Homo fossilis cordubensis
Homo fossilis cordubensis es el nombre dado a un cráneo Neanderthal aparecido en 1924 en las proximidades de Alcolea, durante las obras del embalse del Guadalmellato. Pronto fue llevado al Museo Arqueológico de Córdoba.[1]
Hallazgo
En 1924 Antonio Carbonell Trillo-Figueroa, ingeniero de minas y académico de la RAC, dio a conocer a la Real Academia de Córdoba, junto con los ingenieros y académicos Vicente de la Puente Quijano y Aurelio Rodríguez Díaz el hallazgo de un cráneo y parte de la mandíbula de un hombre de Neandertal en el arroyo del Tamujar, en Alcolea, al que denominó Homo fossilis cordubensis, y que fue considerado un hito en el estudio de la Prehistoria cordobesa.
Características
El hallazgo paleocraneológico de Alcolea de 1924 era importante por los escasas muestras encontradas hasta el momento de cráneos neanderthales, como era el caso del cráneo de Gibraltar, con un torus superciliar o visera, pero a diferencia del gibraltareño -deprimido hacia la región supernasal- el cordobés es una visera recta y uniforme.
Vídeo
Referencias
- ↑ ¿Qué fue del Homo fossilis cordubensis?, por Carmen Domínguez, en la revista Arte, arqueología e historia, ISSN 1133-9918, núm. 7, 2000, págs. 53-57, en la web Dialnet.
Principales editores del artículo
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