Cortijo La Algamarrilla

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Cortijo La Algamarrilla


Antigua explotación cerealista de secano puesta con posterioridad en riego en su mayor parte, y que contó con un importante complemento ganadero y olivar.

Descripción

La discontinuidad en el territorio de los términos municipales de Fuente Palmera y Almodóvar del Río y el hecho de que este asiento se sitúe cerca del límite administrativo entre ambos, hacen que algunas fuentes localicen este cortijo en el termino municipal de Almodóvar, cuando realmente se encuentra en el de Fuente Palmera, si bien gran parte de la explotación se extiende por ambos términos. Está próximo a la confluencia del Arroyo Guadalmazán con el río Guadalquivir.

La Algamarrilla ocupa una amplia superficie y dispone de un gran volumen construido en una estructura abierta y compleja fruto de un largo proceso afectado por importantes cambios en el sistema de cultivos de esta vasta explotación, de cerca de 1.200 ha. La finca se extiende principalmente por terrenos de vega, es decir aluviales, regables en su mayor parte; son terrenos de gran fertilidad, edafológicamente dominan los suelos generados a partir de los sedimentos aluviales muy aptos para la agricultura. El cultivo dominante en la explotación es el cereal, si bien contó con un importante plantío de olivar e incluso con una almazara de la que en la actualidad no quedan vestigios. La amplia presencia de la ganadería no se debía sólo a su uso como fuerza de labor, sino que constituía también un importante complemento económico de la explotación. Es a partir de mediados del siglo XX cuando la actividad ganadera se incrementa y diversifica con ganado bovino, ovino, caballar y porcino, acondicionándose dependencias y construyéndose otras para tal fin. De este modo, la estructura originaria, organizada en torno a un patio, adquirió una mayor complejidad por el adosado de otros cuerpos edificados y de patios secundarios. En las últimas décadas la división de la propiedad ha afectado no sólo a la explotación sino también al propio edificio que se encuentra hoy día fragmentado.

Cortijo La Algamarrilla

La obra más antigua data de 1915 y está realizada a base de tapial, ladrillo y cubierta de teja curva sobre estructura de madera. Este núcleo originario estaría formado por el señorío, el tinao, la almazara, la cuadra, algunas viviendas y, en su día por una capilla y una escuela. Este vasto asiento llegó en los años 50 del siglo XX a estar habitado de una manera estable por casi una veintena de familias, además del personal eventual adscrito a la explotación. Existen otros volúmenes construidos con posterioridad resueltos con cubiertas de teja plana y otras dependencias más recientes resueltas a base de fábrica de ladrillo y cemento. Entre estas últimas se encuentra el señorío, reconstruido en los años 80, que cuenta con una torre mirador y un amplio jardín. Uno de los elementos mas destacados desde el punto de vista volumétrico es la batería de silos cilíndricos que, con gran desarrollo en vertical, fueron cosntruidos en torno a los años 60 del siglo XX. Por lo que respecta a otros espacios de carácter residencial, existe una serie de viviendas adosadas para el personal de las cuales sólo una permanece habitada.

Exenta, a cierta distancia del asiento principal, aparece la zahúrda, que hoy constituye un cortijo independiente a partir de su segregación del núcleo principal.

Cultivos (descripción 1989)

Se trata de una explotación de regadío en la cual los cultivos están relativamente diversificados, aunque siempre dentro de la orma generalizada en la comarca: trigo, girasol, algodón, remolacha, maíz, melón, etc.
Por la importante repercusión que ello tendrá sobre la edificación hay que decir también que inicialmente la finca tenía una extensión de 1.180 Has. aproximadamente. De ellas la mayor parte, como hoy, estaban en la vega y el resto se adentraba hacia las terrazas cuaternarias donde unas 250 Has. estaban dedicadas al olivar. Por esta razón, y por la abundancia de este tipo de cultivo en los cercanos términos de Guadalcázar y Fuente Palmera de los cuales debía traerse aceituna, existía aquí un molino. Quizá en parte pueda ser esta una razón que influya en la prestancia del edificio, superior a lo que es la norma en la Campiña de Cordoba; pero de todos modos hay que advertir que no podemos hablar aquí de una verdadera haciena y por ello relacionar directamente sus características morfológicas con las de aquellas, fundamentalmente porque en La Algamarrilla la actividad principal era el cultivo de la tierra calma, y además porque aunque como decimos, estemos ante una obra arquitectónicamente más cuidada, en modo alguno llega a acercarse a lo que suponen, por ejemplo, las haciendas de olivar sevillanas.

Ganado (descripción 1989)

Cortijo La Algamarrilla representado en uno de los Cuadernos de líneas límite de 1871. IGN.

Como puede suponerse, en una finca con las dimensiones de ésta, el ganado tenía que ser necesariamente muy numeroso. Hasta la fecha de la mecanización había, pues, una gran cantidad de bueyes, vacas, yeguas, mulos, etc. y además de ello también existía mucho ganado porcino y ovino. Estos últimos se han mantenido hasta fechas relativamente recientes (los cerdos hasta las primeras epidemias de peste africana, las ovejas hasta comienzos de los 80). Para ellos se reservaban unas 15 Has. dedicadas exclusivamente a pastos y por lo que a edificación se refiere para zahurdas había una gran construcción distante casi un kilómetro del conjunto principal que hace algunos años se vendió y sobre la cual se ha construido un nuevo cortijo, y para las ovejas algunas dependencias dentro del núcleo que nos ocupa que con posterioridad han cambiado de funcionalidad.

05 Julio 2020 - El Colonial Independiente.

El cortijo como vivienda (descripción 1989)

El cortijo, por lo que a vivienda se refiere, comenzó a levantarse entre 1915 y 1919 siguiendo un plano de casa con patio cerrado que, aunque con importantes modificaciones, hoy sigue siendo el dominante. Por aquellas fechas se hicieron el señorío y el molino, las cuadras (en lo que después se convirtió en gallinero), los tinahos (hoy graneros junto al patio) y también, de las viviendas anteriores que se encuentran detrás de este núcleo, la fila más septentrional.
La segunda gran fase constructiva tuvo lugar a comienzos de los 50. En un primer momento se edificaron la becerrera y la vivienda anexa, compartimentando con ello el gran patio inicial. Dos años después, en 1953, se levantaron el cocherón, la carpintería y las otras dependencias al fondo del patio, se amplió el señorío añadiéndole la planta superior y el mirador que lo corona y se hicieron los grandes silos cilíndricos del exterior. Y probablemente también entonces el gran tinahón inicial pasara a convertirse en los graneros actuales con su muelle externo para facilitar los trabajos de carga y descarga y que cuando es necesario también sirven de almacén para los abonos e insecticidas, para guardar aperos...
Por último, en 1959 se amplió el número de dormitorios y viviendas anexionando varias más a las que inicialmente existían a espaldas del conjunto principal. Y es que por aquellas fechas la población residente en el cortijo era muy numerosa: 18 familias vivían aquí de continuo: el número de trabajadores eventuales llegaba con frecuencia a 150 o 200. Realmente puede hablarse de que La Algamarrilla constituía en aquellos momentos un verdadero cortijo-aldea que además estaba dotado de capilla, escuela, una pequeña tienda de alimentación, etc. Todos estos servicios fueron desapareciendo progresivamente a medida que le número de trabajadores con estancia permanente disminuía: la tienda se quitó a finales de los años 60; la escuela, que hasta entonces había contado con dos maestros, dejó de usarse en los primeros 70 y poco después se derribó; la capilla principal junto a la puerta de entrada, ya ruinosa, se derrumbó en los años 80 y aunque se acomodó para este fin otra pequeña habitación, ésta se encuentra sin uso de ningún tipo y en muy mal estado.
La gran finca inicial sufrió una primera división en 1956 aunque ésta no afectó al caserío. En 1985, las tierras volvieron a fraccionarse por un proceso de herencia, encontrándose el gran cortijo de principios de siglo repartido en varias propiedades diferentes, y con ello la gran vivienda aparece dividida.
El molino dejó de funcionar hace años y se encuentra en estado ruinoso. [1]

Aspecto social

  • "Viviendas, escuelas, tienda-economato, sala de televisión, iglesia, ... La Algamarrilla era como un pequeño pueblo/aldea con más de una docena de familias, algunas muy numerosas, viviendo allí. Las casas tenían dos o tres dormitorios independientes de la cocina/salón, según el número de hijos, y cuarto de baño también independiente. La escuela se construye en 1947-1948 y se contrata a un maestro. Había clases nocturnas de alfabetización para adultos que también impartía el maestro. En los años 50 se construye una segunda escuela y se habilita una para las niñas y otra para los niños. Con aproximadamente 20 niños cada una de diferentes edades y provenientes algunos de cortijos cercanos como "El Picacho" o "La Africana". Las familias que vivían en la Algamarrilla trabajaban sus propias parcelas a modo de "huertos sociales". La Algamarrilla les contrataba y pagaba los jornales correspondientes por trabajar en las faenas comunes del campo... y además les daba un tanto por ciento de sus propias parcelas, tenía más de 100 personas trabajando a su cargo." - Colonial, periódico independiente. Nombramiento de Hijo Adoptivo de Pío Giménez Ortiz.[2]
  • "Trabajaba en el campo de sol a sol como todos, Mingaoves, Africana, La Algamarrilla, etc." - Testimonio oral.[3]

Situación

Área Las Colonias.

Vías de acceso

Caminos rurales que parten de las localidades cercanas.


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Galería

Referencias

  1. El cortijo andaluz. 1989. Junta de Andalucía. Estudio llevado a cabo por la geógrafa Gema Florido sobre los cortijos de la campiña cordobesa. En él se revaloriza la arquitectura ligada a las explotaciones agrícolas y ganaderas.
  2. El Colonial periódico independiente, Julio/Agosto 2020.
  3. "José del Sar B. - El Colonial, periódico independiente, Marzo 1997, página 12."

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