Rafael Vich

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Rafael Vich Bennásar (*Felanitx, 24 de marzo de 1893 – Palma de Mallorca, 29 de enero de 1945)

Sacerdote y organista mallorquín, organista titular de la Catedral de Córdoba y profesor de Música del Seminario entre 1921 y 1931. Con posterioridad, fue organista titular de la Catedral de Palma de Mallorca hasta su fallecimiento.

Nacido en Felanitx (Mallorca) en 1893, estudió con su padre-también organista-, con un ambiente musical en su familia y su entorno excepcional. Su padre, Bartolomé Vich, siendo seminarista había sido destinado como organista a Felanitx, conoció a una felanigense y se casó. Hasta cinco músicos que hubo en su entorno familiar directo, y su propio padre, ejerciendo como pianista repertorista de varios cantantes de ópera mallorquines cuando se dejaban caer por su casa. En principio, ingresó en el Seminario palmesano en 1907, ejerciendo desde poco tiempo más tarde y por espacio de seis años como organista en la parroquia de Alcudia, en el norte de la isla, donde creó también una coral.

En noviembre de 1913 volvió a Palma y al Seminario palmesano, ejerciendo al mismo tiempo en que continuaba sus estudios eclesiásticos , como organista suplente de la Catedral, suplente del P. Bernardo Salas Seguí, que anteriormente había sido organista de la Catedral de Sevilla. En Palma estudió con el famoso maestro Miguel Capllonch, discípulo de Anton Rubinstein. Monseñor Campins, obispo de Mallorca, le proporcionó una beca por la que se desplazaba a Barcelona dos semanas al mes para perfeccionar su formación musical con Salas y Felipe Pedrell, que le pusieron en contacto con el gran organista francés Eugéne Gigout y nada más y nada menos que el pianista Enrique Granados.

Claramente predispuesto para una destacada carrera en la música sacra, opositó a organista sin haber sido ordenado sacerdote, por lo que su ejercicio se tradujo en miles de horas tocando el órgano en numerosos oficios religiosos. Muchas veces obras suyas, de difícil ejecución, pero con una sonoridad brillante.

Estancia en Córdoba (1921 - 1931)

En las postrimerías del nefasto episcopado del separatista catalán "monseñor" Guillamet i Coma , éste se debió quedar sin organista. Y se convocó-como era preceptivo- una oposición para la plaza de organista de la Catedral de Córdoba, cometido que le tocó verificar a su sucesor, monseñor Adolfo Pérez Muñoz, cántabro, serio y mucho más tratable que su nefasto predecesor, en marzo de 1921. Fue el candidato que sacó la plaza, por unanimidad del tribunal, en el que se encontraba el prestigioso compositor local Cipriano Martínez Rücker, director del Conservatorio de Música. Tomó posesión de la plaza en abril de ese mismo año. Y aparte ponerse a la labor al momento, se preparó para su ordenación sacerdotal, pues aún era seminarista.

Diez años permaneció en Córdoba. Se integró estupendamente: aquí fue ordenado sacerdote por el obispo Pérez Muñoz en junio de ese mismo 1921. Unos días más tarde-mediando un viaje en tren y otro en barco- cantó su primera misa en Felanitx. Vuelto a Córdoba, puso bastante empeño y voluntad de crear escuela: no sólo fue organista de la Catedral, sino maestro de capilla, profesor de Solfeo y de canto gregoriano en el Seminario de San Pelagio. Muchos de sus alumnos serían los más jóvenes sacerdotes mártires en 1936 y los que protagonizaron la vida eclesial en la Córdoba del tercio central del siglo XX. No sólo era un extraordinario organista, sino que además se licenció en Teología en Sevilla y ejerció de director espiritual de algunos cordobeses ilustres. Colaboró con el Conservatorio de Córdoba-aquí recibió su título de Piano- y también con el Hospicio. Era un hombre ordenado, meticuloso, buen aficionado a la fotografía, que anotaba en el reverso de éstas toda suerte de detalles: fechas, nombres de los retratados, del lugar donde están....

Vuelta a Baleares

Aun integrado en Córdoba como pocos sacerdotes forasteros, iba a Felanitx cuando podía, siendo noticia en el periódico local-"El Felanigense"- y también en el periódico católico cordobés "El Defensor de Córdoba". En abril de 1931 le surgió la oportunidad de su vida: salió la oposición a la plaza de organista de la Catedral de Palma de Mallorca, se presentó y la logró. Allí ejerció como profesor , no sólo en el Seminario palmesano, sino también de Armonía en el Conservatorio de Música, creado en 1935.

Fue autor de más de un centenar de obras musicales, en su casi totalidad, religiosas, un número nada despreciable. En Córdoba escribió al menos tres.

Murió en Palma de Mallorca en 1945, de modo repentino y realmente joven para la que hubiera sido, sin lugar a dudas, una carrera musical muy destacable, a decir de su biógrafo, el pianista y musicólogo mallorquín Joan Círia Maimó. Se encuentra enterrado en Felanitx.

La Diócesis de Córdoba ha decidido, con muy buen criterio, recuperar su obra, casi un siglo después de su marcha. Y el actual organista-y director de la Orquesta de la Catedral-, el maestro Clemente Mata, ha interpretado algunas de sus obras, escritas durante sus diez años en nuestra tierra. Es probable que el número de las mismas pueda crecer.

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