Ermita de San Crispín y San Crispiniano
La Ermita de San Crispín y San Crispiniano fue un antiguo edificio religioso ubicado en la calle Judíos en el mismo espacio que la Sinagoga judía se encontraba.
Historia
En 1492, con la expulsión de los judíos de España, solo quedaba una pequeña sinagoga en este sitio. De esta sinagoga han llegado hasta nosotros algunos adornos mudéjares alrededor de la tribuna, aunque muchos fueron destruidos durante una reedificación en 1848 o 1849. Inicialmente, este edificio fue dedicado a ermita bajo la advocación de Santa Quiteria, y la casa anexa se convirtió en un hospital para los enfermos de hidrofobia.
En 1536, se instaló en la ermita una cofradía bajo el nombre de la Cruz de Cristo y San Crispín. En 1588, la cofradía fue reformada y todos los miembros del gremio de zapateros se inscribieron en ella, adoptando el título de San Crispín y San Crispiniano. Se redactaron nuevas reglas, aprobadas por el Obispo Francisco Pacheco.
Arquitectura
La ermita era pequeña y de planta cuadrada, con un alto grado de humedad en su interior. Tenía dos altares: el altar primitivo, trasladado al lado del evangelio por la nueva hermandad, sostiene antiguas esculturas de Santa Quiteria y San Bartolomé y el altar mayor que contenía una imagen de la Concepción, flanqueada por estatuas de San Crispín y San Crispiniano, con un crucifijo en la parte superior, todas de escaso mérito artístico. También existían frescos de San Pedro y San Pablo pintados en la pared, y los retablos son de madera, pintados de azul con adornos dorados.
Elementos Notables
Encima de la puerta de la sacristía había un cuadro representando el triunfo o monumento dedicado a San Rafael junto a la Puerta del Puente. A los lados del cuadro se encontraban retratos de cuerpo entero de Carlos IV, su esposa y Fernando VII, pintados para conmemorar la visita de estos monarcas a Córdoba. Estas pinturas, de dudosa calidad artística, fueron acompañadas por un macarrónico soneto escrito en la calle para celebrar el evento, que se transcribe a continuación:
SONETO
- Si abcides de contino trabajando
- los obtaculos fuerteis has vencido,
- ya coxiste, ó después de conseguido
- le fué triunfo por triunfo remesando.
- Palmo á palmo fué ganando
- nuevo mundo hasta Ailino conocido
- el Cortiera á quien Mágico ha tenido,
- y triunfo tal sacrificó á Fernando.
- Yo á Rafael Custodio mio amado
- este triunfo (mis Reyes) grato erixo
- porque el hizo de serlo juramento;
- Para que siempre que gobernando
- que mil años goce ision vuestro hixo
- si es que no os lo consagro os lo presento.
Principales editores del artículo
- Aromeo (Discusión |contribuciones) [3]