdoba, como así atestiguan la gran cantidad de devotos que cada día la visitan en su capilla de la Parroquia de San Andrés y en especial el 18 de diciembre cuando la bella Dolorosa queda expuesta en Solemne y Devoto Besamanos.
A día de hoy, junto a la inconfundible Virgen de los Dolores y de la Paz, se trata de una de las grandes devociones cordobesas, apesar de que aún no ha sido coronada canonicamente.
"...Es sin duda una de las dolorosas con personalidad más definida de cuantas salieron de las manos del artista...".
Mª Dolores Díaz Vaquero y Alberto Villar Movellán para "Córdoba: Tiempo de Pasión", pág. 224
"...Juan Martínez Cerrillo, personaje importante del mundillo cofrade cordobés de aquellos años, consiguió con esta imagen una de sus Dolorosas más logradas, de bello rostro aniñado, con rasgos gitanos y que se decía estaban inspirados en una joven que vivía en la calleja los Cidros, justo en el límite de las dos parroquias donde ha tenido su sede canónica la Hermandad de la Esperanza..."
Antonio Flores Muñoz para "Ntro. Padre Jesús de las Penas en la Córdoba de los años cincuenta", pág. 34
Aunque según afirma la hermana de la Cofradía, Maribel Gómez, colaboradora suya durante muchos años, el propio Juan Martínez Cerrillo decía haberse inspirado en una gitana que vendía espárragos en el arco alto de la Plaza de la Corredera.
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