Barbero
Oficio que en la fecha de hacer este reportaje se le llama Peluquero, pues su cometido es el corte del cabello. Pero su nombre real fue hasta los años setenta del siglo XX de "Barbero", ya que gran parte de su trabajo lo realizaba rasurando la barba de los clientes. En siglos anteriores el oficio de barbero era de lo más conocidos y populares. Ya Cervantes en el inmortal "Quijote" lo presenta como uno de los principales protagonista de su novela.
Personas de cualquier condición social acudían varias veces a la semana a la barbería para afeitarse y así aprovechaban el tiempo para hacer tertulia en entre los clientes. Allí se hablaba de cuanto acaecía en la ciudad: de política (si se podía), de toros, fútbol, de mujeres y cualquier a otro comentario que estuviera en boga en aquel momento. Los maestros barberos eran como una enciclopedia viva, al aprender de los clientes las muy diversas formas de pensar y actuar; esto era motivo suficiente como para llegar a ser pozos de sabiduría.
En Córdoba había barberías en todos los barrios, algunas muy famosas por la peculiaridad de sus barberos y por los personajes que las frecuentaban. Se da una pincelada de dos barberos elegidos entre los muchos que se podrían citar de Córdoba: El barbero del local de "Encarna" en los Portales de la plaza de la Corredera, se llamaba "Quinito". Era un clásico en el vestir, en los dichos llenos de gracia y por la costumbre de darle al codo. Otro era Rafalito el " Sordo" que trabajó en una barbería de la calle Gondomar en cuyo lugar estuvo ubicado el Club Guerrita. Rafalito, por su sordera era casi imposible hablar con él, pero era un excelente profesional, muy dicharachero y oportuno en sus palabras hacia los clientes.
En los primeros años del siglo XXI aún existe en Córdoba una barbería que tiene los todos los ingredientes de antaño; por sus tertulias, local y la peculiaridad del barbero. Se conserva en ella el encuentro amistoso entre clientes que aparecen casi a diario a conversar animosamente. Está situada en la calle Muñices nº 2 junto al Realejo, la regenta desde el año 1958 Antonio Blanca Ruiz llamado popularmente por Antonio, del Realejo. Persona buena, cordial y amable que da un servicio de gran profesionalidad a sus clientes. Desde los doce años ejerce como oficial en el mismo local donde está ubicada la barbería.
Se apunta alguna anécdota y comentario ocurrido en la peluquería (barbería) de Antonio, como detalle de lo fueron aquellos lugares de encuentro.
- Han sido muchos los personajes que han pasado por su local, entre ellos el periodista Manuel Moreno que firmaba "Tarif de Imperio", industriales de San Andrés, la Magdalena o el latonero "Moyano" famoso por sus anécdotas y algún que otro torero como el novillero llamado "El Pletinas" que tuvo bastante éxito en los ruedos en los años cincuenta y se canso de lidiar tanto astado.
- Alguien con cierta sorna le pregunto a Antonio.
- -"Antonio, debes ganar mucho dinero, pues te has comprado un coche nuevo".
- El bueno de Antonio le contestó certeramente y con sabiduría.
- -"Pues sabes lo que te digo, que yo como por los pelos".
- Nunca mejor dicho, pues tiene que trabajar muchas horas para ganar un jornal suficiente "por los pelos", -como popularmente se dice al que está apunto de perder o ganar algo- ya que es el peluquero que cobraba más barato de Córdoba.
- Antonio continuó diciendo:
- '"Quiero cobrar barato, pues mi lema es tener contento al cliente y me da cosa el subir los precios aunque sean cincuenta céntimos de euro por servicio. ¡Ah!, pero no se haga comentario de esto; no vaya ser que tenga que cerrar la barbería por la afluencia de masiva de clientes".'
- Terminó su charla con una risa socarrona.
Pocas personas como Antonio quedan en Córdoba, por su estilo, elegancia y buena fe. Muchos clientes recompensan su generosidad aumentando la cuantía con una propina. Cerro el local en el 2010 por motivo de su jubilación.
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