Sanguijeleros
Existía hasta principio del siglo XX un oficio humilde como era el del sanguijelero, que se denominaba al coger sanguijuela como remedio para el sangrado de las personas propensas a congestiones o hemiplejia.
Una de las sanguijeleras conocidas de la ciudad de Córdoba era conocida como Leonarda la "Sanguijuelera"
Leonarda era una de esas personas que se dedicaba a este menester. Tenía una técnica para capturar las tan codiciadas sanguijuelas que no le fallaba nunca. Llegaba a unas aguas encharcas de un arroyo, las removía con objeto de avivarlas de su letargo, e inmediatamente metía sus famélicas piernas en ellas, a la vez se rascaba una escara y con dicho roce se producía un sangrado controlado. A tan suculento banquete, acudían los anélidos en gran número en dirección a la herida, intentando succionar cuánta sangre pudieran.
Al empezar a chupar los insaciables invertebrados Leonarda con gran empeño y hábilmente iba cogiéndolas una a una y las introducía en un bote lleno de agua turbia de la charca, así continuaba su labor hasta que había capturado el número suficiente como para poderlas llevar al mercado de la plaza de la Corredera, lugar donde montaba su tinglado de venta, y así aplicaba del remedio sangrante sobre pacientes necesitados de sangrado.
La mayoría de sus clientes eran personas que por su configuración física daban el aspecto de ser propensos a enfermedades circulatorias. Los doctores de aquella época recomendaban el sangrado como remedio precautorio a dichas enfermedad o como mejora de aquellos que lo habían padecido.
Pues bien, Leonarda sabía aplicar las chupadoras en el lugar exacto para el sangrado, de forma, que las aplicaba en la parte trasera de las orejas. Éstas llegaban a engordan tanto que parecían salchichas rebosantes de líquido rojo y cuando estaban a punto de reventar, las quitaba como sumo cuidado aplicado un ungüento en la sutura extractora.
Este oficio del medievo desapareció en razón al descubrimiento de fármacos mucho más eficientes en la curación de las citadas enfermedades. Por lo tanto, el oficio de “Sanguijuelera” voló de La Corredera, e igualmente sucumbieron otros muchos que son conocidos hoy gracias al desempolvado de escritos antiguos.
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