Antonio Sáez Pozuelo

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Antonio Sáez Pozuelo, cofrade y capataz, (*Córdoba 1905 - †Córdoba 1974)

Nace en la calle Amparo el 24 de septiembre del año 1905, siendo bautizado en la iglesia del Sagrario, aunque su juventud y madurez la pasó en el antiguo barrio de Santiago.

Desde muy joven, Antonio, desarrolló una gran vocación cofrade de la mano de su padre, Rafael Sáez Sánchez, y algo más tarde de su suegro, Manuel Gallegos Pérez. El primero era miembro de la cuadrilla que portaba a Nuestra Señora de los Dolores, y el segundo de la del Santísimo Cristo de Gracia y de la cuadrilla de piconeros que entran, de la mano de José González Molina, a portar a Nuestro Padre Jesús Caído. Este hecho se producirá en 1921, coincidiendo con el estreno de un nuevo paso del titular.

En dicha cuadrilla de los piconeros será Manuel Gallegos Pérez quien hará las veces de capataz de costaleros, término con el que entonces se denominaba al encargado de organizar la cuadrilla, dar las órdenes bajo el paso para levantar y arriar, e incluso decidir sobre la duración de las chicotás. Sin embargo, y aunque el capataz era José González Molina, Manuel Gallegos Pérez lleva a ejercer como su ayudante e incluso como capataz en alguna ocasión. Su yerno, Antonio Sáez Pozuelo se unirá a dicha cuadrilla de los piconeros a finales de los años 20, uniéndose posteriormente a las cuadrillas de los Dolores junto a su padre, Cristo de Gracia junto a su suegro, y el Huerto. Esta última cuadrilla tenía como capataz a Francisco Castro "El Sacristán", por serlo de la parroquia de San Francisco y San Eulogio. Junto a él y a su hijo, quien le acompañaba de ayudante, Antonio también trabajó desde su primera salida, por entonces establecida en la parroquia de Santa Marina, bajo la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza.

En plena República, concretamente durante los años 1935 y 1936, sale debajo el paso de Nuestra Señora de las Angustias, trabajando bajo el mando de viejos capataces como los Naz, que también formaban otra dinastía.

Toda esa experiencia y el respeto del que gozaba por parte de los faneros, le llevaron a aceptar el encargo del hermano mayor del Descendimiento, don Manuel Salina, para hacerse cargo del por entonces único paso de la nueva hermandad, en la Semana Santa de 1939. Salida que se verificó durante los primeros años en la tarde del Jueves Santo. Su trabajo, unido a la profesionalidad de su cuadrilla, le llevó a recibir ofertas para hacerse cargo de los pasos de hermandades como el Amor, Rescatado (los dos pasos en un par de ocasiones a principios de los años 70), Caridad (durante los años en los que procesionó en la tarde del Domingo de Ramos), Sentencia, Prendimiento (los dos pasos), Misericordia(los dos pasos), Calvario (los dos pasos), Buena Muerte (los dos pasos) o Santo Sepulcro. A ellos habría que añadir los pasos de Gloria de la Virgen de la Cabeza (desde la iglesia de El Salvador y Santo Domingo de Silos), Virgen del Socorro, Sagrado Corazón de Jesús de San Hipólito, el paso del Santísimo de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba desde 1948.

Siempre contó con un estilo propio en la forma de conducir los pasos, formando una cuadrilla de más de 90 costaleros profesionales, faeneros, provenientes de la sección de carga y descarga de las Lonjas Municipales. Estos hombres fornidos en su trabajo diario, no necesitan ensayar, ya que en esos tiempos no se cuidaban de la misma manera en la que lo hacemos hoy, la forma en la que se procesionaban las imágenes, con la excepción de en la Hermandad de la Buena Muerte, para que la se hacía un ensayo en el patio de la Real Colegiata de San Hipólito en la tarde del Jueves Santo.

Falleció el 20 de agosto de 1974, no sin antes transmitir a su hijos el arte de desfilar pasos por las calles de Córdoba.

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