Edad Antigua en Espejo
Espejo hunde sus raíces en las páginas más profundas de nuestra historia. El antecedente más remoto de la población actual es Ucubi, ciudad ibero-turdetana a la que Julio César, tras la contienda civil, en el año 45 a.C, le concede la categoría de colonia romana con el nombre de Colonia Claritas Iulia Ucubi.
Al mismo tiempo, y como premio a su fidelidad a César, los ucubitanos, al igual que muchos legionarios recién licenciados tras la batalla de Munda, que fueron instalados en esta colonia, recibieron lotes de tierras, algunas de ellas muy alejadas de este lugar, pues a través de inscripciones procedentes de Valdecaballeros (Badajoz), se sabe que en la actual Extremadura los colonos ucubitanos poseían terrenos comunales que destinaban a bosques y pastos.
En definitiva, la ayuda que los ucubitanos prestan al bando cesariano en su lucha contra Pompeyo vino a determinar que un simple oppidum o poblado fortificado, como era en realidad la antigua Ucubi, pasara a convertirse en una de las ocho colonias de la Baetica romana, con lo cual sus habitantes pasarían a ser considerados ciudadanos romanos con todos los derechos y exenciones de impuestos inherentes a dicha condición. Se trata de una población inserta en el Conventus Astigitanus, con capital en Astigi (Écija), que era una de las circunscripciones judiciales en que se dividió la provincia Baetica.
Fue precisamente en este solar, la colonia Claritas Iulia Ucubi, donde tuvieron sus ancestros los ascendientes del emperador Marco Aurelio, pues su abuelo Marcus Annius Verus, que fue tres veces cónsul en Roma, era oriundo de aquella población.
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