Liebre
315px Liebre Ibérica | |
Orden | Lagomorfos |
Familia | Lepóridos |
Género | Lepus |
Especie | L. granatensis y L. capensis |
La Liebre Ibérica (Lepus granatensis) es una especie de liebre que sólo se encuentra en la Península Ibérica (con la excepción de Cantabria y los territorios situados al norte del río Ebro) y la isla de Mallorca, donde fue probablemente introducida hace siglos y en la actualidad es muy rara. En algunas zonas de Galicia y León su distribución puede solaparse con la de la liebre de piornal, propia de los montes de León; también se cita su presencia en algunos yacimientos del Pleistoceno de Cataluña central, donde habría convivido con la liebre europea, pero tales identificaciones son cuestionables. Ciertas clasificaciones antiguas consideran la liebre ibérica como una subespecie de la liebre mediterránea o del Cabo (Lepus capensis).
Contenido
Descripción
La ibérica es la más pequeña de las liebres que pueden encontrarse actualmente en España. El cuerpo mide alrededor de 45 centímetros, más 10 de cola, y el peso varía entre los 2 y 2'5 kilos. El pelo es corto y de color pardo-rojizo, entreverado de negro en el lomo, y blanco en hocico, mejillas, vientre, parte de las patas (pies y parte superior, siendo el resto pardo) y la cola. El extremo de las orejas y el dorso de la cola son negros. La liebre ibérica se diferencia también por algunas características de la arquitectura del cráneo, entre las que se encuentra el tener los incisivos superiores más inclinados hacia dentro. Los individuos de ambos sexos son difíciles de diferenciar a simple vista, aunque por lo general las hembras son de tamaño ligeramente superior.
Hábitos
El hábitat requerido por la liebre ibérica es sumamente variable, pero por lo general abierto y más o menos llano. Habita por igual en marismas (es notablemente abundante en el Coto de Doñana) que en praderas secas, al nivel del mar o en prados de alta montaña, en llanuras herbáceas o cubiertas de matorral o árboles bajos. Se adapta sorprendentemente bien al impacto humano sobre el ambiente, hasta el punto de que no es rara verla en campos de cereales, huertas, olivares o viñedos. En estos últimos lugares suele ser perseguida porque devora los frutos y brotes de las plantas cultivadas, además de por su mismo valor cinegético. No obstante, es una especie no amenazada, al menos en la Península Ibérica.
Como el resto de liebres, esta especie es también estrictamente herbívora. Entre sus depredadores habituales, aparte del hombre, se encuentran los lobos, zorros, gatos monteses y grandes águilas, si bien se calcula que hasta una treintena de especies animales (incluyendo mamíferos, aves y reptiles) pueden alimentarse ocasionalmente de la liebre ibérica. Para evitar esto, las liebres se valen fundamentalmente de sus agudos oído y olfato y su capacidad para correr hasta 70 km/h. La liebre no se contagia de mixomatosis, pero desde 1994 se vienen observando casos de tularemia. Otra amenaza para esta especie es la mortandad causada por las cosechadoras mecánicas en los campos de cereales, de reciente introducción.
Reproducción
Las liebres ibéricas son animales solitarios que pueden reproducirse en cualquier época del año, aunque la mayoría de los partos se concentran entre febrero y abril y luego en junio y julio. El primer parto incluye una o dos crías, mientras que lo normal en los posteriores son tres o cuatro, que nacen tras 42-44 días. Las hembras tienen la capacidad de aparearse y guardar el esperma de un macho incluso después de ser fecundadas con otro, lo que les capacita para tener una nueva camada en poco tiempo. Si por alguna razón se interrumpe el embarazo, la hembra no aborta, ya que su cuerpo puede reabsorber al embrión muerto.
Las crías nacen en un simple encamamiento, el mismo que la madre usa para dormir. Son notablemente precoces y en un año ya son maduros sexualmente. Las crías carecen del olor típico de los adultos, algo que unida a su capacidad para agazaparse las mantiene a salvo de los depredadores. Las liebres pueden vivir hasta 9 años en libertad y 12 en cautividad.
Subespecies
Se conocen tres subespecies diferentes de liebre ibérica, que varían en el color y tamaño. La raza castellana o granadina (L. g. granatensis) es la más abundante y se distribuye por Andalucía, Extremadura, la Meseta Central, Valencia y sur de Aragón y Cataluña.
La liebre de Galicia (L. g. gallaecius), que ocupa el noroeste peninsular, se caracteriza por su pelaje más oscuro, mientras que la liebre de Mallorca (L. g. solisi) es más clara, pequeña y paticorta. La liebre mallorquina es un animal notablemente raro, del que no se han registrado avistamientos fiables desde hace años, por lo que podría estar extinta hoy en día.
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