Racionamiento
Fue una normativa decretada a nivel estatal y que estuvo vigente en las décadas de los años cuarenta hasta mediados de los cincuenta en toda España como consecuencia de la posguerra Civil Española y la II Guerra Mundial con una enorme repercusión social por afectar a la totalidad de la población.
Los cordobeses, como el resto de los españoles, padecieron bastantes años una verdadera hambruna que trató de remediarse, en parte, por el racionamiento de los alimentos básicos.
Funcionaba la distribución de alimentos mediante la asignación de una cartilla personal llamada "Cartilla de Racionamiento", que mediante cupones y previo pago de los mismos se asignaba a cada ciudadano, alimentos de primera necesidad. El suministro lo designaba la Comisaría General de Abastos que cada semana anunciaban públicamente el porcentaje, la cantidad y precio de los alimentos que se adjudicaban.
Cada ciudadano tenía asignado el proveedor o tienda de comestibles que podía utilizar. Era imposible adquirir de una forma legal cualquier alimento que no estuviera controlado por el Racionamiento, salvo que se acudiera al mercado negro que se llamaba "estraperlo", con precios por muy encima de lo establecido por la Comisaría de Abastecimientos.
Las personas que se salían de la normativa legal tenían altos riegos de ser condenados con penas de cárcel.
Como muestra del estricto control que se ejercía sobre los alimentos, se apuntan algunas de las normativas en el control y adjudicación de las viandas mediante la validez las "Cartillas de Racionamiento".
- Primero.- Estar selladas las Cartillas por la Delegación Provincial de Abastos.
- Segundo.- Que figurasen reseñadas con la serie y número en el registro de Cupones de la Tarjeta de Abastecimientos, diligencia que se efectuaba en la entrega.
- Tercero.- Tener reseñada la parte interior de la cubierta los datos que constan en la misma, relativos al propietario de la Colección de Cupones, datos que rellenaba el interesado, siendo firmada por éste. Las correspondientes a infantiles eran firmadas por el padre o encargado del mismo.
- Cuarto.- Era requisito indispensable que la inscripción la efectuaran los interesados en el mismo establecimiento proveedor (ultramarinos y panaderías) en que habitualmente recibían el suministro, seguidamente se retiraban la nueva Colección de Cupones o "Cartilla de Racionamiento".
La siguiente tabla dá idea de los alimentos que se suministraba a cada persona por semana, que podía cambiar según las necesidades, cantidad y productos circulantes en cada momento según criterio de Comisaría de Abastecimientos.
- Un cuarto de litro de aceite.
- Cien gramos de azúcar terciada.
- Cien gramos garbanzos.
- Doscientos gramos de jabón.
- Un kilo de patatas.
- Un bollito diario de pan de cien gramos.
Todo este mundo de hambruna traía consigo pillerías, trucos, falsificaciones, adulteraciones, corruptelas y privilegios que se recogen en el artículo titulado Angelita " La Estraperlista".
- El 1 de junio de 1952 desaparece un símbolo de la miseria de la posguerra en España. La cartilla de racionamiento deja de tener vigencia. El popular documento, de tan infausto recuerdo, deja de racionar los alimentos básicos para la población. Con su desaparición el régimen franquista trata de cerrar el periodo de escasez y autoarquía, significando el inicio de un periodo de prosperidad que aún estaba bastante lejano.
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