Juan Antonio de la Corte

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Juan Antonio de la Corte y Ruano-Calderón, I marqués de la Corte, (Cabra, 1815) fue catedrático de Psicología, Lógica y Ética.[1]

Biografía

Era hijo de Felipe de la Corte y Coca y de María del Carmen Ruano-Calderón, que se habían casado en 1813. Entre sus hermanos se conocen : Felipe, gobernador militar de las islas Marianas, y Manuel Mª de la Corte y Ruano, profesor y arqueólogo. Educado con los Escolapios de Archidona, estudió Filosofía, Derecho civil y canónigo en la Universidad granadina, doctorándose con gran reputación.

Destinado al Instituto Aguilar y Eslava de Cabra, donde fue director entre 1848 y 1950. Entre 1851 y 1854, lo fue del Instituto Provincial de Córdoba.[2] Cesó el 15 de noviembre de 1854 por su pase al Instituto de Burgos. Posteriormente, fue director del Instituto San Isidro de Madrid.[3]

Casado en 1865 con Dolores Pizarro Ramírez, hija del II conde de las Navas y aya de la infanta Isabel de Orleans y Borbón. Pizarro era viuda del abogado Antonio Mercado Muñoz, Sus padrinos de boda fueron los mismos duques de Montpensier, pero la felicidad duró poco. El esposo falleció en 1864, y ella volvió a Sevilla donde fue designada Teniente de Aya de los Orleans, fechas en las que se concertó su matrimonio con el maduro y afamado profesor egabrense.[4]

Tras su boda, el matrimonio pasa a Madrid, pues en junio de 1865 el marqués asistió al tribunal de oposiciones de profesores Filosofía y letras en la Universidad central. En julio De la Corte mostró nuevamente su adelanto pedagógico, apadrinando al doctor en medicina Antonio Porras Gaitán, quien leyó una de las primeras tesis doctorales sobre educación física. Por entonces la política nacional está enrarecida, ya que el malestar estudiantil había derivado en la Noche de San Daniel, trágico hecho que enmarca un periodo azaroso. Para un ultramoderado como De la Corte, mantener dentro del orden el instituto de San Isidro era primordial; de modo que alerta y avizor buscó noquear cualquier disturbio estudiantil y del profesorado. Y en efecto, se llevaría el mérito de evitar en enero de 1866 una intentona en su Centro, que vuelve a librarse de la zozobra imperante. En paralelo al convulso panorama político, la pareja afianza sus relaciones con la Casa real. El 10 de abril la marquesa pontificia es nombraba Dama de la orden de Mª Luisa, toda vez que en mayo Isabel II hace al marqués Gentilhombre de cámara. A principios de mayo Dolores Pizarro recibe en el palacio real la banda de la orden, como muestra del real aprecio.

La revolución de Septiembre daría al traste con su ascenso cortesano, pues con el exilio de la reina, el matrimonio opta por retraer su actividad social e incrementar sus visitas a Cabra. El marqués intentó participar en política siguiendo los dictados de Martín Belda y en enero de 1869 se presentaría por el partido conservador por el distrito de Montilla, donde residen sus parientes los Pineda de la Corte, aunque sin conseguir éxito en los sufragios. La nueva situación del Sexenio revolucionario le perturba tanto que el 30 de septiembre de 1869 Juan Antonio de la Corte abandona la capital madrileña y su puesto de profesor. Por una orden del ministerio de Fomento del 16 de febrero de 1870, el gobierno lo separa del servicio. Durante el periodo que siguió se refugió en tierras cordobesas en el ámbito privado, viéndose al matrimonio en 1871 en la ciudad cordobesa en la iglesia de San Basilio en el Jubileo circular que ellos costeaban. Su estrecha relación con los Orleans Borbón permite ver cómo los marqueses pontificios asistiesen a finales de febrero de 1872 a los emperadores del Brasil en su corta visita a Córdoba, monarcas que son huéspedes de los De la Corte, quienes los llevaron a su magnifica huerta del Alcázar, por donde paseó Pedro II de Castilla.[5]

Al año siguiente, en 1873, se le concedió el retiro a su hermano Felipe de la Corte, quien se traslada a vivir a Cabra, con el que comparte inquietudes culturales. Por ultimo, y motivado por la sangría de la tercera Guerra carlista, en marzo de 1874 la marquesa colabora con la Asociación de señoras para el socorro de los heridos de la guerra.

Al morir, tan solo quedaban como herederos su viuda y, conforme a su testamento, hizo importantes legados: sus libros al instituto de Cabra; sus objetos arqueológicos a la Real Academia de Córdoba; su colección numismática al Instituto San Isidro de Madrid y algunos óleos a la ermita de la Virgen de la Soledad de Cabra.

Obras

Entre las obras publicadas por Juan Antonio de la Corte se cuentan un

  • Manual de Geografía.
  • Apuntes jurídicos para declarar el gobierno como suyos los “estudios reales”.
  • Fundamentos filosóficos de la religión católica
  • Discursos y memorias
  • Artículos periodísticos.

Referencias

  1. SÁNCHEZ RAMOS, Valeriano: Los cortesanos del Papa en Andalucía: los títulos nobiliarios pontificios. Estudio particular de los linajes católicos. Anuario de Historia de la Iglesia andaluza, Vol. 13, 2020, págs. 227-340. ISSN 1888-7368. Disponible en Internet.
  2. Como director del I.E.S. Góngora, tomó posesión el 10 de febrero de 1851 y cesó en el cargo el 19 de octubre de 1858.
  3. Memoria anual del Instituto de Segunda Enseñanza de Cabra, curso 1859, en la web de la UCM, consultada el 10 de mayo de 2018.
  4. Los cortesanos del Papa en Andalucía: los títulos nobiliarios pontificios. Estudio particular de los linajes católicos, por Valeriano Sánchez Ramos. Anuario de Historia de la Iglesia andaluza, ISSN 1888-7368, Vol. 13, 2020, págs. 227-340.
  5. Diario de Córdoba, [Córdoba], 27 de febrero de 1872, p. 2.

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