Las agujas cordobesas

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Manuel Merino Castejón, tasador oficial de oro y plata de la provincia de Córdoba y responsable de la oficina de fiel contraste, con sede en calle Armas, número 18, de Córdoba en 1916, escribió artículos rememorando las industrias cordobesas de otras épocas. En esta habla de las agujas de Córdoba[1]


Industrias cordobesas de otras tiempos
Una de las industrias cordobesas más importantes y celebradas otros días, fué la de las agujas, de la cual, al presente, no queda ni vestigio, siendo seguramente una novedad para la mayoría de los lectores, el conocimiento de su pasada existencia, a pesar de que fué próspera como la de las espadas y los cueros, genuína y típica, como el arte de la seda o la misma platería.
Las tiendas de vender agujas y talleres de los agujeros— nombre que, por lo desusado, hoy nos suena extrañamente— estaban en los barrios de San Francisco y San Nicolás de la Ajerquía o del Río, como más generalmente era llamado, ya que siendo en otras épocas la histórica plaza del Potro el corazón de la ciudad comercial, en sus inmediaciones se hallaban la mayoría de las artes e industrias, y a ella afluían, dándole vida y color, los negociantes y mercaderes, aquellos que acudían a Córdoba, formando verdaderas caravanas, para ser portadores de nuestra civilización e ingenio, para llevarse las primicias de nuestra cultura artística e industrial, ciertos, al hacerlo, de que labraban su fortuna, por no llevar un solo producto que no fuese en todas partes muy preciado, que no en baldo todas las manifestaciones del arte y de la industria marchaban al unísono, y, si en el trabajo de los metales se construían decorados que sólo tienen semejantes en los que adornan el zócalo del Mirah en la Mezquita, en la industria textil se producía lo más bello y delicado, que aquí anidó toda la ciencia industrial de Bagdad y Alepo, todo el gusto artístico de Damasco y Cachemira.
De la importancia que tuvo la fabricación de aguja, nos dan clara idea los padrones domiciliarios de principios del siglo XVI — los más antiguos que se conservan — viéndose por ellos el gran número de familias que en ella ganaban el sustento, habiendo calles, como la de Mucho Trigo, entre otras, habitada casi en su totalidad por los oficiales agujeros, hábiles y modestos artífices, como buenos cordobeses, que producían miles y miles de agujas, en las que no sí sabía qué admirar más, si la delicada construcción o el buen temple.
De la fama que alcanzaron, oigamos documentos que tienen la mayor autoridad, transcribiéndolos fielmente para que no pierdan el grato sabor de la época. Son dos peticiones que algunos maestros agujeros y el mercader Blas de Madrid, elevaron al Cabildo de la ciudad para quo corrigiese ciertas falsedades y engaños, que en el labrar y vender de las agujas se venían cometiendo, y las cuales se hallan cosidas al libro Capitular del año 1523, entre los acuerdos del cabildo celebrado en 20 de Julio.
Muy magníficos señores: los oficiales agujeros defta cibdad besamos las manos de Vuestra Señoría y dezimos que por otras peticiones que hemos dado se a fecho saber a Vuestra Señoría el daño grande que la rrepublica rescibe por averse consentido poner tiendas de nuevo de dicho oficio syn examinarse las personas que ponen las dichas tiendas y a efta cavsa a ávido y ay muchos oficiales que no saben el dicho oficio ny tienen experiencia del y ponen tiendas de nuevo a cuya cavsa las agujas que solían hazerse en efta cibdad mas perfectas y mejores que en ninguna parte del mundo se an falsado y se an fecho de hierro muerto con quese engaña el pueblo, y lo quo peor es que algunos de los dichos oficiales conpran e an conprado agujas de milan e las adoban y ponen de la manera de las defta cibdad y se an vendido por agujas de azero fechas en efta cibdad. en daño del pueblo y de las personas que conpran las dichas agujas todo lo qual se a fecho por que Vuestra Señoría no a proveydo ni provee pa que en el dicho oficio oviese veedores y personas que exsaminasen las dichas agujas y maestros que las hazen puesefto concierne a la gobernación del pueblo y a la premynencia defta cibdad. pues todo el Reyno e otros Reynos estraños se proveen de agujas defta cibdad. y por aver ávido en ellas la falsedad que se a fecho se an dexado los mercaderes que solían venir por las dichas agujas de Uevallas. y Por tanto a Vuestra Señoría suplicamos y sy nescesario es Requerimos manden proveer cerca de ios suso dicho mandando que los oficiales que ovieren de poner tiendas de nuevo sean exsaminados y los que las tienen pueftas de cinco años a efta parte que sean afsy mysmo exsaminados y hallándose ahiles y suficientes en el dicho oficio puedan tener las dichas tiendas y sy Vuestras Señorías fueren servidos que sean exsaminados todos generalmente asy los viejos como los nuevos lo manden proveer mandando asy mysmo que en el dicho oficio pues concurren tantos oficiales aya alldes o veedores asy pa exsaminar los dichos oficiales como pa exsaminar la obra que efta hecha y se hiziere en lo qual Vuestra Señoría liara Justicia e proveerá el bien de la rrepublica sobre lo qual encargamos su rreta conciencia y de como suplicamos a Vuestra Señoría manden proveer lo suso dicho lo pedimos por teftimonio al escrivano publico que efta presente.
alvaro de jerez — francisco feruandez — maestre juan agujero — maestre bastían — pedro de jerez — pero hernandez — francisco Ruiz aracena-jnaa Rodríguez — francisco de jerez— martín de la basa — francisco de san pedro — francisco fernandez — alonso diaz — diego alonso— francisco Ruiz.
muy magníficos señores. Blas de Madrid, mercader vezino detta cibdad beso sus manos y les suplico plegan saber cerno mi trato es comprar e vender mercería llevando defta cibdad agujas e otras cosas a muchas partes e traer a ella cosas que son en pro de la República y es afy qae por año yo conpro en esta cibdad en mas cantidad de ciento e cinqueata mili ajugas e a un dozientos y al tienp© qne las conpro los oficiales agujeros que me las venden me las dan per buenas e finas e como yo dello no tengo tanto conocimiento las liescibo y las llevo a otras muchas partes así pala encomiendas que me encomiendan como por ganar rai vida e desque las vo a vender los oficiales sastres para quien son no las fallan por tales como por lo, que yo se las vendo e dizen que no son nada por que son todas las mas como no devian de ser e no me las compran en lo cual yo fe Rescibido mucho daño y cabsado no ser apremiados ni castigados los oficiales agujeros por ello, suplico a Vuestra Señoría lo Mande Remediar de manera que las agujas que de oy en adelante se fizieron sean finas porque siéndolo esta cibdad sera aprovechada porque de muchas partes vendrán por ellas e yo no dexare de tratar por ellas e traer otras cosas que sean nescesarias pa el proveimiento desta cibdad e en ello Vuestra Señoría hará justicia e a mi grandes mercedes, nuestro Señor su muy magnifico estado aumente. -~blas de Madrid.
Esta bella industria, ya vemos, con pesar, como también ha desaparecido. En el siglo XVII la Real Junta de Comercio y Moneda, solicitó del Jefe político, don Jerónimo de Uztáriz, datos sobre el estado de las fábricas de agujas, y, en su contestación, fechada en 22 de Enero de 1628, decía: «Había un pueblo, Villafranca de las Agujas, que tenía una numerosa fábrica, hoy perdida. En Córdoba, era una de las industrias principales, que mantenía copioso número de vecinos, no quedando a la fecha nada más que dos fabricantes. La introducción de género extranjero ha perdido esta industria.»
¡Agujeros cordobeses! Vosotros pusisteis uno de los más bellos y ricos florones de nuestra riqueza industria!, y, si nada existo de vuestra obra, en cambio tuvisteis un altísimo honor, el de que Cervantes, en su Quijote, sol de nuestra lengua, hizo vuestra memoria imperecedera, citándoos entre los que mantearon al malaventurado Sancho en la venta del campo de Montiel: «Quiso la mala suerte del desdichado Sancho que, entre la gente que estaba en la venta, se hallasen cuatro perailes de Segovia, "tres agujeros del potro de Córdoba" (...)".

Referencias

  1. Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos: Año LXVII Número 20424 - 1916 julio 9

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