Conjunto Histórico de Dos Torres
Introducción
Dos Torres es, de todos los municipios de la zona, el que representa la auténtica arquitectura de la Sierra, sin parangón entre los pueblos del Valle de los Pedroches.
La arquitectura del granito y la calidad de los maestros herreros están extendidos en todo el casco histórico de Dos Torres, siendo en sí mismo estas características justificación del interés cultural que a través de los tiempos se ha conservado en todo el entorno.
La villa de Dos Torres surgió de la unión progresiva de dos núcleos medievales de un alto interés desde el punto de vista histórico, arquitectónico y cultural, que se materializó finalmente el 11 de diciembre de 1839 mediante la unión de las poblaciones de Torremilano y Torrefranca por orden del Gobierno de esta época.
Los edificios históricos que determinaron la trama urbanística son un amplio resumen de las características históricas y culturales del municipio. La parroquia de Nuestra Señora de la Asunción es un edificio sumamente interesante con intervenciones de los siglos XV, XVI y XVII.
Esta Iglesia representa el asentamiento de Torremilano como antigua iglesia del mismo. Ejemplo de Torrefranca es la iglesia de Santiago, que era la antigua parroquia de la villa perteneciente al condado de Santa Eufemia, obra del siglo XV, como la antigua iglesia de Santa María de Torremilano.
La ciudad se encuentra salpicada de elementos de interés histórico y arquitectónicos únicos. La uniformidad de su caserío y el corazón del Conjunto Delimitado, todavía libre de degeneración urbanística, suponen suficientes muestras de su importancia histórico-artística.
Descripción
El municipio de Dos Torres se asienta sobre una planicie, con inclinación natural al norte, hacia el río Guadalmez, postreramente Guadiana, las aguas de los arroyos Guadarramilla, del Milano, Arroyo de la Cigüeñuela y del fronterizo Santa María.
El término de Dos Torres se halla dividido en dos sectores por la curva de nivel de los 600 metros que individualiza las subcomarcas oriental y occidental, cuyos componentes ecológicos (relieve, clima, suelo, vegetación) han influido en la orientación ganadera y agrícola, respectivamente y actualmente, de sus terrazgos.
El espacio público coincide con las dos subcomarcas históricas: La de señorío (señorío de Santa Eufemia y Balalcázar) y la de realengo, a las que pertenecían las villas de Torrefranca y Torremilano. El límite entre ambas lo formaba el eje de la calle Iglesia. Posee un elevado grado de adaptación al medio en el espacio público en lo que a materiales de construcción se refiere y a una profusión ornamental en dintales y blasones que es concordante con la importancia que le confirió a Dos Torres (Torremilano) el ser lugar de residencia del corregidor hasta 1771 y con la destreza de sus alarifes y canteros.
La antigüedad de la presencia del hombre en el término de Dos Torres se comprueba desde tiempos paleolíticos. Y de época ibérica o romano-visigoda deben ser las explotaciones mineras que se descubren en las cercanías de la población. Existen testimonios de la implantación del cristianismo en la comarca. El silencio de las fuentes y de las crónicas musulmanas sobre Dos Torres impide formular hipótesis sobre su existencia durante los siglos VIII al XIII.
La colaboración prestada en el cerco de Loja y ciertos agravios que recibieron los de Torremilano en tal ocasión constituye una inestimable aportación para definir el estamento que dará prez y honor a la arquitectura local. Los numerosos hidalgos de los siglos XVI y XVII afincados en el lugar descendían de caballeros villanos o de premia.
El Concejo de Torremilano no poseía término propio deslindado del resto de las Siete Villas de los Pedroches, que sólo lo obtendrían a partir de 1909. Se desconocen los orígenes del núcleo urbano de Torrefranca, pero las noticias más antiguas se remontan al reinado de Enrique IV (1454-1474).
Como Torremilano, tampoco Torrefranca poseía término concejil deslindado de las tierras del señorío de Santa Eufemia, bajo cuya jurisdicción se encontraba, y se hallaba separado del núcleo urbano del primero por un muro y un adarbe.
Existe una mayor riqueza de fuentes documentales a partir del siglo XVI, si bien los archivos parroquiales de Torrefranca y Torremilano fueron destruidos en 1936. La economía concejil se sustentó sobre el aprovechamiento de la dehesa de la Jara y de las tres dehesas de Propios de Peñalta, Arcivejo y Vera, ganando en la Real Chancillería de Granada ciertas preeminencias en su control en las tres últimas en contra de las pretensiones de Alcaracejos y Añora, consiguiendo, además, comunidad de pastos con Fuente Ovejuna. En el siglo XVII, sin embargo, pierde su jurisdicción sobre Villaralto, con la que mantuvo un pleito en 1633 que perdió por abandono, pero consigue, no obstante, una restricción del término municipal de Villaralto.
Delimitación
El conjunto delimitado, de gran autenticidad tipológica y singularidad de sus elementos de interés, engloba elementos arquitectónicos excepcionales como Puentes, Ermitas, Iglesias o Arquitectura Civil (Escudos nobiliarios que reflejan la importancia de la Villa, así como artísticas portadas de remarcados dinteles y escudos de granito, a veces desde el punto de vista histórico artístico de valores incalculables). Presenta una relevancia tipológica-popular excepcional y elevado nivel de homogeneidad en su caserío. El conjunto engloba la unión de Torremilano y Torrefranca representado en la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción y la antigua Iglesia de Santiago.
El Entorno y el Area de Protección se confunden debido al entramado urbano consolidado que, circundando al Conjunto, presenta un grado de homogeneidad-continuidad superior al resto del núcleo y al mismo tiempo nos obsequia un elevado número de casas de elevado interés arquitectónico-tipológico y un altísimo valor popular-tradicional.
Por otro lado, es necesario resaltar determinadas áreas urbanas que, muy diseminadas por el núcleo urbano, presentan suficiente interés como para ser diferenciadas dentro de la trama general. Son las ermitas perimetrales existentes como son la Ermita de Ntra. Sra. de Loreto, Ermita de San Roque, Ermita de San Sebastián, Ermita del Cristo de la Caridad y por último la Ermita de San Bartolomé y la basílica paleo-cristiana del Pozo de la Nieve.
En una valoración de conjunto, este Conjunto Histórico mantiene una gran significación histórica claramente apreciable tanto en el parcelario conservado como en la mayoría de los edificios que lo conforman, entre los cuales existen numerosos ejemplos de arquitectura monumental
Referencia
Este artículo incorpora material de la Resolución de 30 de noviembre de 2001, de la Dirección General de Bienes Culturales, por la que se incoa procedimiento para la declaración y delimitación como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Conjunto Histórico, a favor del sector delimitado de la población de Dos Torres (Córdoba), publicado en BOJA nº19 de 14 de febrero de 2002, que se encuentra en dominio público.
Principales editores del artículo
- David (Discusión |contribuciones) [3]