Platero
Platero es uno de los oficios más representativos en la historia de la ciudad de Córdoba. Según define el diccionario de la RAE, es el "artífice que labra la plata". El también llamado orífice trabaja la plata, el oro y otros metales preciosos para fabricar joyas u otros objetos de valor.[1]
Contenido
Etimología
Platero procede del sustantivo plata, metal precioso, al que se añade el sufijo de profesión -ero. A su vez, "plata" procede del latín vulgar *plattus 'plano', 'aplastado', y este del griego πλατύς platýs 'ancho', 'plano'. La palabra orífice procede del latín auri (‘oro’) y faber (‘hacer’). Los metales que constituyen los objetos de orfebrería propiamente dichos son eminentemente la plata y el oro o una mezcla de ambos, el llamado electro.
Historia
Con el oro y la plata se fabricaban ya desde la prehistoria,[2] utensilios muy variados como vasijas, piezas de adorno, joyas, monedas y estatuas siguiendo el estilo, la ornamentación y el gusto propios de la época y de la nación que los elaboraba, como puede observarse recorriendo las principales civilizaciones.
Las técnicas empleadas en el trabajo del oro fueron muy sencillas al inicio. El martillado en frío proporcionaba láminas e hilos que podían adoptar formas diferentes. Posteriormente, pero aún en una época temprana, se utilizaron el calentado y la fusión. Los avances técnicos supusieron una diversificación de las formas.
En la Península Ibérica, a partir del Bronce Final se documentan las piezas compuestas y las primeras aleaciones.
Hoy en día una parte importante de la orfebrería se hace asociada a celebraciones como la Semana Santa.[3]
Técnicas de fabricación
- Fusión del material bruto
- Obtenido el metal, se prepara en bruto fundiéndolo en un crisol a 1.063 °C para eliminar impurezas, posteriormente se vierte en un recipiente y se deja fundir.
- Martillado y batido
- Separado el metal del recipiente, se realiza el batido o martillado, para el batido se necesita interponer un material flexible (cuero, tela, etc.) entre el metal y la herramienta para obtener láminas finas y evitar huellas o roturas. El martillado supone golpear directamente el metal para darle forma de lámina, lingote. Al martillar o batir las piezas, estas cambian de dureza y ductilidad debido a las transformaciones sufridas en su microestructura, por lo que se hace necesario el recocido uno o varias veces para evitar que se quiebre la lámina.[4]
- Cortado y acabado
- El cortado se realiza a través del simple doblado, marcando la línea de corte con una incisión. El acabado generalmente se practica por la cara externa o visible de la pieza y consiste en una limpieza o pulido por fricción o abrasión, valiéndose por ejemplo de arena.
- Almas de bronce u otro metal, chapados y dorados
- El dorado con pan de oro ya era una técnica empleadas por los egipcios en el III milenio a.C. El tratamiento de superficie más espectacular es el conocido como «mise en couleur», que consiste en eliminar la capa superficial de cobre haciendo aflorar el oro, empleando una solución ácida del jugo de ciertas plantas y el calor, este procedimiento era adecuando cuando el contenido de oro era alto. Si las piezas eran de baja ley se utilizaba una solución corrosiva de origen mineral, hablándose entonces de «refinación artificial», que permitía jugar con diferencias acusadas de color.
Uniones mecánicas y ensambles
Se documentan sobre todo:
- Soldadura sin aporte de material soldante
- Basada en los distintos puntos de fusión de los elementos a unir.
- Soldadura por difusión en fase sólida
- Calentando por debajo del punto de fusión.
- Soldadura con aporte de aleación soldante
- De composición Au-Ag-Cu (Oro-Plata-Cobre).
- Vaciado a la cera perdida
- Consiste en realizar un modelo inicial en cera de un núcleo con la forma deseada, que se recubre de arcilla; de este modo, al derretirse y quedar eliminada la cera del interior cuando se vierte el oro fundido, se consigue un molde de fundición hueco que, al solidificarse, reproduce la forma del núcleo.
Técnicas decorativas
- Remetido y embutido
- El repujado se fundamenta en la realización de motivos con un cincel de punta roma para evitar que se corte la lámina, o bien con punzones que permitan curvar el metal sobre sí mismo y definir grietas profundas desde el reverso, para que salgan en el anverso. Si la pieza se trabaja por el anverso sobre un cuerpo ya en relieve, se trata de un «embutido», técnica que requiere trabajar sobre un soporte blando aunque consistente para que la lámina se mantenga fija.
- Puntillado
- Esta técnica decorativa se realiza con un cincel desde el reverso de la pieza, obteniendo motivos a base de puntos en relieve por el anverso.
- Decoración incisa
- Se consigue mediante la incisión con un buril sobre la pieza y bajo un soporte firme que sujete el objeto.
- Estampado
- Consiste en presionar a golpe de martillo con un punzón metálico sobre el reverso de una lámina; en el extremo del punzón se halla el dibujo que se quiere reproducir en relieve. Cuando el punzón deja su marca sólo por una cara del metal se llama «estampación por impresión», mientras que cuando deja un relieve por una cara y un hueco por otra se denomina «estampación repujada».
- La filigrana (artesanía)
- Es un esquema decorativo diseñado mediante hilos que se sueldan a una lámina de base. Para fabricar los hilos hay dos métodos: en un caso, se parte de una lámina cortada en tiras estrechas que se enrollan sobre sí mismas sujetándolas por un extremo, lo que les deja marcas helicoidales de retorcimiento; y en el otro, se realiza un fundido previo en molde para obtener la forma de hilo y después se martillea hasta obtener la sección deseada. Se llama «filigrana sentada» cuando los hilos se sueldan sobre una base, y «filigrana al aire o calada» cuando los hilos se unen entre sí, sin base.
- Granulado
- Se basa en el mismo principio, y en él los hilos se sustituyen por pequeñas esferas de oro. Consiste en soldar pequeños gránulos o esferitas de oro a una superficie formando diversos motivos. Generalmente «filigrana» y «granulado» se combinan entre sí, y a veces también con otras técnicas, alcanzando una gran complejidad compositiva.
Grandes plateros cordobeses
Plateros del siglo XIX
Plateros del siglo XX
- Ricardo Aguilar Catalán
- José Aumente Barazal
- Rafael Navarro Pozuelo
- Mariano Salinas Diéguez
- Manuel Fragero
- Rafael León Priego, calle Cristo, número 12.
- Manuel Calzado, calle Buen Pastor, número 8.
- José Cosano, calle Menéndez Pelayo, número 3.
- Rayma, Carretera de Castro, número 103.
- José Vergara, plaza Cardenal de Toledo, número 10.
- María José Jurado Velasco, calle Aceituno, 2.
- Rafael Merina, calle Alfonso XII, número 8.
- Talleres Mansilla, calle Carlos Rubio, número 15.
- Antonio Bustos, calle Pedro López, número 15.
- Ángel Enríquez Costi, Calle María Auxiliadora, número 2.
- E. J. Sabinas, calle Muñices, número 10.
- Bagué, calle Torres cabrera, número 11.
- Jara, calle Barroso, número 4.
- José Roldán Navarro, barrio de San Pedro.
Plateros del siglo XXI
Fuente
El contenido de este artículo incorpora material de una entrada de Wikipedia, publicada en castellano bajo la licencia GFDL.
Véase también
Referencias
- ↑ Orfebre, en la web de la Real Academia Española.
- ↑ Exposición 'Oro & Plata' sobre orfebrería en la antigüedad hispana, en la web La voz libre, 23 de junio de 2010.
- ↑ Los oficios cofrades dan empleo en Andalucía a más de 10.000 personas, en el Diario de Jerez.
- ↑ Instrumentos líticos y de metal utilizados en la manufactura de piezas metálicas conservadas en los museos, por Paloma Carcedo de Mufarech, en la web Banrepcultural.org, 27 de mayo de 2005, editorial Biblioteca Luis Ángel Arango
Principales editores del artículo
- Eluque (Discusión |contribuciones) [11]