Aquella verbena del Alcázar Viejo
Aquella verbena del Alcázar Viejo
El Alcázar Viejo o barrio de San Basilio en competencia con el barrio de la Catedral, se montaba en ambos una verbena coincidiendo en los mismos días, ya que en dicho barrio celebraba a sus titulares el 15 de agosto.
El barrio
Este barrio fue formado por los terrenos cedidos por el Rey Juan I hace siete siglos a los ballesteros que le acompañaban y que formaban la guarnición y defensa del Alcázar, baluarte donde pasaban largas temporadas los reyes castellanos. En dichos terrenos se construyeron las viviendas de estos guardianes.
Siempre tuvo este barrio algo específico que los diferenciaba del resto de los cordobeses; por un lado su propio carácter y por otro el aislamiento amurallado de su entorno. Todo esto les hacia ser como un coto cerrado para el resto de los habitantes de capital. Esta característica se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX.
En general la vecindad era de origen modesto, pero muy laboriosa y activa. El barrio se abría con fervor y diversión por las fechas de mediados de agosto al resto de la ciudad con objeto de festejar su patrona la Virgen del Tránsito que se venera en la parroquial iglesia de San Basilio.
Las fiestas
En todo el barrio se vivía un gran casticismo, cuando se esperaba tal acontecimiento. Se advertía un aire dinámico precursor de esta gran festividad. Los vecinos se dedicaban a blanquear las fachadas de sus casas y en los balcones y ventanas se hacía más ostensibles las macetas con sus pintorescas flores, contribuyendo a decorar alegremente la especial perspectiva en las calle Postrera, calle San Basilio o calle de Enmedio.
Se llama su titular la Virgen de Acá en razón a que se procesionaban en otros barrios de Córdoba Vírgenes con la misma advocación del Tránsito. Para distinguirla y darle su propia personalidad, cuando era portaba por las calles abarrotadas de personas de barrio se producían vítores populares unánimes y permanentes que salían del corazón de los vecinos saludándola con el grito tradicional de: ¡Viva la Virgen de Acá!. Mientras, estallaban en el aire millares de cohetes.
Los vecinos del Alcázar Viejo se afanaban por superar a su vecina la verbena de la Virgen de los Faroles, manteniendo una rivalidad y pugna al montar otra veladilla en los jardines sombreados de árboles seculares de los Santo Mártires, uno de los lugares más bonitos y gratos de Córdoba, donde servía de magnífico escenario el fondo el Alcázar de los Reyes Cristianos.
Se engalanaba el jardín con gallardetes y guirnaldas bajo un techo de farolillos multicolores, donde se instalaban los puestos de campanitas y juguetes chucherías y arropías, no faltando las atracciones verbeneras. Se celebraba toda la noche, con regocijo callejero, bailes y algaradas, acompañado con el atractivo de la clásica cucaña, la carrera de sacos, de camareros o dianas, finalizando todos los actos con una función de fuegos artificiales.
Esta verbena por los años cincuenta y sesenta fue patrocinada por la Peña Los de Acá y Peña Solera del Alcázar con unos programa atrayentes entre los que tomó fama la elección de la guapa del barrio, que tenía fama de tener las mujer más guapas de Córdoba. En algunas ocasiones se montada la veladilla en la explanada del Alcázar, otras la Puerta de Sevilla o cuando no se celebraba la desaparecida Verbena de la Virgen de los Faroles en el Triunfo de San Rafael de la Puerta del Puente.
Con interrupciones coyunturales, aún se procesiona la Virgen del Tránsito o de Acá por las calle de llamado popularmente barrio de la 'Casa el Viejo -deformación fonética de Alcázar Viejo- permiéndole algún que otro año llegar hasta la Mezquita Catedral.
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