Caminos de la Sierra (Editorial 1863)

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Editorial publicada por el Diario de Córdoba en enero de 1863 sobre el estado de los caminos de la Sierra.[1]

Caminos de la Sierra. Editorial Diario de Córdoba (1863).jpg

CAMINOS DE LA SIERRA.

Hemos recorrido en estos días la mayor parte de los caminos' de nuestra encantadora Sierra, y no podemos escusamos de llamar hacia ellos la atención de nuestra Municipalidad.

Dentro de pocos meses la primavera con sus flores vendrá á alfombrar esa hermosa falda desplegada delante de nuestra ciudad querida, y no será tiempo entonces de mejorar las vias que con ella nos unen en cariñoso lazo.

Ante lodo cúmplenos deplorar el afán de muchos propietarios, que bajo el protesto de cerrar sus heredades, están borrando las huellas de las veredas y servidumbres públicas, y quitando á los caminos su anchura y diafanidad.Si á ello no pone la autoridad un coto; si con mano fuerte, y como le está repetidamente recomendado por reales disposiciones, no hace que se conserven abiertas y en estado de servirse de ellas las vias de nuestras huertas y lagares, pronto saldremos de Córdoba para visitarlas, no por caminos cercados por un lado y otro, cual si fueran calles, sino que las calles serán estrechas y tortuosas, sin otras colaterales y sin apartaderos siquiera donde guarecerse.

Las varias subidas que se hallan entre la carretera por una parte y la cuesta de Trassierra por otra, y que tenían multitud de cruceros para comunicarse, van aislándose mas cada dia, haciéndose ya imposible al qiue sube por el camino dé las Ermitas pasar al de Villaviciosa ni all que va por este comunicar con el del molino de Sansueña sin bajar á Córdoba y tomar la vía recta.

Lbs antiguos veredones de huerta á huerta, la facilidad que había de visitar unas y otras, los bellos parages en donde multitud de familias pasaban los hermosos dias del invierno y de la primavera, han quedado escondidos tras los vallados y las plantaciones de olivos hechas en ellos.

¡No tratamos de limitar en nada el derecho de propiedad. Cerque cuanto, sea suyo el dueño del predio, roture y plante sus tierras; pero las suyas y no las del publico.

¿Por lo mismo que respetamos profundamente la propiedad particular, querémos que el particular respeté la que es del común de vecinos, y no empiece mermándola para acabar sustrayéndola.

Hecha esta digresión, ocupémonos: del estado de los caminos, recientemente, en el verano anterior y con motivo de la venida de S. M., se mejoraron notablemente el de las Ermitas y el de Villaviciosa, si bien los trabajos en este llegaron solo á la cuesta de la Traición. Poco es necesario hacer hoy en ellos para conservarlos. Las aguas los han perjudicado en algunos puntos, y basta por ello con recomposiciones parciales. Mas necesita el de Santo Domingo. Desde su principio al frente del Pretorio, en que hay un gran espacio de fango, hasta la cuesta primera, están casi borradas las huellas de la vía pública.

La cuesta tiene multitud de peñascos, y en su mayor altura, merced á unos desmontes que se están realizando, puede cualquiera quedar clavado en los barros con que la están vistiendo. El puente del Molino carece de tapas, y desde aquel sitio son innumerables los profundos baches y las inaccesibles alturas. El mismo estado tiene el ramal que se separa hacia la Casería de San Pablo. La cuesta de la Traición, tan frecuentada hoy por las carretas que traen la piedra de las abundantes canteras de Trassierra , es causa dé que el precio de esta piedra esté elevado; pues se hace muy difícil la subida y bajada por sus despeñaderos.

Oimos hace algunos meses que la Diputación provincial había votado qué inmediatamente se gastaran cincuenta mil reales en su composición, y lá estación actual es la mejor para dar cima al acuerdo. Los caminos de la Albayda, S.Gerónimo y demás que se hallan en el llano, se distinguen solo de los predios con qué lindan; en que tienen mas lagunas que ellos. Por lo demás» y al verlos tan movidos, cualquiera cree que sé hacen en su caja las mismas labores: que en lass hazas de tierra calma.

Todos, sin mas escepcion que los dos recientemente arreglados, reclaman con urgencia reformas radicales, tanto desde su arranque en la ronda de la ciudad, cuanto después en su estension completa, y es sumámente estraño que én ninguno de ellós haya arboleda cuando tan fértil es la tierra que debe recibirla.

Y téngase presente que las vias de la Sierra son importantísimas, ya se las considere bajo el punto de vista del recreo que ella ofrece y brinda, ya se pare la atención él que por ella sé ésplotan nuestros ricos productos forestales, la piedra de sus canteras, y los frutos de sús jardines.

La Sierra con su belleza natural, sus ricas aguas y frondosas alamedas ha de ser en época no remota el solaz de los vecinos de Córdoba y de cuantos vengan á visitarnos, porque no hay á nuestro lado pueblo ninguno que ofrezca mas encantos, que presente mas claro el brillante esplendor de una naturaleza próvida. Facilitar el acceso á ella, quitar de sus sendas las quiebras y vertederos, que en el interior agradan, pero que en los caminos molestan, y hacer que estos no desaparezcan tras la codicia de los dueños que con ellos lindan, es un asunto que merece que se le consagre la actividad de nuestro municipio.

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Referencias

  1. Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos: Año XIV Número 3736 - 1863 enero 25

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