Huerto de las Infantas o Recreo de Castilla (Priego de Córdoba)

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El denominado Recreo de Castilla de Priego de Córdoba es un jardín situado al borde de la muralla del Adarve, justo bajo el Castillo de Priego y cuya existencia está documentada al menos desde mediado del siglo XVI.

Historia

La primera referencia escrita a este lugar data exactamente de 1550 y aparece en una carta de compraventa, con el nombre de Huerta de las Infantas, situada bajo el adarve de la puerta vieja de esta villa.

En torno al año 1857 D. Antonio Castilla compra la huerta y construye allí una casa. En las décadas siguientes, este señor y sus herederos (los Castilla Abril y Castilla Bermúdez Cañete) convierten el recinto en un jardín romántico basado en la vegetación y los juegos de agua. El jardín y el estanque, alimentado por las aguas procedentes de la Fuente del Rey que antaño movían los 5 molinos situados en la zona, servían de esparcimiento a los numerosos miembros de la familia y en las noches de verano se organizaban veladas y fiestas privadas.

En el año 1948 un grupo de prieguenses organizan allí conciertos a modo de los que celebraban en los jardines de la Alhambra, el Festival de Música de Granada. Buscando un recinto digno para esta celebración, pidieron al entonces D. Álvaro Castilla Abril que les cediera el jardín. El primer concierto se celebró en la noche del 1 de septiembre de 1948, siendo el origen del actual Festival Internacional de Música, Teatro y Danza. El Festival se celebró en ese mismo lugar hasta 1957, apareciendo en los carteles del Festival con el nombre de Huerto de las Infantas.

Posteriormente ha sido llamado "Recreo de Castilla", por el apellido de sus propietarios aunque también se ha mantenido el nombre original de Huerto de las Infantas.

A partir de 1970 entró en un proceso de abandono hasta quedar convertido en una auténtica ruina.

En el año 2003 se convoca un concurso internacional de ideas para recuperar el recinto y convertirlo en un jardín o parque público.

Ángel Luis Vera Aranda escribió en 1996 sobre este espacio: Las leyendas en torno a pasadizos secretos y tesoros escondidos se entremezclan con lo que es la realidad de lo que podrían ser muchos espacios de Priego (la Joya o el Adarve sin ir más lejos) si se utilizara correctamente la relación entre el travertino, el agua y la vegetación, receta hasta el presente muy olvidada por quienes tienen en sus manos la posibilidad de hacer de la ciudad subbética un marco aún todavía más incomparable del que hoy es.

Bibliografía

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